Por Jaime Cordero Martes 16 de octubre de 2012
El ex guerrillero comunista, hoy
opositor, cree que el chavismo no tiene capacidad para generar un sucesor del
líder bolivariano
CARACAS.- Ex guerrillero comunista, ex
ministro, candidato presidencial en dos ocasiones y pertinaz opositor a Hugo
Chávez desde su diario, Tal Cual, Teodoro Petkoff es considerado una de las
mentes más lúcidas de Venezuela. Aunque la victoria chavista fue un duro golpe,
mantiene el optimismo.
-Luego de las últimas elecciones,
¿cree que es posible derrotar a Chávez?
-Sin duda. Yo creo que ésta es su
última victoria. El discurso de Chávez está agotado, es repetitivo, vacío. La
oposición partidista ha tomado el mando y desarrollado una política
democrática, convencida de que estos gobiernos autoritarios, autocráticos y
militaristas sólo pueden ser enfrentados con posibilidades de éxito en el
terreno democrático.
-¿No es eso un poco ingenuo? Da la
impresión de que Chávez hace todas las trampas y la oposición pretende jugar
limpio.
-Es estrategia. La oposición avanza y
esta última elección ha sido un avance enorme.
-Pero seis años es muchísimo tiempo.
¿Qué hará Chávez?
-No lo sé.
-Él habla de lanzar el segundo plan
socialista, de profundizar la revolución?
-Todo eso es charlatanería. Él habla
de radicalizar la revolución, lo que puede entenderse como un aumento de las
estatizaciones. Quién sabe si tiene algún plan para los medios de comunicación?
no lo sé. Chávez es predecible en el largo plazo. En el corto es impredecible.
Ahora amaneció con un discurso conciliador que le duró dos días.
-¿Chávez es causa o consecuencia en
Venezuela?
-Consecuencia, claramente. Es
resultado del fracaso de los dos grandes partidos que gobernaron Venezuela
durante 40 años y se desentendieron de todo: desaparecieron a los pobres de su
radar, se volvieron máquinas autistas electorales para la disputa del poder y
se ganaron el odio de los venezolanos.
-¿Qué aprendieron los partidos
venezolanos para evitar caer en los mismos errores?
-Que el golpismo y el abstencionismo
no rinden: en ese terreno Chávez es invencible. En cambio, en el camino
democrático a él le resulta mucho menos cómodo competir con nosotros, porque
tiene que seguir ciertas reglas de juego que mal que bien se mantienen en
Venezuela.
-¿La unidad de la oposición está hecha
para sacar a Chávez?
-Por ahora es una alianza cuyo factor
aglutinante es Chávez, como suele suceder con gobiernos de esta naturaleza. La
unidad va de la derecha hasta la izquierda. Ahora, para lo que debe sobrevivir
es para todos los desafíos electorales que vienen: las regionales en diciembre
y las municipales en abril.
-¿Usted ve en Capriles el mascarón de
proa de la oposición en esas batallas?
-Bueno, por ahora. Pero Capriles es la
punta de un iceberg: comienza a emerger un nuevo liderazgo.
-¿Puede llamarse democracia a lo que
hay en Venezuela?
-Es una democracia muy imperfecta y, a
la vez, una dictadura, también imperfecta. Éste no es un país dictatorial, pero
la democracia sufre demasiadas coerciones. De la democracia subsisten los
partidos y los procesos electorales. Pero el ejercicio pleno de la libertad de
expresión, por ejemplo, está muy acosado.
-Usted, que es un hombre de larga
trayectoria en la izquierda, ¿se decepcionó de Chávez?
-No, porque nunca lo apoyé. Fui una de
las poquísimas personas de la izquierda venezolana que no se enceguecieron con
Chávez. Esto, a pesar de que teníamos una excelente relación personal: era un
tipo simpático y tratable. Pero no me gustaban los trazos muy visibles de
autoritarismo desde antes de que fuera presidente.
-¿Alguna vez Hugo Chávez fue
socialista?
-Chávez proviene de un grupo de
conspiradores militares, sin formación en los valores de la izquierda. De
hecho, hace más o menos un año dijo: "Yo soy marxista, aunque nunca he
leído una palabra de ese señor".
-¿Y qué es entonces el socialismo del
siglo XXI?
-Una consigna, un eslogan que pretende
dar cierto contenido al proceso revolucionario. Para la población que nunca lee
programas, eso basta.
-Venezuela tiene mucha más
delincuencia, mucha más inflación; sin embargo, Chávez sigue teniendo una
fuerte base electoral? ¿Por qué?
-Chávez tiene un liderazgo
carismático. El carisma no es un don del líder, es algo que la gente le
atribuye, la capacidad de hacer milagros. Ese liderazgo es generosamente
lubricado por el petróleo, que le da ingresos inconmensurables para financiar
sus programas sociales. Él no los inventó, lo que ha hecho es meterles más
plata, y eso ha significado para algunos sectores de la pobreza una mejoría.
-¿Puede haber chavismo después de Hugo
Chávez?
-Yo lo dudo un poco. A veces pienso en
el caso de Perón, pero él organizó a la sociedad argentina, sobre todo a la
clase obrera. Yo dudo mucho de que el chavismo tenga esa capacidad de
resistencia: primero porque no tiene cemento ideológico, teórico; ahí no hay
pensamiento. Segundo: el liderazgo por debajo de Chávez es extremadamente pobre
y mediocre, porque Chávez no deja que crezca nada a su alrededor. No hay un
líder en el chavismo que sea capaz de meterse en sus botas. Ahora, varios lo
intentarán, sin duda. Hay varios nombres que suenan como herederos lógicos:
Nicolás Maduro, Elías Jaua, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado
Cabello? todos son bastante mediocres. El más peligroso es Cabello, porque
tiene fuerza militar y muchísimo dinero.
-¿Y Adán, su hermano?
-No, ése es un personaje sumamente
gris, apagado. No entusiasma ni a su mamá.
-En su estudio sobre Chávez, el
historiador mexicano Enrique Krauze sostiene que es más fascista que socialista
o marxista?
-Bueno, eso se lo digo yo a Krauze. Lo
que dije exactamente es que Chávez tiene más elementos fascistoides que
socialistas, a menos que hablemos del estalinismo: el culto a la violencia y a
la muerte, el desprecio por los adversarios, el canto al pasado, etcétera.
-Y, también, su fijación con la figura
de Simón Bolívar?
-Eso creo que viene más de su
personalidad. Chávez es un psicópata, que no es lo mismo que un loco. Chávez
empezó asociando a Bolívar con la revolución y luego ha terminado presentándose
casi como la reencarnación del libertador.
-Resulta contradictorio que el Estado
gigantesco que ha creado Chávez tenga cada vez menos presencia en las calles.
-El Estado es obeso, no musculoso.
Creció, pero engordando. Chávez ha destruido las instituciones y no ha creado
las que las podrían sustituir. Hay una que otra oficina pública que funciona
bien, pero en general todo el aparato del Estado venezolano es extremadamente
ineficiente.
-¿Y corrupto también?
-Eso ni decirlo. Ése ha sido un rasgo
permanente en la vida venezolana. No sólo con Chávez. Siempre. Sólo que ahora
el botín es más grande.
-¿A dónde cree usted que quiere llegar
Chávez con su revolución?
-A mantenerse en el poder lo más que
pueda. Ése es su único objetivo: el poder a todo precio. Y lo ha logrado hasta
ahora.
-¿Qué tan difícil será reconstruir
Venezuela cuando Chávez deje el poder?
-Será difícil, pero otros países
también lograron salir de situaciones muy malas, como Perú, Chile, la
Argentina, Uruguay o Brasil.
DE GUERRILLERO A ANTICHAVISTA
Acusa al mandatario de estar
obsesionado con el poder "a todo precio"
- TEODORO
PETKOFF
Director del diario Tal cual
El veterano intelectual venezolano fue candidato presidencial en dos ocasiones. Referente de la izquierda en el pasado, hoy es un pertinaz opositor
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