Omar Lugo 25 de febrero de 2022
@omarlugo
Si el
"apoyo total" a Rusia expresado por Nicolás Maduro supone pasos
concretos, la cosas se complicarían para los venezolanos en caso de un
conflicto prolongado. Hasta ahora las relaciones comerciales entre los dos
países están limitadas a la compra de armas rusas por parte del chavismo y a
cooperación petrolera, aunque ambos socios prometen ir más allá.
ocas
horas antes de la invasión de Rusia sobre Ucrania, iniciada en la noche de este miércoles 22 de febrero,
Nicolás Maduro ratificó en un encendido discurso por TV lo que califica como
todo el respaldo de Venezuela a Vladimir Putin contra Ucrania, Estados Unidos y
la OTAN.
No ha quedado claro de inmediato en qué consiste “todo el apoyo”, menos en una situación tan impredecible y rodeada de tanta incertidumbre como lo es esta guerra impulsada por Putin. (Según Maduro el líder ruso está respondiendo a una agresión de la OTAN).
Pero
si ese discurso de Maduro va más allá de las recurrentes fanfarronerías del
régimen chavista, el pueblo de Venezuela estará en problemas y podría resultar
salpicado por un conflicto a miles de kilómetros de territorio americano.
“Venezuela
está con Putin, Venezuela está con Rusia (…) Repudiamos y rechazamos todos los
planes para rodear militar y estratégicamente a Rusia”, había dicho Maduro
cuando la invasión rusa era inminente.
Un
aliado enorme
Maduro
obvia el hecho de que la Federación Rusa -el país con más extensión en el
mundo- tiene fronteras terrestres de 20.241 kilómetros de longitud, y
marítimas de 38.000 kilómetros. Rodear a un monstruo como éste sería difícil
para el resto del mundo.
Pero
su afirmación acerca del origen de esta crisis traduce o solidaridad automática
con el enemigo de su enemigo (Occidente) desconocimiento, o simple interés en
manipular la historia.
Las
naciones que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),
pretenden acabar con Rusia y Putin busca defender la soberanía de su pueblo,
según Maduro.
Relaciones
peligrosas
Una
semana antes de esta escalada bélica que pone al mundo en ascuas, el vice
primer ministro de Rusia Yuri Borisov, visitó Caracas en el marco de una gira
por América Latina que incluyó encuentros con los presidentes de Argentina,
Brasil, Nicaragua y Cuba.
Maduro
también ratificó entonces su vehemente apoyo a Rusia.
“Venezuela
es un socio estratégico de Rusia en América Latina. Nosotros valoramos
altamente este carácter de aliados en nuestra coordinación en el ámbito
internacional y el diálogo de confianza a nivel político”, dijo por su parte
Borisov.
Poco
antes, tras otra reunión con el ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck El
Aissami, Borisov dijo que Venezuela es el mayor socio de Rusia en la región.
Maduro
anunció que Rusia y Venezuela incrementarán sus planes de cooperación mutua.
Una
puerta si retorno
Aunque
es temprano para este tipo de precisiones, ya desde hace algunos días incluyentes
políticos de Estados Unidos ponían el foco en estas relaciones de Rusia en
América Latina.
Con el
mazo de Rusia
La
misma noche de la invasión le tocó a Diosdado Cabello. El considerado segundo
hombre en la línea del poder en Venezuela, representante de la línea más dura y
radical del chavismo originario, también dio total apoyo a Rusia contra Ucrania
y Occidente.
“Creyeron
que Putin estaba mamando gallo (faroleando), están acostumbrado a eso y Rusia
es Rusia. Ojalá que no haya guerra, nosotros no queremos guerras en este
mundo”, enfatizó Cabello.
“A
Rusia le corresponde cuidar su frontera”, agregó Cabello en su controversial
programa Con el Mazo Dando, un paredón de ataques contra opositores.
Llamar
al diablo y verlo venir
El
impacto a largo plazo de esta alianza de Maduro para Venezuela con Rusia está
por verse, pues depende de la escalada de esta guerra, según se desprende de
los primeros análisis.
Pero
va más allá del fuerte aumento de los precios del petróleo (aunque Venezuela ha perdido fuerza en el mercado petrolero global). Justamente,
gracias a aliados como Rusia e Irán, Maduro había logrado colocar exportaciones
de crudo con grandes descuentos de precios.
Ahora
le será más difícil completar estas ventas.
“Cuando
la diplomacia es desplazada por el lenguaje de la guerra, las partes en
conflicto exigen apoyo incondicional. Quien vacilé queda bajo sospecha”,
advierte el economista Víctor Álvarez.
“De la
solidaridad de Maduro con Putin solo puede esperarse una extensión y
endurecimiento de las sanciones financieras y comerciales que hará más difícil
la recuperación de Pdvsa y la reactivación de la economía nacional”, agrega
Perro
que ladra
El
profesor Evan Ellis, investigador en Estudios Latinoamericanos del Instituto de
Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos,
señala que Rusia intenta proyectar una amenaza en el hemisferio que no es tal.
“Obviamente
esos son proclamación de intenciones. Pero mientras mas ladra el perro menos
muerde. Se nota cuando van repitiendo algo con mucha fuerza pero con menos
detalles, que es más una provocación y menos algo bien pensado y con capacidad
de hacer algo en el momento”, dijo en declaraciones a El Estímulo.
Ellis
es autor de varios análisis sobre las relaciones geoestratégicas en América latina de
actores como Rusia y China.
En
enero pasado, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei
Ryabkov, cuando la crisis en Ucrania se intensificaba, amenazó indirectamente
con el despliegue de fuerzas militares en Venezuela y Cuba.
Nicolás
Maduro posa en el palacio de gobierno de Miraflores con el vice primer ministro
ruso Yury Borisov, durante su visita a Caracas, este 16 de febrero. Foto:
REUTERS/Leonardo Fernández Viloria.
“Sin
embargo, pese a todo esto Rusia y Venezuela se pueden ayudar mutuamente. Es
posible que Maduro podría reconocer diplomáticamente a estas nuevas republica
en Dombás. Maduro podría recibir más armas rusas y buques de guerra para
permitir a Rusia mostrar su capacidad de proyectar una amenaza en la cercanía
de los Estados Unidos. Pero no veo cantidades grandes de fuerzas, ni
cosas impredecibles o altamente amenazantes como por ejemplo unidades
nucleares”, llegando a Venezuela, señala Ellis.
Sin
capacidad en América
Como
lo dice en su reciente artículo “a primera vista, la credibilidad de que Rusia
despliegue capacidades militarmente significativas en esos dos países (Cuba y
Venezuela) es dudosa, como lo señaló el asesor de seguridad nacional de Estados
unidos, Jake Sullivan”.
“Su
capacidad militar y presupuestaria para sostener simultáneamente una presencia
militar significativa en el hemisferio occidental es cuestionable y
probablemente sería contraproducente en su capacidad militar, económica y
diplomática para lograr los objetivos de una operación militar en Europa”,
señala.
Rusia
ha tratado de utilizar amenazas militares en América Latina cuando se le
desafía en su entorno cercano. En 2008, durante el conflicto promovido por los
separatistas respaldados por Rusia en Georgia, desplegó por primera vez
bombarderos con capacidad nuclear Tu-160 en Venezuela, seguidos más tarde por
cuatro buques de guerra, recuerda.
Posteriormente,
Putin volvió a enviar sus bombarderos Tu-160 a la región en el año 2013, cuando
Estados Unidos y la Unión Europea presionaron a Rusia por su apoyo a las
fuerzas separatistas en Ucrania, y por tercera vez en el año 2018.
De
hecho, durante este último despliegue, el gobierno ruso declaró su intención de
establecer una base aérea en la pequeña isla venezolana de La Orchilla, señala
Ellis.
Presencia
real
Para
Ellis, la posición de Rusia en Venezuela “se encuentra posiblemente entre las
más grandes y estratégicamente más significativas que este país tiene en la
región”, con dos ejes clave: la venta de armas y el petróleo.
Desde
2006 hasta la muerte de Hugo Chávez en el año 2013, Rusia vendió más de $11.000
millones en armas a Venezuela, incluidos tanques T-72, vehículos blindados
BMP-3 y BTR-80, cazas Su-30, Mi-17 y helicópteros Mi-35, así como otros
artículos militares finales, lo que convierte a Venezuela en el mayor socio
militar de Rusia en la región.
A
medida que se profundizaba la crisis política y fiscal del régimen venezolano y
disminuía su capacidad para pagar sus cuentas, el compromiso militar de Rusia
pasó de la compra de artículos nuevos al mantenimiento, las actualizaciones, la
capacitación y otros tipos de apoyo, recuerda.
Petróleo
“En el
sector del petróleo, aunque prácticamente todas las compañías petroleras de
Rusia buscaron posiciones en el país durante la era de Hugo Chávez, incluidas
Gazprom, TNK, Lukoil y Surgutneftegas, los problemas en el sector finalmente
llevaron a todas a retirarse, vendiendo activos a Rosneft de Igor Sechin.
“Hasta
donde sé hay muchas transacciones en el sector de petróleo de Venezuela, pero
nuevas sanciones podrían afectar la capacidad de la industria rusa de comprar e
intermediar petróleo de Venezuela. Eso podría impactar a Venezuela o su
capacidad de financiar proyectos”, destaca.
Impacto
indirecto
El
economista venezolana Natan Lederman, experto en manejo de datos y comercio
internacional, destaca que la relación comercial real entre Rusia y Venezuela
es muy pequeña.
En las
estadísticas de la Organización Mundial de Comercio Venezuela aparece muy distanciada
como país importador de Rusia, en la posición 186. Y como proveedor a Rusia
ocupa la posición 177.
“Es
decir, que desde el punto de vista del comercio no es mucho el impacto de estas
sanciones en el comercio internacional de Venezuela”, señaló a El
Estímulo.
Algunos
analistas temen que Venezuela se verá directamente afectada por el bloqueo
financiero y comercial que le espera a Rusia tras la agresión a Ucrania.
Paradójicamente,
serán los propios países de Europa, Asia y América que impondrán las sanciones
los más afectados.
Las
importaciones de Rusia desde el bloque europeo representan 30% del total.
Mientras, sus exportaciones representan 40% del total, incluyendo Estados
Unidos que representa el 5.3% de las exportaciones rusas y es su cuarto socio
comercial, señala Lederman.
“El
impacto puede venir por el efecto de las sanciones de este conjunto de países
en su comercio y ya viene ocurriendo a través de un mecanismo de transmisión
más rápido que es el mercado de capitales y el sistema financiero internacional.
Como es sabido hay varios bancos rusos objeto de sanciones y por su parte la
bolsa rusa se ha desmoronado. El problema es su impacto adicional sobre el
resto de los mercados de renta variable en Estados Unidos, Europa y Asia”, dice
Lederman.
El
principal socio comercial de Rusia es China que representa el 17.3% de sus
exportaciones y el 23.5% de sus importaciones, acota.
Petróleo
y balas
Pero,
Rusia es el segundo exportador mundial de petróleo, detrás de Arabia Saudita.
Desde que se agravó la crisis y era inminente la invasión de Rusia a
Ucrania comenzaron a dispararse los precios del petróleo y el gas. Con las
sanciones se agudizará esa tendencia, coinciden varios analistas.
Como
señala el economista William Hauk,
profesor asociado de la Universidad de Carolina del Sur, en un
artículo en The Conversation, los propios ucranianos van a pagar los peores
costos de la invasión rusa en términos de pérdidas de vidas, costos económicos
y potencialmente en la pérdida de su gobierno.
“Pero
el conflicto, aunque parezca lejano, tendrá un impacto en la gente de todo el
mundo”, señala.
Y, en
este mundo globalizado, se acelerará el alza de los precios de los alimentos,
algo que impactará por cierto a Venezuela, que depende de los graneros del
mundo.
Ucrania
produce el 16% de todo el maíz del mundo y el 12% del trigo (dos productos que
Venezuela importa masivamente).
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