Por Oscar Bastidas
Delgado
A los emprendedores
corresponde, bajo forma de comité promotor, desarrollar un proceso no lineal de
acciones sucesivas que puede resumirse como el Decálogo del Emprendimiento: 1.-
precisión del sueño o problema; 2.- formulación de una visión preliminar del
cómo; 3. – diseño de la cadena de valor a partir de los potenciales productos o
servicios, el proceso productivo y la tecnología; 4.- establecimiento de
lineamientos estratégicos (Valores / Misión / Visión / Objetivos Estratégicos);
5.- formulación del plan organizacional o de gestión con sus estrategias,
actividades, fuentes financieras y presupuestos
Continúan: 6.- diseño de la organización
(organigrama / manuales / procedimientos, etc.); 7.- fijación de perfiles del
personal y suma de potenciales socios o asociados; 8.- selección de forma
jurídica redacción del estatuto, realización de la asamblea constitutiva e
incorporación de colaboradores por delegación de la asamblea; 9.- en el marco
de las leyes, particularmente las referidas a propiedad intelectual e
industrial, considerar: a.- denominación social o nombre de la persona jurídica
con el que se registra la organización, que pudiese ser también como marca; b.-
la denominación comercial que tiene por objeto distinguir una empresa, negocio,
explotación o establecimiento mercantil, industrial, agrícola o minero, y los
artículos que produce, comercia o la propia empresa; c.- la marca comercial
entendida como todo signo, figura, dibujo, palabra o combinación de palabras,
leyenda y cualquiera otra señal que revista novedad, usados por una persona
natural o jurídica; y d.- el lema comercial es también marca y consiste en una
palabra, frase o leyenda utilizada como complemento de una marca o denominación
comercial.
Finalmente:
9.- puesta en marcha y constitución de redes con proveedores, clientes y
comunidades y otras organizaciones; 10.- abrir las cuentas bancarias, los
libros contables y otros que establezcan las leyes; 11.- inscribir la
organización ante los organismos públicos estatales, municipales, institutos
autónomos, cámaras, y otras organizaciones que establezcan las leyes.
A manera de ilustración, aplíquense
reflexiones a un profesional universitario o un profesor jubilado. ¿Qué saben
hacer? La universidad aporta a sus miembros un universo cognoscitivo, también
conocimientos específicos para el ejercicio profesional mediante tres funciones
cardinales: investigación, docencia, extensión y articulación entendida como el
establecimiento de redes con stakeholders, comunidades y
organizaciones privadas, públicas y de Economía Social con las que se impulsen
actividades de intermediación y de corresponsabilidad social mediante alianzas,
propiedad compartida, entre la universidad misma y otras organizaciones.
Si ha
dedicado buena parte de su vida a determinadas funciones, es de suponer
desarrolló las actividades que les gustan y es en ellas donde se deben explorar
las primeras opciones de emprendimiento.
Asumiendo que el profesional o el profesor
se asumiese a sí mismo como su organización: autoempleo o autónomo como se
denominan en España, o decidiese junto con otras personas del mismo tenor,
constituir una Cooperativa de Trabajo Asociado (CTA) que les permitiesen auto
emplearse y prestar servicios colectivamente sobre los valores, principios y
prácticas cooperativistas, pudiese entonces reproducir sus conocidas
actividades con la flexibilidad del caso y sumar algunos ingresos a sus
mermados salarios y pensiones.
A manera de ilustración, quien emprenda en
la idea del punto anterior pudiese: 1.- ofrecer sus conocidos servicios de
investigación a otras universidades u organizaciones; 2.- recuperar sus
escritos y textos, actualizarlos, restarles el peso de “lo académico” y
llevarlos a condiciones de fácil lectura para hacerlos asequibles a interesados
mediante el diseño e impresión en papel o digital del documento para su venta
directa o en sistemas como Amazon para ampliar su colocación y venta; 3.-
actualizar y elaborar una lista de conferencias, cursos, talleres y otras
actividades formativas; 4.- formular diplomados, procesos formativos a
distancia con colegas que complementen los conocimientos a impartir; 5.-
ofrecer consultorías a organizaciones y empresas en las áreas de su
competencia; 6.- otras actividades producto de la sinergia de las anteriores.
Claro, estas definiciones pasan por
precisar con claridad el perfil con el que el emprendedor o la organización
constituida pretenda presentarse pero con nombre propio y ofrecerlas mediante
las conocidas TIC: denominaciones, marcas, correos – e, LinkedIn, Facebook y
otros medios. También por elaborar una v base de datos con las personas
potencialmente interesadas en las ofertas, particularmente los discípulos. El
suscrito puede afirmar que sus mejores “clientes” siguen siendo quienes fueron
sus alumnos.
FUENTE.
Bastidas-Delgado, Oscar (2017). Emprendimiento,
Constitución y Gestión de Cooperativas. Publicado en Amazon. https://www.amazon.es/EMPRENDIMIENTO-CONSTITUCIÓN-Y-GESTIÓN-COOPERATIVAS-ebook/dp/B071CVPWDR
https://www.linkedin.com/in/oscarbastidasdelgado
oscarbastidasdelgado@gmail.com
Oscar Bastidas es cooperativista, consultor y
facilitador en Emprendimiento Asociativo y Microempresas.
28-01-22
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