Por Ramón Guillermo Aveledo
¿En qué consiste pensar
bien? El filósofo español Jaime Balmes (1810-1848) lo define en términos
claros, conocer la verdad o dirigir el entendimiento por el camino que conduce
a ella. “La verdad –dice en El Criterio– es la realidad de las cosas.
Cuando conocemos cómo son en sí, alcanzamos la verdad; de otra suerte, caemos
en error”.
La verdad es elusiva en
tiempos de post-verdad, de mentira emotiva es otro modo de decirlo, acaso más
científico y menos cortés.
El confinamiento de la
población de Barrancas del Orinoco impuesto por su indefensión ante la
violencia enseñoreada en sus calles, es noticia que no puede pasar por debajo
de la mesa. La segunda elección para gobernador de Barinas, impuesta por
manipulaciones del poder abusivo y su resultado aleccionador. ¿Son síntomas de
que algo o alguien han entrado en barrena? Observemos, apreciemos las pistas
que ofrecen y formémonos un criterio.
¿Por qué empiezo por lo
ocurrido en el monaguense municipio Sotillo? Sencillamente, porque la vida es
prioridad y porque el orden y la seguridad, bajo el imperio de “las leyes bien
cumplidas”, según la atinada frase galleguiana, es la razón de ser básica de la
política democrática.
Barrancas
Habitada
ininterrumpidamente desde el siglo XI, ya tenía cuatrocientos bohíos cuando en
1531 llegó allí Diego de Ordaz en su búsqueda obsesiva de El Dorado, los
Capuchinos aragoneses la bautizan San Rafael Arcángel de Barrancas. Si la ven
en el mapa, notarán la ubicación ribereña sobre el río Orinoco cerca del delta,
vecina de Ciudad Guayana, no lejana de Tucupita. O sea, también de Trinidad y
del Atlántico. Tan clave que podríamos decir estratégica.
A poco de llegado el
Año Nuevo, empezó en Barrancas un enfrentamiento armado entre “El Sindicato de
Barrancas”, y la guerrilla colombiana del ELN, por el control del lugar que
ejerce desde hace cinco años la mencionada organización criminal local “cuando
eliminaron a la banda de El Piojo”, escribe Sebastiana Barráez en Frontera
Viva. Los “elenos” habrían venido desde el estado Bolívar. Según *El Estimulo
*(2 de enero) la GNB informó de siete muertos y dos heridos “pero los
pobladores señalan que el número es mucho mayor”.
Comprensiblemente, los
habitantes de Barrancas que se atreven a informar, piden a los medios no
desvelar sus identidades.
El drama de los
barranquenses no terminó con la violenta refriega. El pasado día 8, un vocero
de la Fundación de Derechos Humanos de Oriente declara a El
Universal que están siendo atropellados por funcionarios de los cuerpos de
seguridad que fueron a protegerlos.
El mismo día, *El
Espectador *de Bogotá informa de veintisiete muertos por enfrentamiento entre
el ELN y disidencia de las FARC por el control de la frontera con Venezuela.
“El año comenzó de la peor manera en Arauca” coincide la agencia española EFE
el 10 de enero. Arauca queda frente a Guasdualito, municipio Páez de Apure,
ribereña del río del mismo nombre que desemboca en el Orinoco. Muy cerca de
allí, por cierto, está el Municipio Andrés Eloy Blanco de Barinas, capital El
Cantón. Y de Puerto Páez, en Apure, llegan noticias semejantes.
Separadas por casi mil
kilómetros, Barrancas del Orinoco, Puerto Páez y Arauca no sólo están unidas
por las aguas, también por un problema cada vez más complejo cuya reciente
erupción fue simultánea. En ambas actúa el ELN, el conflicto es por el control
de esa ruta al océano.
Barinas
Sergio Garrido
candidato de la MUD respaldado por varias organizaciones políticas que no
forman parte de esa coalición, es el nuevo gobernador de Barinas. El 9 de enero
obtuvo un categórico triunfo electoral cuyo significado político excede a la
región llanera. Como tal será tratado por los derrotados y lo mismo debe
ocurrir con los ganadores.
En Barinas se libró una
contienda política de enorme importancia. Esa elección deja valiosas lecciones
para quien aprovecharlas.
La primera se refiere a la validez de la ruta electoral, cuya voladura era el principal objetivo del poder al desconocer el estrecho triunfo de Superlano e inhabilitar a casi cualquier posible candidato, al fin y al cabo, ha sido consistente en su empeño, a veces abierto y otras disimulado, de empujar a la oposición fuera de la vía pacífica, democrática, constitucional y electoral.
La segunda lección se
refiere a la amplitud y la flexibilidad como ingredientes necesarios en
cualquier estrategia opositora. Los números son claros en la relación
costo-beneficio de unirse o dividir. Costo-beneficio político, se entiende que
en los de otro tipo no me aventuro. Todas las tarjetas que esta vez se sumaron
a la opción unificadora de Garrido, aumentaron su votación con relación al 21N
y al contrario, todas aquellas que persistieron en presentar alternativas
sacando cuentas chiquitas sin comprender lo que estaba en juego, retrocedieron
sustancialmente.
La tercera es que los
actores, todos, deberán replantearse sus objetivos y modos de alcanzarlos,
vistos los resultados de noviembre y enero. El oficialismo, con demostrada
capacidad de ajuste, de seguro ya lo está haciendo. Ojalá que en el camino de
una rectificación que lo aleje del designio anti político y antidemocrático del
“como sea”. A la oposición toca reinventarse para enfrentar sus grandes
desafíos por venir. Recuperar credibilidad y protagonismo exige redefiniciones
en profundidad. Un nuevo compromiso unitario que incluye estrategia,
organización y mecanismos de toma de decisiones.
El grupo en el poder es
derrotable, está demostrado. La cosa es entender la realidad, para eludir los
obstáculos y aprovechar las oportunidades, de unos y otras hay y siempre habrá.
Aquí, dos notas. Valió la pena tener rectores electorales trabajando, aunque
sea en minoría, dentro de ese órgano dañado. Mi reconocimiento a quienes se
atrevieron. Y, para variar, esta vez el PSUV no tardó en reconocer la victoria
de su adversario. Puede ser un atisbo de intención de ira a la democracia.
Atentos a eso.
¿Barrena?
Un avión está en
barrena cuando desciende precipitadamente y en giro. Si vamos a hablar de
barrena, entonces, depende de de qué y de quienes. Generalizar es temerario. La
crisis nacional sigue, aunque ya no sea híper, la inflación sigue siendo la más
alta del mundo. Pero hay mucha gente que no se rinde. Eso vale. En política, el
21N quedó en evidencia que el país ha cambiado y sigue cambiando, ojo 9E, que
hay actores muy debilitados y obligados a cambios importante. Creer en
pajaritos preñados es tan tonto como apostar a que los deseos preñan. Es
sabido.
Atención, también
existe el verbo barrenar con acepciones como “agujerear una embarcación para
que se hunda”, “impedir maliciosamente” un logro a alguien o “conculcar una ley
o un derecho”. A eso de barrenar hay gente que se han convertido en
especialista. Vale la pena cuidarse. Y ojo, llámese barrenado o barrenada a
“quien tiene perturbadas las facultades mentales”.
En la oscuridad, saber
dar con la luz. En la incertidumbre, saber generar certezas. Recurro al idioma
concluyendo estas consideraciones porque, después de todo, lo que sí es más
claro es que vamos a trancas y barrancas. Es decir, con grandes dificultades y
obstáculos.
22-01-22
https://www.elimpulso.com/2022/01/22/opinion-barrancas-barinas-barrena-22ene/
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