Orlando Viera-Blanco 23 de febrero de 2022
@ovierablanco
La
Justicia Internacional Penal representada en el Convenios de Palermo [C.P.]
contra de la Delincuencia Transnacional Organizada [Resolución 55/25 AG,
15/11/2000], significó un paso firme a la cooperación internacional contra todo
grupo criminal, dirección, ayuda, incitación, facilitación o asesoramiento en
aras de la comisión de un delito grave que entrañe la participación de mafias
internacionales.
Tanto
se globaliza el crimen, como se organizan los cuerpos de inteligencia,
prevención, fuerza, policiales, jueces y agencias especializadas para contener
el crimen. No es un mito. Es realidad. Las mafias son capturadas. Y sus pillos
delatan y visten de naranja…
No es poca cosa
El
objetivo de la Convención contra la delincuencia organizada transnacional fue resumido
por Koffi Annan S/G de NNUU: “Si la delincuencia atraviesa las fronteras, lo
mismo ha de hacer la acción de la ley. Si el imperio de la ley se ve socavado
no sólo en un país, sino en muchos países, quienes lo defienden no se pueden
limitar a emplear únicamente medios y arbitrios nacionales. Si los enemigos del
progreso y de los DDHH procuran servirse de la apertura y las posibilidades que
brinda la mundialización para lograr sus fines, nosotros debemos servirnos de
esos mismos factores para defender los DDHH y vencer a la delincuencia, la
corrupción y la trata de personas”.
La
Convención de Palermo ha sido aplicada por EE. UU. El caso de la Federación
Internacional de Futbol Asociado (FIFA), denominado “FIFA GATE”, llevó en Nueva
York a que 41 personas fuesen acusadas [2015] en conexión con investigaciones
del FBI por fraude, crimen organizado y lavado de dinero. Se produjeron
arrestos en Suiza y países de Sur y Centro América, con resultados sin
precedentes.
La
“conspiración narcoterrorista”, producción y tráfico de cocaína asumida por
grupos criminales que controlan el poder político de facto bajo el alias de
“socialismo del siglo XXI”, están en la lupa de estos tratados y protocolos,
con varios extraditados, detenidos, testigos protegidos, delatores y el
contador en marcha.
El C.P.
suscrito en homenaje a los Jueces Italianos Giovanni Falcone y Paolo
Borsellino, asesinados por la mafia siciliana [la cossa nostra] encara un
gigantesco monstruo de mil tentáculos. Se convirtió en el tratado de la lucha
contra las mafias transnacionales que gestionan el tráfico drogas, armas,
lavado de dinero, trata de seres humanos [niños, mujeres, migrantes];
prostitución, pornografía en Internet; compraventa de órganos humanos,
terrorismo, corrupción y crímenes conexos. Cuba, Venezuela, Nicaragua,
Ecuador el 17 y Bolivia ratificaron la C.P.
Estados
Unidos, Canadá y la justicia penal internacional
Si
algo se respeta de EE. UU. es su sistema judicial. Anterior a los tiempos de
Alexis de Tocqueville (La democracia en América, 1835-1840), la justicia
norteamericana ha gozado de enorme prestigio y respetabilidad.
Varias
de las leyes penales concordantes con la C.P. son: i) International Emergency
Economic Powers [“IEEPA”/Poderes de emergencia económica internacional];
Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act [Ley “RICO”
Contra mafias y organizaciones corruptas de alcance extraterritorial]; iii
Foreign Narcotics Kingpin Designation Act o “Kingpin Act” [Ley del
Cabecillas Narcos], que dio origen a la Lista Clinton o Lista OFAC, herramienta
administrativa y financiera que le permite al Departamento del Tesoro a través
de su policía financiera (The Financial Crimes Enforcement Network “FINCEN”),
apuntar personas y empresas de cualquier país sospechosas de lavar activos y
mal uso del dólar; iv.- Foreign Corrupt Practices Act [“FCPA”/Ley de Practicas
corruptas extranjeras] o ley anticorrupción y antisobornos transnacionales; v.-
Global Magnitsky Human Rights Accountability Act [“Ley Global Magnitsky”], cuyo
alcance planetario incluye hechos oprobiosos como la violación de DDHH,
tortura, corrupción y confiscación ilegal de empresas. Este instrumento permite
enlistar a personas en la Lista OFAC. Son varios los países que la han
incorporado en su legislación interna en Europa y Canadá.
Canadá
trabaja intensamente en la coordinación, cooperación y sanción del crimen
internacional. En el caso venezolano, ha sancionado individuos involucrados con
violación de DDHH, corrupción y capitales sucios.
Personajes
que se creían intocables, poseedores de fortunas mil millonarias, atrincherados
en mansiones; ataviados de lujos, aviones, relojes, establos y guardaespaldas,
los dejan correr a caballo o en Ferraris, para terminar capturados, aportando
información calificada que desmonta mitos revolucionarios… De “diplomáticos” a
delatores. De presidentes a encadenados de manos y pies. De vida acaudalada a
un correccional con celda compartida. No hay salvación. Dictadores,
presidentes, ministros, generales, millonarios, marqueses de la paz o de
cualquier rango, terminan atrapados en el vigor de Palermo, el mismo espíritu
de justicia por el que dieron su vida Falcone y Borsellino.
Ese
día está llegando…
No
pudo Noriega con la causa justa. No pudo Omar Al Bashir dictador de Sudán, ni
Hosni Mubarak caudillo de Egipto por 30 años, o Efraín Ríos Montt el hombre
“fuerte de Guatemala” o Hissène Habré condenado por genocidio contra lugareños
de Chad, con la justicia criminal internacional, sea Palermo contra el crimen
organizado o la Corte Penal Internacional de La Haya. Pongas sus bardas en
remojo. Como predijo Gallegos “Algún día será verdad. El progreso penetrará en
la llanura y la barbarie retrocederá vencida” . Ese día está llegando. Y se les
volteó la historia… que nunca ha sido suya.
Orlando
Viera-Blanco
@ovierablanco
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