Eddie A. Ramírez 11 de enero de 2022
Dicen
los llaneros que cuando sopla el barinés el Orinoco se encrespa. Este domingo
sopló tan fuerte que se encrespó Venezuela y puso a trabucar a la curiara del
régimen. Los barineses hicieron suya aquello de que “quien no carga machete,
saca la miel con la mano” , copla de Florentino y el diablo, del gran Alberto
Arvelo Torrealba. El candidato de la democracia, Sergio Garrido, logró vencer
el ventajismo y las trácalas del régimen de Maduro. Bravo por él, por los
barineses y por la democracia. Corresponde al régimen y a la oposición extraer
lecciones de ese resultado.
Los dirigentes del Psuv tienen que haber entendido que han sufrido dos derrotas importantes, que indican claramente que para sobrevivir les conviene salir de Maduro. El 21N la oposición sacó más votos que el oficialismo y hace dos días el candidato del usurpador sufrió una derrota aplastante.
De
nada le valió utilizar recursos del poder central y de varios Estados, tampoco
el ventajismo comunicacional, las dádivas de artefactos eléctricos, ni las
amenazas por parte de los paramilitares rojos. El pueblo barinés evidenció su
rechazo al régimen y a un candidato importado e insulso.
Ante
estos resultados, producto de la mala gestión de gobierno, Maduro debería
renunciar. Tiene que entender que ha empobrecido al país y tiene un rechazo
mayoritario. Como probablemente no tomará esa decisión, a pesar de que sería la
mejor para él, quienes lo rodean deben quitarle el apoyo, tal y como hicieron
los generales chilenos a Pinochet. La vía menos traumática es que el Consejo
Nacional Electoral modifique el abusivo reglamento relativo al referendo
revocatorio presidencial, atendiendo el espíritu de la Constitución. La salida
de Maduro es un requisito necesario, aunque no suficiente, para la recuperación
económica de nuestro país, la libertad de los presos políticos, el regreso de quienes
tuvieron que exiliarse y la reconciliación de los venezolanos.
Del
lado de la oposición, no es momento de festejar en los campos de Capua, ni de
soberbia, sino de realizar esfuerzos para convencer a los vencidos de la
imperiosa necesidad de que faciliten la realización del referendo revocatorio
presidencial contemplado en la Constitución. Además, debemos reivindicar el
voto como medio para lograr el cambio.
Una
vez más, quedó demostrado que la trampa no está en las máquinas y que con una
votación masiva, organización, buen candidato y con testigos entrenados se
puede neutralizar el ventajismo del oficialismo. Basta ya del mito de que
gobierno no sale por elecciones y de creer que Chávez no tenía mayoría. Cierto
que hubo trampa cuando no tuvimos testigos, que utilizó indebidamente los
recursos del Estado y tuvo a su favor las manipulaciones del CNE.
En
otras oportunidades hemos escrito que a veces se justifica votar y en otras
abstenerse. En el 2005, todos los dirigentes políticos comentaron en privado
que no podían obtener más de una docena de diputados, porque había mucho
desanimo a raíz de la derrota en el referendo revocatorio presidencial. Por
ello, muchos pensamos que en esa elección era preferible abstenernos porque el
costo político era casi nulo, y que con esa presión podríamos obtener un CNE
acorde con la Constitución. Desde luego eso no se logró. Sin embargo, aún con
un CNE sesgado hemos obtenido éxito en el referendo para cambiar la
Constitución, en las parlamentarias del 2015 y en varias gobernaciones.
Corresponde hacer un mea culpa sobre las causas de las derrotas sufridas. Estas
van desde presentar malos candidatos, no ir unidos, la prédica de la abstención
y no contar con testigos en todas las mesas. Nuestros políticos deben tener la
valentía de reconocer los errores.
Confieso
que pensé que era muy difícil, casi imposible, ganar el 9E, ya que el régimen
tenía mucho en juego. Por eso creí que Maduro daría otro zarpazo. Por fortuna,
los barineses respondieron y nuestra dirigencia evidenció su apoyo a Garrido.
La
tesis de algunos de que Maduro presentó un mal candidato como Arreaza para
golpear al chavismo, no tiene sustento. Arreaza es madurista, viene de ocupar
importantes cargos en su gobierno y recibió todo el apoyo del Ejecutivo y de
gobernadores rojos. La derrota es de Maduro.
El
siguiente paso es presionar por condiciones constitucionales para poder
realizar el referendo revocatorio presidencial.
Como
(había) en botica: Claudio Fermín puso la cómica. Es un alacrán
sin ponzoña. También Daniel Ceballos. El invento del régimen de que la
producción de petróleo llegó al millón de barriles por día la desmonta contundentemente
el experto Juan Szabo. Lamentamos el fallecimiento del distinguido venezolano
José Curiel. También el de nuestra amiga Berenice Gómez Tolosa de Delgado ¡No
más prisioneros políticos, ni exiliados!
Eddie
A. Ramírez
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