Xabier Coscojuela 04 de noviembre de 2014
Los partidos políticos que integran la
Mesa de la Unidad Democrática están comenzando a posicionarse sobre los
mecanismos a ser empleados para escoger a los candidatos del sector democrático
para las elecciones parlamentarias del próximo año. Unos se decantan por las
primarias, otros por el consenso y los hay también que quieren combinar ambos
mecanismos.
Nosotros pensamos que el menos traumático
es el de las primarias, pero nos parece que lo más sensato sea la combinación
de ambos y pudiéramos decir que lo más conveniente sería tantas primarias como
sea necesario y tanto consenso como sea posible.
El fin de todo esto debe ser reeditar lo
que ya se logró para las elecciones parlamentarias de 2010: candidatos
unitarios para todas las circunscripciones y todas las listas. El resultado en
votos logrado en esa oportunidad fue muy bueno, aunque no se vio reflejado en
la conformación de la Asamblea Nacional por las triquiñuelas que el chavismo,
con la alcahuetería de Tibisay Lucena y su combo, hicieron para la conformación
de los circuitos. Hoy dada la grave crisis que atraviesa Venezuela esas
triquiñuelas pueden revertirse contra el maduro-cabellismo.
Es cierto que la actuación de la MUD en
su conjunto no ha sido la más acertada durante 2014. No ha tenido una
estrategia política unitaria. Algunos de los partidos que la integran quisieron
jugar por su cuenta y adelantaron iniciativas, como la llamada salida, que fue
un fracaso y un retroceso para el conjunto de la oposición. Los distintos
mensajes que enviaban dejaron perplejos a más de uno y no contribuyeron en nada
a atraer a un buen número de venezolanos desencantados con el gobierno de
Maduro. Iniciativas como el congreso ciudadano y la promoción de una
constituyente también han contribuido con esa falta de una política que atraiga
a la mayoría de los venezolanos.
Eso está reflejado en todas las
encuestas que se han venido haciendo en el país.
Entendemos ambas iniciativas como un
intento de sus promotores por echar músculo político de cara a unas primarias
opositoras, pero pensaron de manera muy egoísta. Por cierto que la iniciativa
constituyente tiene mucho respaldo en algunas encuestas, pero dicho apoyo no se
corresponde con lo que se ha visto en la calle, donde las jornadas de
recolección de firmas han tenido poco éxito.
La tarea ahora para la MUD, en nuestra
opinión, es trazar una ruta común, que permita reconquistar a un sector
opositor renuente a votar, así como también recoger buena parte del chavismo
descontento, que lo hay por montones. La realización de primarias, donde sea
necesario, puede permitir entusiasmar a un buen grupo de compatriotas, lo que
unido a un apoyo y acompañamiento de las protestas que se vienen produciendo en
el país, puede concluir sin dudas en un resonante éxito electoral. Nos dicen
amigos de la MUD que hay más consenso para los candidatos de lo que muchos
creen, ojalá sea así.
Pero ojo, el maduro-cabellismo sigue
siendo una opción política con fuerza. Quien crea que ya están derrotados se
equivoca. Es cierto que también el sector gubernamental tiene que superar la
prueba de la escogencia de sus candidatos. En ese momento se verá qué tan
fuerte es el amor que se dicen prodigar Maduro y Cabello.
En esta oportunidad no contarán con el
difunto ex presidente para poner y quitar candidatos sin que nadie chistara.
Veremos cómo lo resuelven, pero es muy difícil que salgan del trance sin muchas
heridas.
Insistimos en que lo sensato para la MUD
es establecer una ruta única que lleve a lograr sumar el mayor número de
respaldos para ganar la mayoría en la próxima Asamblea Nacional y permitir la
reinstitucionalización del país. A quienes creen que la partida está ganada les
recordamos lo que afirmaba Yogi Berra: el juego no se termina hasta que se
acaba.
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