Nos llegó por correo, conservamos el anonimato.
De un venezolano en
Bogotá.
Después de votar, tocó regresar a Bogotá. Uno se va de Venezuela un
poco triste, y preocupado por su gente. Además, ando con una sensación extraña.
Siento un gran desprecio por un reducido grupúsculo. Ese grupúsculo de
Venezolanos que no hizo un esfuerzo por ir a votar y que ahora se rasga las
vestiduras y dice que está de luto, que no hay mañana, que están desolados, que
si los Chavistas son tramposos, que se acabó Venezuela, etc. Si no quisiste
votar y preferiste ir a la playa, te cayas la puta boca y te metes tu falsa
tristeza por el culo. No me mandes PINs ni mensajitos chimbos.
Como yo si voté y llevé a gente a votar, siento que hoy puedo decir
todo lo que quiera. Hoy me pregunto - como en la canción del Mamut – “¿y qué
pasó?”: Yo creo que no nos hizo trampa, en el sentido estricto de la palabra,
si abusó del poder, de las cadenas, compró votos, etc., pero no tenía una
maquinita en Fuerte Tiuna sacando votos, ni nos robó 3 millones de votos de
Henrique. Eso no paso. Enrique la tenía cuesta arriba desde el día 1 y le
echó un cerro de bolas.
Lo que si paso es que Chávez empoderó al pueblo paupérrimo, ignorado y
olvidado (es decir a Juan y a María, para ponerles nombre) y les hizo sentir que
es el único que se preocupa por ellos…. Muchos dirán que: (i) los médicos
cubanos son malos, pero antes no había nada, (ii) que las universidades e
institutos bolivarianos no sirven, pero antes los pobres casi no tenían acceso
a la educación superior y ahora se gradúan y consiguen trabajo con el Estado,
(iii) que las misiones son para robar, pero algo le llega a la madre soltera,
(iv) que las casas que regalan son una porquería, pero son mejor que un techo
de cartón, (v) que en los micro-bancos se roban los reales, pero han dado
créditos, (vi) que los concejos comunales no sirven y quien sabe cuantas cosas
mas….
Chávez le llegó a todos esos panitas, a los que en el pasado los
gobiernos ignoraron, a los que muchos tratamos con desprecio y a los que inclusive,
a veces, les tememos.
Es muy difícil de entender, pero Juan se identifica con Chávez y con
más nadie. Es una conexión casi espiritual. Cuando Juan y María ven a Chávez en
el balcón del pueblo sienten euforia y se les eriza la piel, porque sienten que
Chávez y el pueblo son uno mismo.
Para ellos, Chávez habla claro y “raspao”, no se “anda con
“güevonadas”, le tendió una mano y los empoderó. Sobre todo, le hizo sentir a
María y a los otros desamparados que su lucha es por ellos. Chávez es arrecho y
se enfrentó al imperio y a los “burgueses” para darles misiones, educación,
comida, neveras, lavadoras y casas. Esto para muchos de nosotros, profesionales
y trabajadores, es pan y circo, pero para Juan, que vive día a día, es la
diferencia entre la vida o la muerte.
A Juan, lo que le importa es sentir que hay alguien que está velando
por él y que lo ayuda a sobrevivir. No se preocupa por el progreso, las altas
finanzas, los precios del crudo, ni la macroeconomía, y menos le importan las
expropiaciones.
Los que hemos tenido la suerte de estudiar y de educarnos, sabemos que
Chávez es un demagogo, abusador, incompetente, que esta destruyendo al país y
que está rodeado de ladrones y oportunistas. Sabemos que Chávez le dio pan y
circo al pueblo, acabó con las instituciones y ha destruido mucho de lo bueno
que tenía Venezuela, pero gran parte del pueblo, sin privilegios lo ve como lo
ven Juan y María.
Sin embargo, yo estoy seguro que renaceremos de las cenizas, que
Venezuela es un gran país, que el pueblo no quiere guerra y que quiere paz. Le
toca ahora anuestros líderes una labor de enseñanza verdadera, de mas contacto
con Juan y María, de ganarse su confianza y de quitarles el miedo.
Hay que enseñarle al pueblo las virtudes y recompensas del trabajo
honesto, lo sabroso que es comprarse una tele, un carro o una casa, con el
fruto de tu trabajo y no tener que hacer cola y ponerle la camisita roja a toda
la familia para que te regalen la lavadora, la nevera o la casa o para que te
lleven a Cuba a un tratamiento de cataratas. Pero también hay que convencerlo
que de no los vamos a dejar desamparados otra vez, de que su voz no será
callada y que será escuchada, pero de verdad….
Ese es el mensaje que hay que difundir. Hay que ganarse al pueblo y su
confianza, tienen que sentir que no van a perder los privilegios y derechos
adquiridos y que van a ser tomados en cuenta. El próximo presidente tiene que
tener la suficiente sensibilidad para ganarse y cuidar al pueblo que lo
necesita y gobernar con eficacia y eficiencia para también reconstruir el país.
Ese será realmente el presidente de todos los Venezolanos…
No podemos seguir repitiendo en
cada elección que si Chávez gana Venezuela se acaba. Llevamos 14 años con
Chávez y allí sigue Venezuela, golpeada, mocha, sucia, empobrecida, empeñada y
violada, pero allí sigue y mañana seguirá. Venezuela no se acabó ayer. Esta
mañana todos nos despertamos, nos tomamos el café y salimos adelante,
sacudidos, pero con la frente en alto y muy orgullosos por el Flaquito
que contra todo pronóstico y en tres meses de campaña se gano a casi la mitad
del pueblo. Henrique y su equipo saben cual es el mensaje. Y estoy seguro que
lo difundirán. Nos toca ahora seguir apoyándolos, porque no lo logró ayer, pero
vamos bien y seguro
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