Por Margarita Lopez Maya
Duras han sido estas últimas
semanas en acontecimientos nacionales e internacionales. Rodean las próximas
parlamentarias de una atmósfera tensa, polarizante, inquietante.
En lo electoral destacan
varios episodios. El gobierno incluyó el estado Amazonas en las zonas de
excepción, con lo que aumentó el número de municipios con garantías suspendidas
y, por tanto, con desiguales condiciones de campaña.
Elocuente fue la retirada
del Tribunal Superior Electoral de Brasil de la comisión de acompañamiento de
Unasur al considerar que nuestro gobierno no garantiza las condiciones para que
pueda tener presencia temprana en las elecciones y actuar con la necesaria
independencia. Ahora preside Leonel Fernández, ex presidente de República
Dominicana. El CNE les negó la observancia a la Unión Europea y a la OEA, lo
cual hizo que Luis Almagro, secretario general de la OEA, enviara una carta de
18 páginas a la rectora Lucena, donde sistematiza la lista de irregularidades y
abusos que el oficialismo ha venido cometiendo ante un CNE que no cumple sus
obligaciones.
En otro orden, las denuncias
públicas del fiscal Nieves, sobre cómo se realizó el fraudulento proceso penal
que resultó en la condena a prisión por 14 años del líder opositor Leopoldo
López, vino a agregarse a la ristra de casos de persecución política chavista,
que rememoran los tiempos tenebrosos del general Gómez. Baduel, Afiuni, López y
otros, víctimas de un poder que no conoce cauces institucionales a la hora de
castigar adversarios.
¿Y el ruidoso silencio de las
máximas autoridades del país, incluida la pareja presidencial, sobre la
imputación por tráfico de cocaína en un tribunal de Nueva York de dos sobrinos
de Cilia Flores? Un silencio impensable en democracia. Mientras, Mario Silva y
Tania Díaz buscan convencernos de que se trata de una patraña más del imperio.
Más allá de lo nacional, los
actos terroristas del Estado Islámico en Egipto, Líbano y París, la tragedia de
los miles de refugiados, que huyendo de zonas de guerra, buscan abrigo en
Europa, nos hablan de un mundo convulsionado. Todos estos desarrollos deben
motivarnos a votar el 6-D con una mirada estratégica, buscando opciones que
alejen al país de nuestra propia irracionalidad y lo protejan de la ajena.
23-11-15
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