Por Luis Manuel Aguana, 29/10/2015
“Nunca he podido concebir cómo un ser racional podría perseguir la
felicidad
ejerciendo el poder sobre otros”. Thomas Jefferson
En oportunidad de la decisión de Leopoldo López de entregarse a la
justicia rojo-rojita el 18 de febrero de 2014, publiqué una nota indicando que
si tomaba esa decisión el régimen lo trataría peor que a Iván Simonovis, sin
contar con que en eso también estaría metiendo a su familia (ver Entrega o
Resistencia en
No estuve de acuerdo en que se entregara y lamenté luego haber tenido
la razón en relación al trato inhumano y cruel que han recibido él y su familia
en los casi dos años de reclusión y sentencia ilegal. Independientemente de si
ese vía crucis lo haya llevado a ser el primer líder en las encuestas
o si la decisión de Leopoldo fue acertada o no, se pudiera concluir a estas
alturas que el costo para el, su familia y el partido que fundó ha sido y sigue
siendo muy elevado. El régimen necesita a Leopoldo preso para culparlo de sus
propias masacres del 2014, así como necesita a Iván Simonovis preso para
culparlo de las del 2002.
Existe cierta racionalidad en el régimen cuando persigue y encierra a
aquellos liderazgos que consideran una amenaza a su supervivencia. De allí los
encierros de López, Ceballos, Ledezma y todo aquel que medio se asome con
posibilidad cierta de conducir los destinos opositores no colaboracionistas.
Asimismo el régimen se monta en una de favorecer aquellos liderazgos de
oposición “convenientes” a sus intereses, como el caso de Manuel Rosales, que a
las 7pm en aquella elección presidencial del 2006 ya estaba aceptando su
“derrota” antes de terminar de contar los votos de las mesas cerradas, con
gente todavía en las colas de los centros. Desde ya le auguro una rápida
“justicia” en su caso para salir a hacerle “oposición” conveniente al régimen…
En toda esta historia quienes no hemos sido muy racionales somos
nosotros. Los liderazgos políticos que más se han acercado a una lucha
no-colaboracionista en contra del régimen se han inmolado a la justicia
rojo-rojita, jugando el juego de la democracia cuando lo que hay es una
dictadura. Y el régimen muerto de la risa ha ido acabándolos uno por uno. Aun
insisten en hacer la faena del toro con un Ñu (ver La faena del Ñu en
Ahora se está presentando el mismo caso con Lorenzo Mendoza. Este líder
empresarial ha sido señalado por el régimen, desde mucho antes de su acusación
derivada de las grabaciones ilegales realizadas a él y al economista Ricardo
Hausmann, como el principal responsable de la “guerra económica” que se inventó
el régimen por la pavorosa inflación que llegará a 300% en alimentos este año.
Vuelve el régimen así a las andadas de culpar a alguien de sus propias
actuaciones.
Mendoza ha respondido lo mismo que antes respondieron nuestros líderes
opositores: “no me voy del país” (http://www.eluniversal.com/economia/151027/lorenzo-mendoza-no-me-voy-del-pais-y-respondemos-con-mas-trabajo).
Pues bien, el régimen montará su expediente fraudulento, como lo hizo antes con
López el Fiscal que está cantando en los Estados Unidos, y lo encerrará botando
la llave. Y el país, de nuevo, perderá otro líder, esta vez empresarial,
responsable por la producción de la mitad de la comida que se consume en Venezuela.
Dos importantes empresarios me refirieron que el régimen difícilmente
encerraría a Mendoza, pues le es más útil produciendo comida, y más aun en esta
época donde arrecia la falta de alimentos y dólares con que comprarla afuera.
Que Mendoza hacía bien diciendo que se queda, dándoles así confianza a sus
empleados y clientes. Y de nuevo, esa es NUESTRA RACIONALIDAD, no la
rojo-rojita. Eso sería lo correcto en la faena del toro, no cuando se lidia con
un Ñu.
El régimen desde hace muchísimo tiempo no se rige por la Constitución
de 1999. Se rige por el Plan de la Patria comunista. Juran cargos para cumplir
ese Plan, no la Constitución. Y en ese Plan está el control de los medios de
producción privados. Tal vez los Castro no le han ordenado todavía a Maduro
hacerse con el control de Empresas Polar porque conocen de la ineficacia y
ineptitud del gobierno venezolano para manejar un emporio como ese, pero la
desesperación es mala consejera. Ya está rodando la especie según la cual
tienen preparado un “Polarazo” –operación semejante al Dakazo pero de comida-
para antes de las elecciones, donde allanarían a Empresas Polar -como antes lo
hicieron con Daka-, luego de la detención de su Presidente con la excusa de la
famosa llamada telefónica, para regalar la comida que supuestamente tendría
“acaparada” el “responsable” de la “guerra económica”.
En un universo racional, nadie en su sano juicio pondría preso a
Lorenzo Mendoza. Estamos hablando del responsable de que al menos podamos medio
comer en Venezuela, y eso no es ninguna pendejada. Pero aquí no estamos
hablando de gente que obedezca esa o ninguna racionalidad. Han reventado todas
las leyes de la racionalidad económica en función de eternizarse en el PODER.
No es mi intención aquí darle consejos a Mendoza, que de acuerdo a lo
que dijo ya tomó su decisión, ni mucho menos orientar su acción. Solo quiero
llamar la atención a que muchos pensaron, incluyendo a Leopoldo López en
febrero de 2014, que esta tragedia se combate siguiendo las reglas del librito.
Ya López tiene preso casi dos años y las cosas han empeorado sustantivamente. Y
pueden ser aun peores si a eso le añadimos otro sufrimiento más con nuestra
mejor gente presa. Como bien escribe Gustavo Azocar en su carta a Mendoza: “No
es bueno darle a Maduro otro trofeo”
Muchos dicen que el régimen al seguir ese camino de represión poco a
poco se extinguirá, y ocurrirá “algo” que lo implosione o colapse. Estoy de
acuerdo con eso. Sin embargo, salvo que tengamos las habilidades de Reinaldo
Dos Santos, nadie puede predecir cuándo ocurrirá eso. Aquí puede haber una hiperinflación
de 3 o 4 dígitos el año que viene y el régimen podrá aguantarlo porque todavía
cuenta con muchísimos recursos que no necesariamente se contabilizan en dinero.
Pero quienes creen que la racionalidad rojo-rojita del régimen cambiará
porque aquí se pase hambre como consecuencia de acabar con Empresas Polar,
mejor que se vayan bajando de esa nube. Recuerden a Giordani, nos necesitan
pobres y ahora también hambrientos. Los Castro tienen más de 55 años mandando a
un pueblo hambriento porque tienen las habilidades para eso, y le han
transferido esa “tecnología” al régimen de Maduro, o la están poniendo en
práctica ellos mismos en Venezuela. Lamentablemente eso no se ha acabado de
comprender cabalmente, incluso por nuestros mejores exponentes. Ya es hora de
cambiar la estrategia y ensayar otros caminos, comenzando por no sacrificarnos,
en especial si eso no contribuye a salir de esta tragedia.
Twitter: @laguana
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico