Ángel Lombardi Lombardi 16 de enero de 2022
Wong
Kar-wai es un director de cine (1958-) nacido en Hong Kong. La imagen que
acompaña el post corresponde a su película más reconocida: Fa yeung nin
wa del año 2000, traducida al inglés como: In The Mood For
Love (Deseando amar en español). Hay otra película del
2004 que la complementa, titulada 2046, y con temática
parecida. La mano, también del 2004, es emblemática sobre el mismo
tema y profundiza la parte del Eros.
Este director logra una maestría indiscutible en estas películas. Una estética de las emociones en torno al amor y el erotismo, combinando la «historia» de los personajes en un cuadro de tiempo, destino, azar, en donde color, música y ambiente se combinan para crear la atmósfera dramática adecuada.
Todo
se ha dicho sobre el amor pero cada experiencia amorosa es única. El amor
comienza como un deseo indiferenciado hasta que se personaliza y comienza
quizás en todo ser humano su historia más personal e íntima.
En
estas películas el amor comienza en unas circunstancias de tiempo y lugar en
donde azar y destino se unen sin explicación racional posible.
El
amor simplemente «sucede», y no me refiero al sexo. El verdadero amor tiene su
temporalidad y desarrollo y el desenlace o final nadie lo conoce
anticipadamente. Es una experiencia llena de expectativas de «acompañamiento y
complementariedad». El amor se nutre de silencios y soledades hasta que se da o
se logra la comunicación de las existencias.
Para
Platón la «otra mitad»; para Aristóteles «un alma en dos cuerpos». Pero esto no
es automático y seguro. En el camino hay muchos extravíos, genéricamente
llamado infidelidades o aventuras.
En
estas películas que recomiendo hay mucho que hablar al respecto y agregaría la
película de Sofía Coppola: Perdidos en Tokio, claramente inspirada
en el cine de Wong Kar-wai.
Romanticismo
y erotismo pueden ir de la mano, aunque muchos lo olviden con frecuencia. Igual
que placer, drama y tragedia casi siempre se acompañan.
El
amor mueve el mundo y marca cada vida particular, el problema es cómo entiende,
define y asume cada uno esta palabra tan usada y simple y tan complicada.
En
estos temas el cine cumple un papel «de espejo»; nos enfrenta a nuestras
propias historias, casi siempre íntimas y secretas. En particular en sociedades
monogámicas.
Ángel
Lombardi Lombardi
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