Por Electio Venezuela
A las 11:00 de la noche del
domingo 26 de septiembre de 2010 candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática
pensaban que habían ganado el circuito 5 del estado Carabobo. El triunfo era
casi épico. La circunscripción reparte tres diputados y se encuentra entre el
sur de Valencia y el municipio Libertador de esa entidad, zonas históricamente
chavistas.
“Estábamos ganando por unos
cuatro puntos, pero a esa hora empezaron a llegar datos de algunos centros
alejados de parroquias en los que nuestros testigos habían sido amedrentados y
retirados con amenazas”, recuerda Julio Castillo, dirigente de la MUD y uno de
los candidatos unitarios en esos comicios.
Al final la MUD cayó derrotada
por una diferencia de 2,56 puntos porcentuales, mucho menos que el promedio
histórico de ventaja que ha sacado el PSUV en este circuito en los últimos
cinco procesos: 15,4 puntos.
“No conocemos el modus
operandi que se aplicó porque no estuvimos allí, pero suponemos que luego de
sacar a los testigos introdujeron votos en las máquinas. Esos centros apartados
de parroquias como Negro Primero tenían pocos electores, pero suficientes para
decidir una elección cerrada”, lamenta Castillo.
Los candidatos de la MUD
acudieron al CNE y a la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, pero
no consiguieron tener acceso a los cuadernos de votación. Sin eso el reclamo
formal careció de una base sustentada.
Poco más de cinco años después
de aquella noche, el circuito 5 de Carabobo vuelve a estar en medio de la lucha
electoral para dominar la Asamblea Nacional. La sombra de aquel 26 de
septiembre sigue presente y un análisis de datos históricos y de los 245
centros de votación que tiene ese territorio demuestra que el temor es fundado:
es la circunscripción más vulnerable de Venezuela para los próximos comicios
parlamentarios.
Con el 6-D a la vuelta de dos
semanas, la MUD ha redoblado los esfuerzos para garantizar la presencia
permanente de testigos y evitar fraudes. “Hicimos un trabajo minucioso para
identificar las mesas en riesgo y adiestrar a los testigos para que obliguen a
que se cumplan las normas. Ahora tenemos un sistema blindado para monitorear
cada centro”, afirma Diego Borges, coordinador electoral de la MUD en Carabobo.
El gran descontento que existe
hoy en el país y que hace que 90% de los venezolanos evalúe negativamente la
situación, según cifras de Datanálisis, amenaza con transformarse en una
avalancha de votos en contra del gobierno el próximo 6 de diciembre. Sin
embargo, para que eso se materialice uno de los aspectos clave será neutralizar
cualquier amago de fraude y ventajismo en las mesas de votación.
En vigilancia. El peligro
de ser afectados por acciones fraudulentas está presente en 62% de los
circuitos, en los que se eligen 72 de 167 diputados principales. De las 87
circunscripciones que tiene el país, 54 podrían ser consideradas vulnerables en
las próximas elecciones parlamentarias porque más de 5% de su electorado vota
en centros poco confiables debido a su ubicación, nombre o porque en ellos hubo
violencia, violación del secreto del voto o el testigo opositor se vio limitado
en sus funciones durante las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013.
Esos resultados se obtuvieron
de una evaluación realizada por El Nacional en la que se cruzaron
datos del recurso interpuesto ante el Tribunal Supremo de Justicia por Henrique
Capriles tras las elecciones del 2013 con un análisis de los 14.515 centros de
votación para identificar cuántos se encuentran en edificaciones de misiones,
organizaciones comunales o presentan nombres vinculados con el chavismo y su
proyecto político. Estos son considerados centros poco confiables.
En estos lugares la oposición
afronta dificultades para ejercer su trabajo de resguardar los votos como
ocurre, por ejemplo, en el centro de votación del Consejo Comunal La Piedrita,
con 343 votantes y situado en el 23 de Enero, parroquia del circuito 2 de
Caracas, uno de los clave para estos comicios.
También se cuantificó el
impacto de los centros de una y dos mesas, en los que el chavismo tiende a
ejercer mayor control debido a que están mayormente en zonas populares o muy
rurales. Además, se consideró la tendencia histórica de votación que presenta
cada circunscripción para ver si el porcentaje de electores en centros poco
confiables puede pesar en el resultado final. Por esta razón la mayoría de los
territorios tradicionalmente opositores fueron calificados de seguros.
Del análisis resultó que 20 de
los 54 circuitos vulnerables lo son porque entre 5% y 7% de su electorado
sufraga en centros de votación poco confiables. Otras 14 circunscripciones son
consideradas vulnerables debido a que presentan una cantidad de electores en
centros de una o dos mesas 15 puntos porcentuales por encima del promedio
nacional, que es de 22,24%.
El ejemplo de 2010 en el
circuito 5 es nuevamente útil para demostrar algunos comportamientos extraños
de los centros con menos de tres mesas, característica que tiene más de la
mitad de la totalidad de centros del país. Ese año en la parroquia Negro
Primero, en Valencia, había 17 centros de votación: 16 de una y dos mesas y uno
de tres. En 12 centros del primer tipo el chavismo consiguió una votación
superior a 80% y en dos de 70%. Sin embargo, la proporción se redujo
significativamente en el único centro de tres mesas, en el que ganó con 65% de
respaldo.
Para las elecciones
parlamentarias del 6 de diciembre el CNE creó 1.012 centros de votación y 984
de ellos son de una o dos mesas, lo que multiplicó los lugares en los que la
MUD deberá incrementar la vigilancia.
Un total de 4.334.655
electores votarán en centros con una o dos mesas y 193.994 de ellos lo harán en
instalaciones añadidas especialmente para estos comicios. “136 de los nuevos
centros de votación están en estructuras poco comunes porque no son escuelas.
Algunos están en edificios de Misión Vivienda o consejos comunales, lo que los
hace más sospechosos”, advierte Aníbal Sánchez, miembro del equipo electoral
del comando de la MUD.
Además de los 34 circuitos
vulnerables, existen otros en los que la proporción de electores incrementa la
amenaza: en 10 circuitos entre 7% y 10% del electorado sufraga en centros poco
confiables, por lo que pueden ser considerados “muy vulnerables”, y en otros 10
el porcentaje de votantes inscritos supera 10%, por lo que son “extremadamente
vulnerables”.
La situación tiene el
potencial de incidir directamente sobre cuál opción política alcanza la mayoría
de escaños en la próxima Asamblea Nacional. Esto porque 22 de los 35 circuitos
clave de esta elección, y en los que la MUD debería obtener más de 85% de los
diputados para ganar, pueden ser “vulnerables”. De estos circuitos necesarios
para que la oposición alcance la mayoría, 10, que reparten 14 curules, son muy
o extremadamente vulnerables.
Organización
opositora. “Para acá vino una persona desde Caracas que tenía
identificadas las mesas en las que había más alteraciones en su población de
votantes y eran las más peligrosas. Sumaban 9.000 votantes y esos son los
lugares particulares que no podemos descuidar el 6 de diciembre”, afirma Carlos
Lozano, candidato opositor en el circuito 5 de Carabobo.
La MUD y otras organizaciones
aliadas han hecho un arduo trabajo para identificar cuáles son los sectores más
vulnerables del país y aplicar estrategias especiales que ayuden a resguardar
los votos. La mayor parte de esos planes de defensa son totalmente secretos
para evitar que el PSUV se prepare para contrarrestar su eficacia.
“Estamos terminando de
ensamblar un ejército de más de 180.000 personas para que resguarden los votos
como testigos o miembros de equipos de apoyo. Ya identificamos 3.145 centros de
votación que recibirán una doble atención por su situación especial. Alrededor
de esos lugares funcionarán los EPA (Equipos Especiales de Apoyo), los cuales
acudirán a cualquier centro donde nuestros testigos denuncien una
irregularidad”, informa Sánchez.
Los EPA son
multidisciplinarios y tendrán un número variable de miembros para realizar
tareas de todo tipo, desde registrar irregularidades en video y dar apoyo legal
ante contingencias hasta proveer de alimentos a los testigos.
La MUD ha sistematizado todo
el conocimiento que ha venido recabando de procesos electorales previos con el
fin de prepararse mejor para esta ocasión. En eso han sido muy importantes
documentos como el presentado por el equipo de Henrique Capriles al TSJ luego
de las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013. En este se identifican
todos los centros que fueron afectados por cinco tipos de irregularidades:
violencia, violación del secreto del voto, propaganda, retraso o paralización
de las máquinas o el testigo fue limitado en sus funciones.
“Los testigos de los distintos
centros saben lo que ha pasado allí y están preparados para que no se repita.
Si el 14 de abril hubo un grupo de gente que se metió por una pared trasera,
pues ahora esa pared estará más vigilada”, explica Sánchez.
El equipo de defensa del voto
de la MUD ha preparado programas con siete grados de formación, que son
dictados de acuerdo con los lugares que le tocará cubrir a cada uno de los
testigos opositores.
“Los grados 1 y 2 son para
territorios muy opositores, los 3, 4 y 5 son intermedios y los 6 y 7 para
testigos en zonas muy chavistas. El trabajo de contención en estos últimos es
muy importante, pues es allí donde buscan extender el horario de votación y
tratan de amedrentar”, indica Sánchez.
Diego Borges asegura que estos
testigos tendrán apoyo permanente y no los dejarán solos. “Ellos tienen que
estar muy bien preparados con el conocimiento de la ley y no pueden dejar que
los funcionarios militares del Plan República pretendan mandar sobre el centro,
ellos solo están ahí para garantizar la seguridad”, añade el dirigente.
Primera tarea. La misión
de los testigos y el resto del equipo de la MUD para garantizar la pulcritud
del proceso comienza antes de que se abran las mesas de votación a las 5:00 de
la mañana.
La primera tarea en cada
centro de votación es que acuda el mayor número de miembros de mesa que fueron
sorteados por el CNE. Cuando eso no ocurre, el artículo 119 de la Ley de
Procesos Electorales indica que las vacantes pueden ser llenadas por testigos
de las organizaciones políticas o electores en los primeros puestos de la cola,
los cuales pasan a ser llamados “miembros de mesa accidentales”.
“El 14 de abril de 2013 un
total de 64% de los miembros de mesa en el país fueron de la lista de
sorteados, de la cual 36% se pudo verificar que tenían nexos con el PSUV
y 18% con la oposición. Del 36% restante de los miembros accidentales,
comprobamos que la distribución fue de 50% de simpatizantes del PSUV contra 13%
de la oposición”, destaca Humberto Villalobos, miembro fundador de Esdata.
Si se comienza de esa manera,
el partido de gobierno toma el control sobre un número importante de mesas y la
tarea de cuidar los votos durante el resto de la jornada se hace más difícil.
“El aspecto clave es que los
testigos azules (principal y suplentes) estén en la mesa de votación a las 5:00
de la mañana del 6 de diciembre y exijan ser incorporados al cargo de miembro
de mesa, en ausencia de los miembros sorteados”, añade Villalobos.
Sánchez también considera
importante este paso y advierte que el CNE no ha hecho la debida promoción a
través de los medios de comunicación para que los miembros de mesa sorteados
acudan al centro de votación el día de la elección.
“Los testigos deben tener una
lista con todos los miembros de mesa de su centro, preferiblemente en un documento
impreso directamente desde la web del CNE, para verificar la identidad de los
miembros y evitar que haya otros accidentales”, indica.
Durante la jornada los
testigos deben cuidar que los electores voten sin ayuda de terceros, a menos
que sea por una circunstancia justificada. En caso de que una persona acompañe
a otra en el acto de votación debe ser anotada en una lista y no podrá volver a
ayudar a otra persona en el resto del proceso.
Segunda tarea. El último
gran reto de los testigos de la oposición llega al final del día, cuando la
mesa se queda sin electores y debe ser cerrada.
“En ocasiones se quiere
mantener las mesas abiertas bajo presión. Pero hay que ser bien estrictos en
eso. Cuando no hay más electores se cierra la mesa. Vamos a hacer operativos
especiales para que eso suceda”, dice Borges.
En la tarde el PSUV comienza
su operación remolque para movilizar a los simpatizantes que no votaron en las
primeras horas de la jornada. Cuando la participación espontánea es baja se
requiere de mayor tiempo en el cierre para movilizar votos de última hora. Un
ejemplo de esto se vio en las primarias del partido oficialista en junio,
cuando hubo prórrogas y las mesas se terminaron cerrando incluso después de las
10:00 de la noche.
Una vez que todas las mesas
del centro cierran se debe proceder a hacer la verificación ciudadana, la cual
tendría que implicar la apertura de 54% de las cajas de votación. Este es otro
paso importante y los testigos de la MUD deben lograr que se dé acceso a la
población a los centros.
“Tenemos información de las
actas de votación que permite concluir que el 14 de abril solo se auditaron 18%
de las cajas. Es muy importante que esta vez sí se cumpla con lo estipulado
para confirmar la correcta transmisión de datos electrónicamente”, afirma
Villalobos.
Posteriormente los testigos
opositores deben trasladar las copias de sus actas a centros de acopio
dispuestos por la MUD en varios puntos del país. Allí se digitalizará la
información para transmitirla a los comandos centrales.
“Este sistema blindado de
comunicación permitirá tener un conteo rápido de los resultados”, explica
Borges.
Cumpliendo con estas tareas la
MUD estaría en capacidad de neutralizar intentos de fraude para evitar que este
factor influya en los 54 circuitos vulnerables.
Además, Carlos Lozano agrega
otro elemento necesario para garantizar la victoria: “Detrás de cada candidato
hay un equipo trabajando para acumular un número inédito de votos. Si la
participación y el apoyo son altos, ni con trampa nos pueden ganar”.
La incidencia de la
participación
Además del trabajo de los
testigos y demás voluntarios opositores el día de la elección, otro elemento
fundamental para evitar cualquier acción fraudulenta es la participación
electoral.
“Si votamos ganamos, pues a la
fecha se conocen mediciones de intención de voto donde la Mesa de la Unidad
Democrática promedia entre los 22 a 30 puntos porcentuales de ventaja. El 6-D
hay que lograr que esto se materialice en votos a favor de la misma opción”,
afirma Aníbal Sánchez, consultor político y miembro de la MUD.
De los 54 circuitos
electorales que son vulnerables, sólo en 10 el número de votantes que sufragan
en centros poco confiables es superior al 10%. Esto significa que en 44
circunscripciones una amplia ventaja opositora superior a los 5 puntos sería
muy difícil de revertir con triquiñuelas.
Además, de los 10 circuitos
que son extremadamente vulnerables, 6 se ubican en zonas históricamente muy
chavistas, por lo que la oposición no tiene necesidad de ganarlos para
conquistar la mayoría simple de la próxima Asamblea Nacional. Los restantes son
dos circunscripciones del Distrito Capital y dos de Zulia.
Un reciente estudio de
Datanálisis cuyos datos fueron publicados por EFE reveló que 71,8% de los
interrogados no cree en el sistema electoral actual, lo que indica que tanto
los opositores como los independientes no confían en el Poder Electoral. Sin
embargo, 61,3% de los interrogados dice estar “totalmente seguro” de que irá a
votar y 84,4% tiene intención de hacerlo.
En base a esto, la encuestadora
pronostica que la participación podría llegar a 65% y que de ninguna forma
rebasará el 70%, algo similar a las elecciones parlamentarias de 2010, cuando
sufragó un 66,4%. En un escenario con ese porcentaje de participación, más la
activación de los testigos, sería posible revertir el efecto de las acciones
fraudulentas.
Los opositores son el grupo
con mayor entusiasmo de votar, 76,2% quiere hacerlo según Datanálisis, mientras
que 71,8% de los oficialistas tiene intención de sufragar y 36,8% de los no
alineados.
Distintos encuestadores
explican que el deseo relativamente alto de votar se debe a que los comicios
son visto como la única válvula de escape para manifestar el descontento con la
actual situación del país, que es juzgada negativamente por más de 80% de los
interrogados por distintas empresas.
Por eso la gente se movilizará aunque
desconfíe del árbitro.
26-11-15
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