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lunes, 30 de noviembre de 2015

“Los grises más oscuros”, @MiguelVelarde



Por Miguel Velarde, 30/11/15

Vivimos la hora más difícil de nuestra historia republicana

Comienza la semana en la que se llevarán a cabo los cuartos comicios legislativos para elegir diputados a la Asamblea Nacional desde la aprobación de la Constitución de 1999. Si bien este hecho debería ser un día de celebración, la realidad es totalmente diferente.

El 6 de diciembre no participaremos de una “fiesta democrática”, como tantas veces nos quisieron hacer creer. Enfrentamos unas elecciones sin garantías democráticas, una lucha por nuestros derechos que no es más que una batalla entre el bien y el mal. El voto es la máxima expresión de la democracia, es el día de fiesta de quienes creemos en ella, pero hoy en Venezuela no hay nada que celebrar.

Esto no es normal, la verdad es que desde hace mucho tiempo nada es normal en el país. Tenemos una de las peores economías del mundo, con índices de inflación, escasez y devaluación que, traducidos en el día a día del venezolano, son hambre y pobreza. Los niveles de violencia nos sitúan como una de las naciones más peligrosas del mundo. Hemos llegado al punto en el que no solo nadie quiere invertir en el país, sino que nadie quiere venir a Venezuela. En los rankings internacionales de libertad, democracia y desarrollo estamos de últimos.

En lo electoral la situación es similar. A diferencia de los demás países de la región, nuestras elecciones son una situación de máxima tensión. Se caracterizan por el abuso y la violencia del gobierno. La presencia de observadores internacionales –algo absolutamente normal en cualquier parte- es un trámite que termina en insultos y agravios contra expresidentes, autoridades de organismos internacionales, parlamentarios del mundo y cualquier otro que “se atreva” a pedir que en Venezuela se garanticen las condiciones para unas elecciones libres, justas y transparentes, como manda la Constitución.

En 12 días se registraron ocho hechos violentos contra la oposición, seis con armas de fuego. Uno de ellos fue el asesinato de Luis Manuel Díaz por una ráfaga de 10 balas cuando se encontraba en plena tarima, al lado de Lilian Tintori, en un acto de campaña en Guárico.

Este hecho fue el detonante para que incluso quienes durante mucho tiempo se resistieron a llamar las cosas por su nombre y prefirieron ponerse creativos con términos como “democracia con grises”, se den cuenta de que estamos muy lejos de tener una.

En pocos días enfrentaremos una más de las muchas batallas que como ciudadanos hemos tenido que librar desde hace años. Armados solamente con nuestro valor y nuestras convicciones, nos veremos en las urnas en condiciones absolutamente desiguales para expresar, con mucho coraje y como un acto de desafío, nuestro profundo deseo de cambio.

Vivimos la hora más difícil de nuestra historia republicana. Esperamos que quienes nos convocan a confiar en ellos, esta vez sí estén a la altura de las circunstancias y tengan el coraje de defender nuestros votos: no basta con votar, cada voto debe contar y debe ser contado.

Mucho más en una circunstancia como la actual, en la que transitamos los grises más oscuros de una democracia que no existe.

Miguel Velarde
@MiguelVelarde

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