(Juan José Ojeda Díaz).- Para el
secretario general del Movimiento al Socialismo MAS, Felipe Mujica, la
“operación remate” que se produjo el pasado 7 de octubre a partir de las 4 p.m.
por parte del oficialismo, “tuvo un costo, según nuestras estimaciones de entre
15 y 30 millones de dólares, o unos 30 mil millones de bolívares fuertes, que
se gastaron en un determinado número de votantes que el chavismo programó con
el dinero de todos los venezolanos. Un dinero del Estado que hace que la
victoria del Presidente sea absolutamente ilegítima”.
“Este operativo se produjo con
instancias similares a los comités de defensa de la revolución cubana, que
llegaron a buscar directamente a sus casas a centenares de miles de venezolanos
que fueron movilizados de manera casi obligada o pagando la movilización.
Señalándoles que no habían votado y que era necesario que lo hicieran. Fue un
acto donde la libertad, la autonomía y la decisión de votar o no, quedó
cuestionada”, aseguró.
Descartó la posibilidad de un fraude
electrónico o por la vía del Consejo Nacional Electoral, CNE. “Hablar de fraude
lo que hace es ayudar eventualmente a lo que pueda significar los futuros
desarrollos políticos y electorales que tendremos en Venezuela. Lo que si queda
claro luego del 7-O, es que tenemos unas elecciones totalmente deformadas por
el ventajismo del cual se hace uso el Estado venezolano. Como organización,
haremos la denuncia correspondiente ante la sociedad venezolana”.
Agregó, “No se trató de una contienda
contra el candidato oficialista solamente, sino contra el candidato y el Estado
venezolano a través de todas sus instituciones, que se pusieron al servicio de
una campaña electoral que el Presidente tuvo que utilizar para resultar
reelecto. Hay una enorme diferencia entre los resultados cuando Chávez ganó en
1998 y resultados posteriores en las que había una movilización espontánea, y
lo que hoy ocurre, movilizaciones en autobuses, pagadas e itinerantes”.
Destacó el “gran esfuerzo” que llevó a
cabo Henrique Capriles durante la campaña electoral y argumentó, “Ese esfuerzo,
desde nuestro punto de vista, tuvo que haber sido respaldado por lo que fue el
origen de la candidatura de Capriles, es decir, el esfuerzo unitario. En
nuestra opinión, esto no se produjo de la manera que era necesaria. Creemos
también que la posibilidad de haber hecho viable la participación de distintos sectores
en la campaña electoral no fue facilitada ni permitida. Eso habría producido un
resultado distinto”.
Sugirió que en la oposición se
produzca un debate civilizado sobre los resultados del 7 de octubre y se puedan
corregir posibles errores cometidos.
Advirtió que el venidero proceso
electoral para elegir gobernadores tiene características propias. “Las
elecciones del 16 de diciembre no pueden ser vistas como la continuación de lo
que ocurrió el 7 de octubre. Su resultado no tiene por que ser igual. Los
candidatos y las realidades de los estados son distintos y la tarea de los
venezolanos será elegir a quien constituya el mejor liderazgo en cada estado
del país. No se trata de que quienes votaron por Chávez estén obligados a votar
por los malos candidatos o candidatos importados que el gobierno ha llevado a
las regiones, donde por cierto, hay la bicoca de 11 militares que aspiran a ser
gobernadores”.
Hizo un llamado al país a buscar un
equilibrio en la selección de gobernadores. “No tiene ningún sentido, que
después de las elecciones regionales, el país amanezca totalmente teñido de
color rojo. Es imprescindible que quienes aún votando por el Presidente de la
República en las elecciones que acaban de culminar, comprendan la necesidad de
que éste tenga los contrapesos necesarios en el escenario de la sociedad
venezolana para el buen funcionamiento del sistema democrático”.
“Hoy el país tiene que ver lo que
viene en términos optimistas con relación al resultado. Cero guayabo. Hay que
salir a impulsar un resultado democrático en las elecciones regionales”,
concluyó.
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