Por Carolina Jaimes Branger, 08/10/2012
Escribo
este artículo el 5 de octubre. Pero haya pasado lo que haya pasado ayer, el
triunfo cierto será de Henrique Capriles Radonski. Capriles ganó antes de las
elecciones por su trabajo y su tenacidad. Pero sobre todo, por su humildad. Por
esa humildad con que afrontó los gigantescos retos que tenía frente a sí.
¡Hay
que ver lo que ha sido tener de oponente a Hugo Chávez -HuGoliat, como lo
llamaron recientemente en The Economist- un autócrata megalómano con la
petrochequera del Estado! ¡Hay que ver lo que ha sido haber hecho campaña en
tanta desigualdad de condiciones, contra el ventajismo que significa el control
absoluto que tiene el gobierno de los medios de comunicación! ¡Hay que ver lo
que ha sido el titánico esfuerzo por vencer el miedo que el chavismo ha
sembrado en la población de más bajos recursos de que no habrá más programas
sociales, el pánico entre los empleados públicos de que se quedarán sin sus
puestos de trabajo si no votan por el comandante y la zozobra entre todos de
que éste es el imperio de la violencia, que tienen su monopolio y la ejercen
sin discreción!
Henrique
Capriles ha traído no solo aires de juventud –y la esperanza, la fe y la
renovación que el divino tesoro trae consigo- sino también la imagen de una
Venezuela distinta y posible, en la que el respeto a las diferencias, la
conciencia de la otredad y el reconocimiento de que en efecto, hay espacio para
todos, son los signos que inspiran, conmueven y mueven a millones de
venezolanos. No la violencia del discurso de Hugo Chávez ni la escisión que
éste ha querido hacer de nuestra sociedad. Henrique aportó la imagen de un
hombre sano física y mentalmente, con sentido de la inclusión, apertura de
pensamiento y conciencia de sus limitaciones. Sin arrogancia, sin insultos, sin
atropellos.
Hace
unos días, Thays Peñalver escribió en El Universal un artículo de antología,
“Escenarios de cara al 8 de octubre”. Quiero hacer mías sus palabras:
“Muchas
cosas han cambiado en relación a los escenarios (postelectorales) pasados, una
de las más importantes es el valor de las siguientes elecciones regionales,
donde la oposición puede verdaderamente quebrarle la espina dorsal al chavismo.
Son a mi juicio, mucho más importantes para la oposición que la del 7-O. Porque
la realidad es que Chávez perdió hace rato (aunque un escenario posible sea que
gane las elecciones) su proyecto murió destruido por su gente, que luego de 14
años logró finalmente tener "consciencia de clase"... pero burguesa.
Las pretensiones de Hugo Chávez de llevar a Venezuela por la senda de la lucha
de clases, terminaron convertidas por los suyos en la última de las
revoluciones andinas. Así es que ese escenario de hace 6 años atrás del
"Si Chávez gana, me voy de Venezuela", hoy no tiene sentido.
Por
otra parte en el chavismo hay una guerra a muerte, el solo hecho de pensar que
pierdan sus privilegios (no Chávez) los tiene locos y es por eso por lo que el
Presidente está expulsando a sus cuadros tradicionales del poder central y
alejándolos de la línea de sucesión. Bastaría entonces que la oposición
conquistara más regiones, para lograr la ruptura definitiva de la revolución.
El tercer punto clave es la salud presidencial, que si bien estuvo solapada en
la campaña, comienza a verse afectada y será en un futuro cercano la principal
protagonista en los tiempos por venir. Mi visión distingue un escenario real de
ruptura interna en los cuadros de poder y aprecio un escenario muy complejo con
el tema de la salud.
Prepárense,
porque el escenario postelectoral es en extremo prometedor. Dejen por favor de
decirle a sus hijos que los prefieren trabajando en Estados Unidos en cadenas
de comida rápida o que sean mileuristas en Europa, díganle a sus hijos que el
futuro de Venezuela les pertenece y denle las herramientas para que estén preparados
para lo que viene, porque pase lo que pase el 7 de octubre, el futuro cercano
para la oposición y la gente que quiere vivir de su esfuerzo propio, es
extraordinariamente bueno. Por lo pronto para mí, ya Henrique Capriles ganó
como venezolano. Y como buen político, hace rato”. Para mí también. Una vez
más, David le ganó a HuGoliat.
@cjaimesb
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