Por Juan Pablo Arocha
A Hugo Chávez no lo dejan
descansar en paz. Insisten en revivirlo, en aprovechar su imagen para la
campaña del próximo 6 de diciembre. “Quien traiciona el legado de Chávez se
seca. Ese es un decreto que está escrito en el cielo. Queda solita, solito, y
sequita, sequito”, dijo el presidente Nicolás Maduro. Pero hay más, el PSUV
teje su campaña sobre la sombra del exmandatario.
El politólogo Nicmer Evans,
dirigente de la corriente disidente del chavismo Marea Socialista, cree que los
que se promueven hoy como hijos del difunto mandatario no son una buena
referencia, y le dañan la imagen.
-¿Por qué cree que el PSUV insiste en utilizar la imagen de Chávez en la campaña?
-¿Por qué cree que el PSUV insiste en utilizar la imagen de Chávez en la campaña?
- Es evidente. Hay una renta electoral que pretende ser inagotable, el Gobierno cree que es eterna la explotación de la imagen de Chávez en torno a la campaña electoral. Es un abuso de la imagen. Fidel Castro ya lo advirtió luego que murió Chávez, lo recuerdo: dijo que debían administrar la imagen, no quemarla rápidamente. Parece que este Gobierno no hace caso de un experimentado político que ha sabido mantener el poder.
-¿Le parece legítimo el uso de
esta imagen?
- Se sigue diciendo que va a ganar es Chávez, cuando quienes van a perder o ganar son los candidatos que escogieron. Es irresponsable, por parte de quienes dicen defender la imagen de Chávez, convertirlo en el gran elector y hacerle pagar la incapacidad que tiene esta Asamblea Nacional de poder defenderse con sus propios méritos
-En la campaña se afirma que
los candidatos representan a Chávez. A decir verdad, la mayoría viene de formar
parte de su Gabinete en algún periodo.
-Ellos representan al partido de Chávez. Eso es evidente. Después de tres años es muy difícil saber qué opinaría Chávez sobre la gestión de Maduro. Es imposible determinarlo. Ahora sólo quieren lograr trasladar la popularidad de Chávez a los candidatos y, algunos no tienen méritos propios para aspirar a ser diputados.
-Ellos representan al partido de Chávez. Eso es evidente. Después de tres años es muy difícil saber qué opinaría Chávez sobre la gestión de Maduro. Es imposible determinarlo. Ahora sólo quieren lograr trasladar la popularidad de Chávez a los candidatos y, algunos no tienen méritos propios para aspirar a ser diputados.
-¿Podrá esta estrategia
incidir en los resultados del 6D?
-Hasta ahora parece que no. El Gobierno está haciendo todo el trabajo para tratar de anclarlo en eso. De acuerdo a los datos de las últimas encuestas, Chávez sigue teniendo una popularidad de 58%, mientras que los que se definen como chavistas no llegan a 20% y la popularidad de Maduro no pasa de 22%. Hay una gran brecha de los que se dicen chavista, que lo que recuerdan del presidente Chávez
-¿Cuál es su pronóstico para
el 6D?
-Te apuesto a 10 mil por locha, que el 7 de diciembre vamos a tener una recomposición distinta de los actores políticos. Para mí el 6 de diciembre es el anticipo de un duelo final de la polarización. Vamos a tener la misma crisis económica, pero con un panorama político distinto. Va a expresar su descontento contra la gestión del gobierno y de la oposición
-¿Comparte la posición de la
exministra Ana Elisa Osorio, quien pide la renuncia del Gabinete Ejecutivo y de
la directiva del PSUV si el chavismo pierde la mayoría de la AN?
-Respeto la opinión de Ana Elisa Osorio, pero ella lo dice desde la perspectiva de una militante del PSUV, como lo es. El Gobierno de Maduro debe ponerse los pantalones, todos lo que está sucediendo hoy es causado, no solo por las trasnacionales y el imperio… hay entorno a Maduro poderosamente responsable de lo que está pasando hoy. Si Maduro no se pone los pantalones largos, estará en juego la estabilidad de su Gobierno. Le estarán quitando el tapete, gente de su propio entorno.
25-11-15
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