Bárbara Orozco 17 de enero de 2022
@BarbaraAorozco
Venezuela
aún tiene motivos para sonreír y grandes cosechas que recoger, como es el caso
de la educación universitaria; considerada una de las más prestigiosas de
Latinoamérica
Aunque
sus instalaciones estén deterioradas, el clamor de los estudiantes por tener
una casa de estudio en mejores condiciones es incesante, la educación
venezolana aún es considerada como una de las más prestigiosas de
Latinoamérica.
Ante
una migración forzosa, los bajos salarios y una asfixia presupuestaria; la
comunidad universitaria se aferra a su ingenio; resiste y sigue realizando
investigaciones científicas, convirtiéndose en agentes de cambio en la
sociedad.
De acuerdo con el Ranking QS Latin American University 2022, que mide una empresa británica: la Universidad Central de Venezuela (UCV); Universidad Simón Bolívar (USB); la Universidad de los Andes (ULA); Universidad del Zulia (LUZ) y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) se encuentran entre las casas de estudio superior de mayor prestigio del continente.
Mientras
que la Universidad Metropolitana (Unimet) en Caracas; la UCAB sede Montalbán y
su extensión en Guayana; acaban de ser elegidas como las universidades más
sustentables y están entre las 100 primeras de Latinoamérica, según el Ranking
UI Green Metric World University.
Por su
parte, la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) se
convirtió en agosto 2019 en la quinta casa de educación superior del país: con
más alto nivel académico, según el Ranking Web of Universities Webometrics que
se mide semestralmente.
La
mejor educación en un país decadente
Aunque
estos son logros que llenan de orgullo a cualquier país, se siente una punzada
de tristeza al compararse con la grave crisis que aqueja a gran parte del país.
Incluso,
alegan, que uno de los “principales objetivos” del chavismo, es acabar con la
autonomía universitaria. Por ello, surge la interrogante, cómo Venezuela se
ocupa de manera favorable en estos rankings.
Ante
esto, Carlos Meléndez, docente de la UCLA y director del Observatorio de
Universidades (OBU), lo resume en una palabra «vocación».
Quienes
siguen formando lo hacen más que por un salario, por su deseo de aportar a la
superación de los jóvenes; para vencer las sombras y lograr el libre
pensamiento en Venezuela.
«Tenemos
una universidad, como la UCV que hace poco cumplió 300 años y tenemos tres
universidades centenarias que son ULA, LUZ y la Universidad de Carabobo. Además
de otro grupo de universidades que son experimentales, que hasta el 2010
escogieron a sus autoridades, entre ellos UCLA, Unexpo, UPEL y la Universidad
Simón Bolívar que tienen más de 50 años de fundadas”, explicó en una nota de La
Prensa Lara.
Los
mejores años
Señaló
que durante la segunda mitad del siglo XX en Venezuela desarrollaron una
infraestructura física, tecnológica y organizativa alrededor de la formación y
la generación de conocimiento.
“Llegado
al siglo XXI le permitió contar con una plataforma que a pesar de la política
de asfixia, hostigamiento que ha existido en los últimos 22 años ha resistido
aun con el enorme deterioro que presentan», exclamó.
Asegura
que en todos estos años se crearon pequeñas instituciones de integración
interna que hoy son oxígeno para estas universidades; y que les ha permitido
seguir en pie; sobrevivir y cumplir con los criterios internacionales que
exigen para una clasificación mundial.
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