Leopoldo Martinez Nucete martes, 9 de octubre de 2012
He recibido muchos mensajes y llamadas de amigos y colaboradores.
Para ellos debo escribir estas líneas. Me siento en la obligación de sacar
varias cosas de adentro para llevarlas a todos ustedes que me preguntan ¿Leo qué pasó? ¿Leo y ahora qué hacemos?
Lloré esta derrota junto a mi esposa, mi hija y mis hijos. Van horas de
quebranto al conversar sobre el tema con mis padres, hermanos y toda la
familia. Los abrazos y apretones de mano con a mis amigos y compañeros de
trabajo del Comando Venezuela en Washington llegaban con una dolorosa
resignación, porque trabajamos mucho en alcanzar la Victoria. Las llamadas
telefónicas no me han permitido regresar a la rutina.
Ayer perdimos las elecciones; y no hay ningún indicio de fraude electoral.
Perdimos una batalla. Todavía no somos mayoría. Confieso que creí que ya la
habíamos construido, tuve dudas durante la campaña, pero las reprimí y la
esperanza se apoderó de todos mis sentidos. Le dije hace días a Analuisa, mi
compañera incondicional, paciente, entregada, perceptiva y llena de amor que me
acompaña en este difícil mundo de la lucha política, que en cualquier escenario
el 7 de Octubre nunca seria el final de nada, sino el comienzo de una nueva y
difícil etapa.
Fue un día muy duro, porque todos tenemos derecho a aspirar, a soñar con
una Venezuela que progrese; y Henrique nos permitió mirar el futuro, y
acariciar esa posibilidad.
Henrique
Capriles, a quien conozco desde hace muchos años y con quien he tenido el
privilegio de luchar en equipo y recorrer este camino al progreso, es un
Venezolano tallado en una sola pieza. Hizo un esfuerzo admirable, yo diría que
colosal. La espectacular campaña que dirigió Armando Briquet, quizás uno de los
mejores operadores políticos que conozco, nos mostró el camino que debemos
seguir: el de salir al encuentro de millones de Venezolanos con un mensaje de
unidad y tolerancia, promoviendo la reconciliación nacional y la solución de
problemas concretos y prioritarios para la gente. En la moderación radicó la
fuerza que alcanzó la propuesta. Una propuesta respaldada por 6.468.450 Venezolanos. Y detengámonos allí para tomar la primera
nota que todos deben hacer. Con Henrique
Capriles a la cabeza, y la Unidad timoneada por ese Maestro de la política que
es Ramón Guillermo Aveledo, pudimos sumar algo mas de 2 millones de compatriotas
a la votación que habíamos obtenido en el 2006. Mientras tanto, el presidente
Chávez pudo crecer solamente 750 mil votos. Miren la tendencia. Aprecien el
alcance de lo que logramos junto a Henrique y con la Unidad. Es cuestión de
tiempo y de profundizar el recorrido. Hay que llevar el mensaje y otros se irán
sumando y transitando el camino que estamos construyendo.
a plataforma que lo hizo posible fue la Unidad.
La Unidad que nos otorgó el derecho de escoger nuestros lideres nacionales,
regionales y locales en elecciones primarias. La unidad que convocó toda una
confluencia de talento para presentar una propuesta sensata y moderna, en la
que lo privado y lo público cooperan para ofrecer al país mayor crecimiento
económico con justicia social, y así derrotar la inseguridad ciudadana. Esa
Unidad, con sus liderazgos nacionales, regionales y locales, a cuya cabeza está
Henrique Capriles Radonski, siguen siendo el camino.
Conozco a Henrique muy bien ¿Lo recuerdan preso
frente a la arbitrariedad? ¿Han visto alguien con tan disciplinada dedicación
como la que tuvo en campaña? Entonces
como alguien puede haber votado por Henrique el 7, lleno de esperanza y guiado
por la autenticidad de su mensaje; y amanecer el 8 dudando de “El Flaco”, al
conceder la derrota ¿Puede alguien creer que ese Venezolano tan integro
recocería una derrota que no ocurrió? Comprendo que el dolor es intenso, y
hasta puede cegar. Pero no dude nadie que Henrique Capriles y todos los que
estamos en el Comando Venezuela o la Mesa de Unidad Democrática estábamos
decididos a defender cada voto emitido por los Venezolanos; y de hecho, nos
preparamos para contarlos y defenderlos uno a uno con la Operación Victoria.
Tuvimos presencia en toda Venezuela y el exterior del país 133 mil testigos de
mesa y una red de organización y voluntarios que involucró a más de 250 mil
personas. A ellos debemos agradecerles con toda el alma el enorme esfuerzo que
hicieron.
Pero como dijo Henrique, hay que saber ganar y
saber perder. Y no hay pueblo derrotado.
¿Qué pasó?
No hubo fraude electoral. Hubo ventajismo en las elecciones, que es algo
muy diferente. Y lo sabíamos, pero no hay otra alternativa que luchar contra
ese ventajismo a través de la participación.
Un ventajismo que convierte la lucha democrática, pacífica y electoral
contra Chávez en una empresa titánica, porque es la lucha del ciudadano contra
un Petro-estado. El día de las elecciones los votos emitidos fueron contados.
No hay indicios de fraude. Incluso a esta altura ya se auditaron las mesas con
la papeletas depositadas por nosotros. Si alguien quiere recontarlos que lo
haga. No hace falta pedirlo al CNE, en el Comando Venezuela están todas las
Actas. Por eso mas adelante les propondré algo mas útil para nuestro tiempo.
Sin embargo, gritar fraude en una situación de decepción colectiva tan
delicada como la que vivimos puede encontrar eco y conquistar voluntades, y lo
mas grave, inhibir a mucha gente de continuar luchando. Por eso, y porque ya
nos picó esa culebra una vez, me detengo en el tema. Ya pasamos por allí
después del referéndum revocatorio que perdimos en el 2004 (que incluso no
sabemos ni cómo o dónde lo perdimos porque entonces, a diferencia de hoy, no
teníamos testigos en todas las mesas del país, ni siquiera en la mitad de las
mesas electorales de nuestra geografía nacional). ¿A dónde nos llevó aquel
grito de fraude? A la abstención ciudadana que causó las derrotas regionales en
Miranda y Carabobo, y la pérdida de importantes Alcaldías como la de Maracaibo.
¡Cuidado! No fue hace tanto tiempo como para haberlo olvidado. Recuerden que de
allí terminamos en un hueco donde nadie quería votar, y un año después en el
2005, en lugar de asumir la reconstrucción de la confianza en el voto,
terminamos entregando la Asamblea Nacional.
Pero hasta aquí de historia, para analizar el presente, aprendiendo de esa
historia.
En cada mesa electoral se nos entregó un Acta. Todas ellas fueron contadas
(y ninguna diferencia en alguna mesa o centro tiene incidencia sobre el
resultado). Allí está documentado lo que pasó, y nada de lo que hoy nos dice el
CNE es distinto a lo que dicen esas Actas de Escrutinio. Los resultados no se
“voltearon” de pronto. Temprano en la tarde teníamos aproximaciones al
resultado con base a “encuestas en boca de urna”, pero estas perdieron eficacia
al alcanzar la participación electoral los niveles que alcanzó, en todos los
centros del país. Cuando empezaron a llegar Actas comenzaron los Conteos
Rápidos (Quick Counts), que permiten hacer proyecciones con una muestra
representativa de mesas electorales, y contando cada voto efectivamente emitido
en ellas (no haciendo encuestas en la calle). Y esos conteos nos indicaron lo
mas doloroso, que estábamos perdiendo. Es decir, quienes dicen que se
“voltearon” los resultados comparan peras con manzanas. Estuvimos 2 puntos
arriba por un rato en las encuestas en boca de urna, pero luego siempre abajo
en los conteos rápidos. Era evidente que habíamos perdido. Pero no lo
concedimos hasta mirar la data en toda su profundidad.
Ahora les explico a quienes me envían mediocres ejercicios matemáticos que
todo es mas sencillo. Somos 18.903.937 Venezolanos inscritos en el RE. Votaron
en una participación histórica el 80,94% de los electores, es decir, se
emitieron 15.300.847 votos. El primer boletín del CNE incluía solo el 90% de
las Actas escrutadas y trasmitidas (es
decir, el 90% de esos votos emitidos) que suman 13.770.761 votos, y se nos dijo
cuantos eran votos nulos: 263.954. De allí las primeras cifras que arrojan a
Chávez con 7.444.062 (54,42%) y a Henrique con 6.151.544 (44,97%) de los votos
válidos. Hoy sabemos el escrutinio del 97%. Todo cuadra y no faltan ni sobran
votos:
Lo que pasó fue otra cosa:
Al Flaco no le quedó otra alternativa que patear la calle (cosa que siempre debemos hacer si queremos construir la mayoría) pero su mensaje no pudo alcanzar la difusión, magnitud y volumen que tuvo el gobierno. Y les doy un último dato, la semana de cierre de la campaña (de Lunes a Jueves) el desequilibrio informativo se agudizó. Por ejemplo en VTV Chávez tuvo cobertura de 9 horas y Henrique de 2 minutos. Piensen en esto y encontrarán respuestas que no están en el grito de un fraude el día de las elecciones, porque no lo hubo, y quizás (de ser posible, que es muy difícil cuando hay testigos de mesa) ya no era siquiera necesario.
¿Y ese candidato, con ese inmenso poder sólo saco 700 mil votos más que en el 2006, mientras nosotros crecimos en 2 millones? Por allí hay muchos cuentos chinos y de chinos o muertos que votan. No se como pudieron votar fantasmas si había capta-huellas para poder activar la maquina de votación, pero en todo caso, ¿si Chávez inscribió ese gentío que dicen, para votar sin derecho a ello, cómo es que de casi 3 millones de electores nuevos en que creció el RE nosotros sacamos 2 millones de votos y Chávez solo 700 mil? Se fijan que los que crecemos somos nosotros.
Esto pone de relieve que el aparato comunicacional del gobierno cercó el alcance electoral, y vendió una mentira por todos rincones de Venezuela a donde no pudo llegar caminando Henrique, por falta de tiempo no de ganas. Además, en las últimas semanas de campaña cuando se agudizó el desequilibrio informativo, el gobierno se dedica a la comunicar la infamia de que Henrique tenia un plan secreto que les quitaría sus beneficios sociales o los despediría de su trabajo. Henrique repitió casa por casa que no lo haría, que por el contrario su ley de misiones las mejoraría y las llevaría a todos sin distingo de preferencia política, pero eso recibió minutos de cobertura frente a horas de comunicación de la mentira.
Para quienes quieren entender mejor porque digo que no hay irregularidades en el tema del Registro Electoral o comprender mas a fondo los desequilibrios en medios de comunicación social les recomiendo leer los estudios de la Universidad Católica Andrés Bello en www.monitorelectoral.org, y les destaco el Informe sobre Consistencia Demográfica del Registro Electoral y sus informes de seguimiento al cumplimiento de la normativa electoral.
2) Segundo; el
Miedo. Para nadie es un secreto que el gobierno presiona a quien recibe algo o
tiene un empleo público o contrato con el Estado. Y el Estado es cada vez mas
grande e influyente, en el modelo económico de este régimen. Son vastos
sectores profundamente vulnerables. La relación con un gobierno convierte sus
derechos en prebendas, de las cuales depende su estabilidad personal y
familiar. Pero el miedo tiene muchos rostros. Y el miedo es libre. Una de las
consecuencias de la hegemonía comunicacional del gobierno es que no se puede
conocer masivamente el plan o mensaje alternativo que se propone frente al del
gobierno de Chávez.
Entonces se enfrenta la duda con lo conocido. La incertidumbre genera también miedo al cambio. La encuesta Gallup viene sistemáticamente revelando en sus estudios sobre Venezuela que cerca del 56% de los Venezolanos quiere soluciones concretas pero no un cambio radical del sistema en el que vive. Esa tendencia viene decreciendo, pero hay un camino por recorrer. Por otra parte, los estudios del Centro Gumilla revelan que 42% por ciento de los Venezolanos tiene miedo de hablar sobre política abiertamente en su comunidad; y los estudios de Varianzas indican que un porcentaje similar tiene dudas sobre el carácter secreto del voto. Y aunque el voto si es secreto, y se puede demostrar que es secreto, el CNE no invirtió un centavo en propaganda para aclararlo al país dejando a esos Venezolanos a merced de la duda.
3) Tercero, faltó tiempo. Crecimos en 2,100,000 votos. Y el gobierno está desbordado por la inviabilidad de su sistema. Pero también ha establecido una vocación social que debemos asumir. Por eso la necesidad de cambios como los que propuso Henrique es urgente en Venezuela, si el gobierno no los asume crecerá nuestra caudal electoral siempre que sigamos haciendo exactamente los que hicimos estos últimos meses, para capitalizar el descontento.
La tarea es mantener la Unidad. Luchar por nuestros espacios de participación. Votar masivamente y derrotar el miedo.
En estos meses la esperanza derrotó al miedo en 2 millones de almas. Hay mucho donde crecer todavía, pero no seamos miopes o utópicos pensando que esos otros votos están solamente en el 20% que no votó. Hay muchos allí, pero lograr que vote el 80% de un padrón electoral en una proeza. Los votos están entre los 8 millones de personas que votaron otra vez por Chávez. Hay que entender sus razones y aspiraciones. Y a ellos debemos hablarle sin ofender, como lo hizo Henrique, reconociendo su existencia y aspiraciones. Reconociendo los resultados. Promoviendo y aceptando el dialogo con el sector del gobierno si de el puede salir algo mejor para Venezuela. Tenemos que logar que millones de hermanos Venezolanos nos abran la puerta de sus hogares y escuchen un mensaje que ya sumó dos millones más a nuestras filas. Es cuestión de tiempo, pero hay que trabajarlo con dedicación y humildad, abriendo nuestros corazones hacia ese pueblo hermano que necesita una agenda política, social y económica que garantice la inclusión.
Hay muchas cosas en el plano social, no solo las misiones, que ha hecho el gobierno de Chávez que debemos estudiar, reconocer y cuando hay alternativas para mejorarlas, convertirlo en propuestas. No podemos quedarnos en la crítica insensible. Y así debemos actuar frente a cada problema urgente del país. La campaña que hicimos marcó la pauta en esa dirección, hay que continuarla, convertirla en activismo político.
Henrique con su estilo místico lo recordó, al reconocer lo sucedido el 7 de Octubre en la noche: “El tiempo de Dios es perfecto”. Siempre recuerdo en este tipo de situaciones a Churchill: “la paciencia es un árbol de raíces amargas, pero con frutos dulces”
Entonces se enfrenta la duda con lo conocido. La incertidumbre genera también miedo al cambio. La encuesta Gallup viene sistemáticamente revelando en sus estudios sobre Venezuela que cerca del 56% de los Venezolanos quiere soluciones concretas pero no un cambio radical del sistema en el que vive. Esa tendencia viene decreciendo, pero hay un camino por recorrer. Por otra parte, los estudios del Centro Gumilla revelan que 42% por ciento de los Venezolanos tiene miedo de hablar sobre política abiertamente en su comunidad; y los estudios de Varianzas indican que un porcentaje similar tiene dudas sobre el carácter secreto del voto. Y aunque el voto si es secreto, y se puede demostrar que es secreto, el CNE no invirtió un centavo en propaganda para aclararlo al país dejando a esos Venezolanos a merced de la duda.
3) Tercero, faltó tiempo. Crecimos en 2,100,000 votos. Y el gobierno está desbordado por la inviabilidad de su sistema. Pero también ha establecido una vocación social que debemos asumir. Por eso la necesidad de cambios como los que propuso Henrique es urgente en Venezuela, si el gobierno no los asume crecerá nuestra caudal electoral siempre que sigamos haciendo exactamente los que hicimos estos últimos meses, para capitalizar el descontento.
La tarea es mantener la Unidad. Luchar por nuestros espacios de participación. Votar masivamente y derrotar el miedo.
En estos meses la esperanza derrotó al miedo en 2 millones de almas. Hay mucho donde crecer todavía, pero no seamos miopes o utópicos pensando que esos otros votos están solamente en el 20% que no votó. Hay muchos allí, pero lograr que vote el 80% de un padrón electoral en una proeza. Los votos están entre los 8 millones de personas que votaron otra vez por Chávez. Hay que entender sus razones y aspiraciones. Y a ellos debemos hablarle sin ofender, como lo hizo Henrique, reconociendo su existencia y aspiraciones. Reconociendo los resultados. Promoviendo y aceptando el dialogo con el sector del gobierno si de el puede salir algo mejor para Venezuela. Tenemos que logar que millones de hermanos Venezolanos nos abran la puerta de sus hogares y escuchen un mensaje que ya sumó dos millones más a nuestras filas. Es cuestión de tiempo, pero hay que trabajarlo con dedicación y humildad, abriendo nuestros corazones hacia ese pueblo hermano que necesita una agenda política, social y económica que garantice la inclusión.
Hay muchas cosas en el plano social, no solo las misiones, que ha hecho el gobierno de Chávez que debemos estudiar, reconocer y cuando hay alternativas para mejorarlas, convertirlo en propuestas. No podemos quedarnos en la crítica insensible. Y así debemos actuar frente a cada problema urgente del país. La campaña que hicimos marcó la pauta en esa dirección, hay que continuarla, convertirla en activismo político.
Henrique con su estilo místico lo recordó, al reconocer lo sucedido el 7 de Octubre en la noche: “El tiempo de Dios es perfecto”. Siempre recuerdo en este tipo de situaciones a Churchill: “la paciencia es un árbol de raíces amargas, pero con frutos dulces”
4) Finalmente,
hay dos realidades en Venezuela, pero seguimos siendo el mismo pueblo y un solo
país. Las realidades no se dividen sólo por razones políticas o socioeconómicas.
También en el plano geo-económico, entre la dimensión urbana y rural del país
hay inmensas diferencias. Hay que continuar abriendo caminos para conocerlas
mejor, ganarnos su confianza, sembrar en ellas la esperanza y reconciliarlas en
una unidad mas amplia que la que ya tenemos.
¿Qué Hacer?
Yo les propongo una tarea mas útil, práctica y trascendente que dejarnos
arrebatar por el dolor de la derrota.
Les propongo seguir organizándonos en torno a la Unidad y su liderazgo,
siguiendo la pauta de Henrique Capriles y Ramón Guillermo Aveledo, con los
líderes regionales y locales electos en nuestras primarias de Febrero del 2012.
Organizarnos para ganar en todos los estados que podamos el próximo mes de
Diciembre. Organizarnos para seguir votando y conquistar espacios municipales
en Abril del 2013; y finalmente alcanzar la mayoría en la Asamblea Nacional el
2014.
Hay que
hacer política y confiar en el equipo que tenemos. Hoy Henrique fue categórico:
“Tenemos que levantarnos de la tristeza. El Radicalismo y la Antipolítica nos
hizo mucho daño, no caigamos en lo mismo”.
El que se radicaliza pierde. Si Chávez se radicaliza más aún, perderá en
otro momento. Nosotros debemos seguir encontrando fuerza en la moderación.
Sigue habiendo un Camino: lo estamos construyendo.
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