Daniel Lozano 17 de enero de 2022
@danilozanomadri
El
líder opositor venezolano pidió al Kremlin también que desista de su “actitud
imperial” y colabore en las negociaciones entre las fuerzas democráticas y el
régimen de Maduro
Juan
Guaidó cumple esta semana tres años al frente de la
presidencia encargada de Venezuela en medio de la nueva “guerra fría”, que
devuelve al país petrolero al tablero estratégico global. Las amenazas rusas
llegan precisamente tras dos victorias para Guaidó: contra el chavismo en
Barinas, cuna de la revolución, y frente a sus enemigos internos tras
ratificarse la continuidad al frente del gobierno interino.
Siempre
en el ojo del huracán, el líder opositor, de 38 años, detalla a LA NACION cómo
es la pelea contra un régimen todopoderoso afianzado en el poder de los
militares y con el apoyo irrestricto de los “bad guys”, como bautizó Anne
Applebaurn a las autocracias mundiales.
-Moscú ha respondido al llamado mundial de la presidencia encargada ante lo que considera es una amenaza de intervención. ¿Teme que Nicolás Maduro sea capaz de aceptar el envite ruso para desplegar tropas en Venezuela y reforzar así su poder militar?
-De aceptarlo,
sería la evidencia de cómo regímenes totalitarios ponen en riesgo la paz y la
seguridad del hemisferio al ser tutelados por regímenes como Rusia. Nuestra
crisis se soluciona con elecciones libres, no azuzando los tambores de la
guerra.
-Paradójicamente
Rusia también apoya las negociaciones en México entre gobierno y oposición,
como buena parte de la comunidad internacional…
-Nuestra
invitación es a que Rusia abandone la vía guerrerista y su actitud imperial, y
coopere con nosotros para retomar la negociación en México. Un acuerdo político
integral surgido de este mecanismo, y respaldado por la Federación Rusa, es la
mejor oportunidad que tenemos para superar nuestra tragedia, recuperar la
democracia y devolverle el bienestar a nuestro pueblo.
-¿Hay
algún avance para regresar a México?
-Estamos
en una especie de congelación stand-by. Nuestra expectativa es retomar las
negociaciones por el bien de los venezolanos.
-Mientras
tanto los bad guys regionales avanzan: la semana pasada estuvieron de fiesta en
Managua durante la “autocoronación” de Daniel Ortega. Applebaum asegura que
están ganando. ¿Son invencibles?
-Como
dije en la Cumbre de la Democracia, los “good guys” somos más, pero hay que
pasar a la acción, no podemos quedarnos en declaraciones y tenemos que mejorar
los mecanismos de presión a las dictaduras y no solamente con sanciones. Hay
que rechazar abiertamente a los dictadores y hay que fortalecer el frente de
lucha, la primera línea de rescate a la democracia y buscar mecanismos para
defenderlos. En este momento el dilema mundial, aunque lo quieren encasillar
ahí, no es izquierda o derecha, sino que se aproxima a un tema de democracia
versus dictadura o autoritarismos.
-En
los últimos dibujos animados de Superbigote, el superhéroe bolivariano lucha
contra el Imperio y contra usted para conseguir vacunas contra el Covid.
Pareciera que Maduro ya se está lanzando al 2024 y también sustituyendo a Hugo
Chávez como objeto de culto.
-Eso
es Maduro, una caricatura lamentable de dictador sin pueblo, que ni siquiera
controla su territorio, sin respaldo internacional, señalado por delitos de
lesa humanidad. Lo más lamentable es que usan recursos para adoctrinar sobre
todo a niños, usan propaganda del Estado para torcer la realidad. Lo primero
que muere en una dictadura es la verdad y por esa propaganda lo primero que hay
que hacer es contrarrestarla.
-¿Cómo
puede incidir el histórico triunfo opositor en Barinas en el desafío contra
Maduro?
-Es
una victoria importantísima que va a marcar la pauta de este año. Por primera
vez en 22 años se derrota a los Chávez y a la dictadura en Barinas. Y no sólo
una vez, sino dos veces. Y sin condiciones (electorales), con una desventaja y
una vulnerabilidad enorme de la población de Barinas y de los venezolanos en
general. Sin duda fue una demostración de un liderazgo organizado consciente de
su vulnerabilidad y de una ciudadanía realmente hastiada de la dictadura. Es
muy importante para mantener el espíritu de lucha, la mayoría del pueblo quiere
cambio. Lo sucedido nos ratifica en varias cosas. Primero, que no hay
condiciones en Venezuela, ya que se tuvo que ganar dos veces para que la
dictadura reconociera. Y segundo hablamos también de un punto de quiebre,
porque los militares no incidieron de manera negativa en el nuevo proceso. Es
algo que puede tener que ver con la Corte Penal Internacional y con la
abrumadora mayoría que se manifestó.
-Muy
pocas veces como ahora han sido palpables las diferencias internas en el
chavismo…
-El
quiebre en el PSUV es algo que se palpa, un quiebre relativo porque sabemos que
controlan las fuerzas armadas, controlan el aparato económico del país y
incluso el paraestado que ha fundado la dictadura con la extracción del oro y
el contrabando. El quiebre dentro de la revolución es fundamental para
consolidar una transición. La lucha interna en el chavismo ya existía, la
diferencia es que ahora es pública.
-¿Cuál
es su balance tras este proceso electoral?
-Decir
que unas elecciones son la solución política es una media verdad: una elección
puede ser una solución al conflicto en Venezuela si llega por una disputa por
el poder, si es para derrotar a Maduro. Por eso estamos insistiendo en un
acuerdo en México. Hoy tenemos la posibilidad de un evento plebiscitario para
salir de Maduro y de una elección presidencial adelantada.
-Aquella
votación favorable provocó el enfado mayúsculo de Maduro, quien ha vuelto a
exigir cárcel para usted. Con 244 presos políticos, ¿qué impide al régimen
detenerlo?
-Lo
mismo que lo ha impedido estos últimos años: nuestro respaldo popular, el poco
respaldo que tiene entre la gente, el reconocimiento internacional y la misma
ratificación política por unanimidad. Pero el riesgo siempre está presente.
Ellos han actuado contra mi familia, contra mi equipo de trabajo… Es un riesgo
latente.
-¿Va a
encabezar Guaidó el proceso revocatorio contra Maduro que plantean algunos
opositores?
-Hay
que diferenciar la activación del revocatorio de la posibilidad de una elección
para salir de Maduro, que es la que necesitamos para que se exprese el pueblo
venezolano como en Barinas. Además Maduro va a intentar bloquearlo. Vamos a
liderar la salida de Maduro por vía electoral en este 2022 sin circunscribirlo
a una sola posibilidad, porque tenemos muchas: las presidenciales adelantadas y
el mecanismo plebiscitario para salir del dictador.
-¿Mantiene
su postura de no participar en unas presidenciales?
-Para
mí la prioridad no es saber quién va a ser el candidato, sino lograr la
elección presidencial donde estoy seguro que vamos a derrotar a la dictadura.
-¿Siente
la misma desesperanza que se respira entre los venezolanos de dentro y de fuera
del país?
-En mi
caso, no. No lo llamo desesperanza, en todo caso frustración. Estamos esperando
el cambio político en Venezuela no sólo hace tres años, sino desde hace mucho.
En algunos momentos lo hemos sentido muy cercano. Pero somos mayoría y tenemos
alternativas para salir de la dictadura, que es débil, como ha demostrado
Barinas.
-Tres
años y siempre en el ojo del huracán, ¿ha valido la pena?
-Sin
duda. El sacrificio y el riesgo son enormes, mi familia lo ha sufrido en carne
propia. Estar en el ojo del huracán es complejo, porque desde el ojo del
huracán ves la destrucción que hay alrededor. Y la lucha por la libertad
siempre vale la pena. Y seguiremos hasta que la recuperemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico