Por Victor Salmerón
En un entorno signado por el
centelleante incremento de los precios, la escasez de productos básicos, el
descenso de la producción y el estudio de las principales universidades del
país que registra un salto histórico de la pobreza por ingresos, Prodavinci reunió
a cuatro expertos en el foro Lo que viene, para analizar qué puede ocurrir en
2016 en cuanto a políticas públicas y las variables que más impactan al
bienestar de la población.
Para intentar dar respuesta a
la pregunta de qué es lo que se aproxima es vital reconocer de dónde venimos.
En este sentido Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, explicó que
“venimos de un proceso creciente de intervención en la economía y de una
estrategia enfocada en la apropiación de la renta nacional, sobre todo en el
control de las divisas, porque el proyecto político imperante necesitaba una
gran cantidad de recursos. Este esquema, combinado con la sobrevaluación de la
moneda, los controles y la importación como forma de resolver los problemas de
determinados sectores ha tenido como consecuencia un debilitamiento progresivo
del tejido económico, industrial”.
Agregó que mientras la oferta
se deprimía el gasto crecía a través del financiamiento que el Banco Central le
hace al Gobierno. De esta manera el país se adentró en el túnel de la
estanflación, un malestar caracterizado por dos espasmos simultáneos: inflación
y recesión. A esta situación se añadió un cambio profundo, no coyuntural, en el
negocio petrolero que ha debilitado los precios del barril.
Tamara Herrera considera que
debería adoptarse un discurso que le explique a la población que abandonar este
camino constante hacia el deterioro requiere diferenciar entre sacrificio y
penuria. “El sacrificio consiste en que si estructuras un plan económico, no
parcial o puntual sino bien orquestado, pasas un mal rato de un año o año y
medio pero tienes la certeza de que vas a avanzar. Venezuela está cerca de esa
disyuntiva, entre penuria y sacrificio”.
Tamara Herrera retratada por
Roberto Mata
Asdrúbal Oliveros, director de
Ecoanalítica, señaló que “la administración de Nicolás Maduro escogió un tipo
de ajuste que minimiza sus costos políticos y este año cubrió un déficit de
divisas por el orden de 21 mil millones de dólares mediante un recorte profundo
en la asignación de divisas al sector privado, liquidación de activos y
endeudamiento. Pero al no atacar los desequilibrios internos se trata de un
ajuste ineficiente y costoso”.
Desde su punto de vista una de
las principales preocupaciones respecto a 2016 es que el Gobierno continúe con
la misma estrategia porque “el problema de aplicar un plan que corrija los
desequilibrios internos generados por el control de precios, el control de
cambio y los subsidios es que trastocan la dinámica de poder. El temor que
tiene el Gobierno de hacer un ajuste es que no quiere perder poder. Por
supuesto, la consecuencia es un impacto muy fuerte para los ciudadanos: la
caída del poder adquisitivo no tiene precedentes históricos y cada vez es mayor
la población sumergida en una economía negra, de reventas”.
Asdrúbal Oliveros está
consciente de que al desequilibrio de la economía puede añadirse una mayor
inestabilidad política: “preocupa mucho que después de las elecciones
legislativas del próximo 6 de diciembre se agregue a los problemas de la
economía una crisis política institucional de enfrentamiento de poderes, que no
se logre construir los consensos necesarios. Tenemos que ver cómo van a leer
el resultado de las elecciones tanto el Gobierno como la oposición porque
sus distintos grupos pueden entrar en conflicto, no se trata de bloques
homogéneos. Y además falta observar la reacción que tendrá el sector privado
porque si bien estamos ante un quiebre histórico creo que se trata de un ciclo
que no será rápido ni libre de costos”.
El economista y profesor de la
Universidad Católica Andrés Bello, Ronald Balza, centró su primera intervención
en destacar que en el país no se discuten las causas de los problemas de la
economía.
Ronald Balza retratado por
Roberto Mata
“Una de las preocupaciones que
he tenido es la ausencia de un discurso sobre la economía, más que analizar las
causas de los problemas nos hemos dedicado a observar que vivimos muy mal. Por
ejemplo posiblemente el tipo de cambio de 6,30 bolívares por dólar tendrá que
ser devaluado pero nadie ha dicho en qué magnitud hacerlo, el efecto que
tendría sobre los precios regulados, cómo afectaría al presupuesto que fue
aprobado bajo la premisa de una inflación de 60% en 2016. Tampoco se discute el
tema del control de precios”, dijo Ronald Balza.
Para reforzar esta idea afirmó
que “existe el temor de que eliminar los controles implique un empobrecimiento
de la población y allí desde mi punto de vista está el error de la oposición,
ha debido hablar directamente de la necesidad de levantar los controles, de debatir
las medidas para proteger a los sectores más vulnerables. Si nos dicen que
saltemos de un avión no vamos a querer hacerlo, pero si nos dicen que hay un
paracaídas, vamos a hacerlo antes de estrellarnos”.
La economista Anabella Abadi,
miembro de la firma ODH Consultores, considera que el país se encuentra en la
etapa que el estudioso de los sistemas socialistas János Kornai definió
como perfeccionamiento
del control.
Anabella Abadi retratada por
Roberto Mata
“No se reconoce que el problema de fondo son los controles sino
que se piensa que las regulaciones no han sido bien aplicadas. Se insiste
en que el problema no es el control de precios sino que hay que reforzar la Ley
de Precios Justos; que el problema no es el control cambiario, sino crear un
nuevo sistema para asignar divisas, no es la intervención de la propiedad
privada sino que no la estamos interviniendo eficientemente”, dijo Anabella
Abadi.
Viraje e hiperinflación
El economista y director de
Prodavinci, Ángel Alayón, moderó el foro y realizó a los participantes
preguntas sobre cómo observan una serie de temas relevantes para evaluar el
corto y mediano plazo.
Ante la interrogante de si es
posible que el Gobierno asuma un cambio de políticas e instrumente un ajuste
ortodoxo Tamara Herrera indicó: “no veo la posibilidad de que se produzca esa
transformación sin el cambio de los protagonistas. Por ejemplo, el control de
cambio es una decisión tomada, exprofeso y por eso solo hemos visto mutaciones
del control. Esta es una política económica que no puede echar para atrás”.
Al evaluar el riesgo de que el país se sumerja en la
hiperinflación afirmó que “hay una alta probabilidad de que
vayamos hacia allí sea cual sea la discusión sobre el nivel. Venezuela tiene
todos los ingredientes que han llevado a la hiperinflación a otros países: un
shock de oferta muy importante, políticas de corte populista, inflación
creciente, la falta del más mínimo respeto por la noción de equilibrio fiscal y
financiamiento del gasto con creación de dinero”.
El default
Sobre la cercanía o no de un default, es
decir, que Venezuela deje de cancelar sus compromisos de deuda externa en 2016 Asdrúbal
Oliveros explicó: “el próximo año el país tiene que pagar 10 mil 500 millones
de dólares por vencimientos de deuda y el ingreso de divisas, asumiendo un
precio promedio para el petróleo de 50 dólares, estaría en 40 mil millones de
dólares, esto significa que hay que destinar 25% del ingreso efectivo de
divisas a pagos de deuda. Los vencimientos están concentrados en octubre y
noviembre, creo que antes de preocuparnos de si el Gobierno va a pagar
deberíamos evaluar que antes de estos meses van a haber una serie de
acontecimientos políticos”.
Añadió que el Gobierno ha
privilegiado el pago de la deuda y que un default tendría costos muy
importantes porque el país estaría a merced de que jueces de otros países
aprueben embargo de activos, que surjan problemas para cobrar los envíos de
petróleo y que se complique la negociación con China para obtener el
financiamiento que requieren proyectos de la Faja del Orinoco.
Desde su punto de vista el
pago de la deuda se ha hecho a expensas de un recorte brutal de las
importaciones y de no reconocer la deuda con el sector privado que se ubica en
29 mil millones de dólares de acuerdo con sus proyecciones.
A manera de conclusión sobre
este tema señaló que “con otro modelo, otro equipo y otra estrategia se puede
dar un reperfilamiento de la deuda, esto es disminuir la concentración de los
pagos”.
Dólar y pobreza
Al analizar las perspectivas
en materia cambiaria Ronald Balza destaca que “no hay un mercado de divisas, el
Gobierno solo tiene mecanismos de asignación y el tipo de cambio paralelo
tampoco obedece a un mercado. Tendría que implementarse una estrategia para
cerrar la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, si el Gobierno no
hace nada en este sentido vamos a estar peor”.
Asdrúbal Oliveros, Tamara
Herrera, Ronald Balza Guanipa, Anabella Abadi y Ángel Alayón retratados por
Roberto Mata
Su propuesta es establecer un
sistema de cambio dual, con un tipo de cambio oficial y reconocer la existencia
del dólar paralelo tomando medidas para intervenir en el mercado de Cúcuta
mediante la compra de bolívares. A través de la devaluación del tipo de cambio
oficial y el descenso del paralelo se buscaría la convergencia hacia un solo tipo de cambio.
Otro factor a tomar en cuenta
para ayudar a la convergencia sería la creación de un mecanismo legal para la
compra de divisas como el Simadi pero que respondiese a la oferta y la demanda:
“crear un nuevo Simadi y ponerle un cerco eléctrico para que no pase de
determinada barrera lo único que hace es destruir la posibilidad de enviar un
mensaje creíble a la población”, dijo Ronald Balza.
Ante la interrogante de cómo
ha incidido el malestar de la economía en el empobrecimiento de la población
Ronald Balza explicó que la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) realizada
por la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y
la Universidad Simón Bolívar, determinó que la pobreza por ingresos arropa a 73 de cada 100
hogares y a 76 de cada 100 venezolanos.
“Como no hay cifras oficiales
de inflación este estudio de las universidades tomó un estimado de inflación en
el caso de los alimentos de 170%, se encuestó a 1.500 hogares. Algunos podrían
pensar que la cifra de pobreza de ingresos es exagerada pero la inflación pasó
de 60% a un estimado de 200%”, dijo Ronald Balza.
La escasez
Anabella Abadi afirma que “muy
probablemente la escasez se va a agudizar en 2016. Lo que estamos observando es
que el Gobierno toma medidas puntuales para enfrentarla como el incremento de
las importaciones por parte del sector público, esto tiene la desventaja de que
es ineficiente: de acuerdo con datos de la Cámara Venezolana de la Industria de
Alimentos (Cavidea) cada millón de dólares que se destina a la importación de
productos finales podría producir cinco veces más si se le asigna a las
empresas para que adquieran materias primas e insumos”.
Añade que otro factor a considerar
es que “no hay suficiente dinero para resolver el problema con importaciones.
La semana pasada se anunció que había llegado a los puertos cinco mil toneladas
de pernil, eso equivale a 155 gramos para cada venezolano”.
Certezas y consejos
Ángel Alayón propuso a los
cuatro ponentes que dijeran rápidamente cuál es su mayor certeza sobre
2016, la mayor incertidumbre y cuáles son sus consejos.
Anabella Abadi dijo que su
mayor certeza es que el país continuará en recesión y sufriendo niveles récord
de inflación. Explicó que su principal incertidumbre es qué decisiones se
tomarán en materia económica tras conocerse el resultado de las elecciones del
6 de diciembre y aconsejó estar informado y comprender las particularidades de
la crisis.
Asdrúbal Oliveros retratado
por Roberto Mata
Ronald Balza coincidió en que
el próximo año será sumamente difícil aunque desde su punto de vista hay
posibilidades de evitar una hiperinflación. Aconsejó repensar el tema del costo
político y su mayor incertidumbre es si habrá suficiente claridad para
enfrentar los problemas.
Tamara Herrera afirmó que el
próximo año será más difícil que el actual, su mayor incertidumbre es si la
sociedad será capaz de no caer en propuestas radicales que implican el no
reconocimiento del otro y aconsejó proteger los activos y jerarquizar los
gastos.
Asdrúbal Oliveros no duda de que en 2016 continuará la
crisis. Su principal incertidumbre es si se materializará un
proceso de transición y aconsejó “cultivar el espíritu, no es tarde para hacer
un posgrado, aprender otro idioma. Cuide sus gastos, no se convierta en un
consumidor irracional porque se le puede descalabrar el presupuesto. Y a los
empresarios les digo cinco cosas: no tenga medio de incursionar en otro campo,
cuide el flujo de caja, cuide al personal, cuide su marca y cuide su cuota de
mercado”.
25-11-15
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