Por Daniel Rojas
Los altos costos de los
productos alimenticios y la escasez inciden en la calidad de vida de los
venezolanos. Especialistas alertan sobre sus consecuencias para la salud,
mientras el Gobierno garantiza seguridad alimentaria
Más mantequilla, más aceite,
más mayonesa, un exceso de harinas en forma de pastas, arepas, tequeños,
empanadas y pan: exceso de carbohidratos de los malos, esos que son altamente
refinados y procesados, y, por lo tanto, pierden la mayor parte del valor
nutritivo y de fibra.
Esos, según algunos caraqueños
consultados este miércoles, conforman mayoritariamente sus comidas, sobre todo
en los últimos años cuando la inflación y la escasez cada vez castigan más
al bolsillo y la paciencia del ciudadano de a pie.
Debido a la coyuntura
económica, el venezolano ha tenido que ajustar su alimentación
diaria. Consume productos con alto contenido calórico y ha dejado de
lado los alimentos proteicos como las carnes, leches y huevos, al tiempo que ha
reducido considerablemente el consumo de frutas y vegetales. Por lo menos, así
lo aseguran los consultados en un recorrido realizado por Contrapunto.
“Yo intento comer bien, pero
cada día es más difícil porque no se consigue fácilmente ni la carne ni el
pollo y todo lo demás es carísimo. Lo que le queda a uno es hacer más
pasta, arepas y comprar más pan”, cuenta Juan Carlos Ribas, mientras
espera un arroz con pollo que pidió en un restaurante popular en Chacaíto.
La situación que describe
Ribas no es casual. De acuerdo con la encuesta Condiciones de Vida del
Venezolano 2014 (Encovi), realizada por investigadores de las universidades
Central de Venezuela, Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, la
alimentación del venezolano se ha deteriorado en todos los estratos sociales,
aunque con mayor efecto negativo en las clases más desposeídas.
“Siempre mantuvimos un aporte
de proteínas vegetales como en los granos, con los huevos y quesos frescos
autóctonos del país. En la actualidad, nos encontramos con un patrón que
utiliza de manera exagerada a los carbohidratos como aporte de energía, porque
la alimentación de los venezolanos, hoy en día, está marcada por un pobre
acceso a los productos, que son muy caros o no se consiguen”, expresó la
investigadora Marianela Herrera Cuenca, quien formó parte del equipo realizador
de la encuesta.
Entre las cifras y lo que dice
la gente
Para María González, madre de
Iván, la lucha diaria por conseguir productos de la cesta básica la agota y
frustra.
“Lo acabo de pasar buscando
del colegio, y antes estuve en una cola para comprar pasta que es lo que más
consigo y no es tan costosa (…) cada vez estamos peor y comemos lo que
conseguimos”, dice, mientras termina de comerse un perro caliente y le da a
Iván una hamburguesa, ambos comprados en uno de los tradicionales “perreros” de
Chacaíto.
A la par de las voces
alternativas que denuncian las dificultades para la adquisición de alimentos en
el país, el Gobierno Nacional insiste en que Venezuela es uno de los países de
la región que ha reducido en mayor medida los niveles de subnutrición.
A mediados de año, Héctor
Rodríguez, entonces vicepresidente para el Desarrollo Social y actual candidato
chavista a la Asamblea Nacional, destacó que en el país el 94 % de la
población come por lo menos tres veces al día.
"Hemos reducido los
niveles de subnutrición en Venezuela y hemos logrado que más de 94% coma por lo
menos tres platos de comida diaria", precisó, al mostrar el Mapa del
Hambre de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
El vicepresidente de Seguridad
y Soberanía Alimentaria, Carlos Osorio, precisó en junio pasado que entre
enero y mayo de este año se había distribuido un millón 640 mil 101 toneladas
de alimentos en todo el país, mientras que en el mismo periodo de tiempo
del año 2014 se distribuyó un millón 426 toneladas de alimentos.
Sobre ese asunto, la encuesta
Condiciones de Vida del Venezolano 2014, que se realizó en 1.479 hogares de
todos los estratos socioeconómicos, reveló que el 80% de los encuestados
consideró que no posee los ingresos necesarios para obtener productos
alimenticios.
El estudio también arrojó que
el 11,3% de las personas en Venezuela consume 2 o menos
comidas diariamente, mientras que 88,7% hace tres comidas.
“En Venezuela, no tenemos
acceso ni disponibilidad a alimentos saludables de forma permanente y constante
para la mayoría de la población. Entonces, estamos en situación de inseguridad
alimentaria en el país y estamos enfrentando una crisis de alimentación
que puede terminar con la llegada del hambre para un gran sector de la
población, sobre todo para los sectores más vulnerables y desprotegidos”,
indicó Herrera Cuenca.
Consecuencias para la salud
La especialista consultada
alerta que la falta de alimentos indispensables para una buena salud, incide
directamente y de forma negativa en el crecimiento de los niños.
“Cuando recortamos el consumo
de leche y proteínas vemos que la disponibilidad de hierro está en déficit y
ello afecta el desarrollo cognitivo y vemos niños que tienen bajo
rendimiento escolar”, agregó.
Aunado a ello, dijo, el
consumo insuficiente de carnes, pollo, huevos y pescado provoca deficiencias en
el proceso de crecimiento y desarrollo de los niños, así como en el desarrollo
cognitivo.
“Entonces, eso hace que los
niños se sienta excluidos porque no tienen la capacidad de entender y
comprender lo que deberían estar aprendiendo en los recintos escolares”, subrayó.
El estudio también especificó
que solo el 10% de los encuestados admitió haber padecido de alguna
enfermedad relacionada con el consumo de alimentos. Las más comunes son
gastritis, parásitos e intoxicaciones.
Alejandra Peraza, aunque no
participó en la encuesta, afirma que últimamente come “peor”, muy a pesar de
sus intentos por una alimentación balanceada. No le alcanza el dinero ni
el tiempopara lograrlo.
“Intento llevar al trabajo
alguna proteína, arroz y ensaladas, pero muchas veces no lo logro. Cuando me
doy cuenta como más arroz con un poquito de pollo, porque está muy caro y no
tengo tiempo de hacer colas. Comer así me hace sentirme pesada, desganada, es
horrible”, resalta.
(Fundación Bengoa)
La mirada internacional
Como parte de las Metas del
Milenio, que tienen como objetivo erradicar el hambre y la pobreza en el mundo,
139 naciones se comprometieron a bajar a la mitad, entre 1990 y 2015, los
números de personas con hambre. Sin embargo, solamente 38 países lograron la
meta en el mundo y Venezuela está dentro del grupo de naciones que lo hicieron,
bajo parámetros considerados como “extraordinarios”.
De acuerdo con la Organización
de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas
en inglés),Venezuela padecía inseguridad alimentaria crítica antes del inicio
de la llamada Revolución Bolivariana.
Tras el triunfo chavista se ha
elevado las calorías en 50% con respecto al año 1998, lo cual ubica en 3.290
calorías/persona/día para el año 2012, refiere el libro Alimentación y
Nutrición. Pensamiento y obra de Hugo Chávez (2014).
Las más recientes estimaciones
de la FAO en materia de alimentación ubican a Venezuela en el grupo de 15
países (entre los que se encuentran Cuba, Nicaragua, Guyana, Perú, San Vicente
y las Granadinas, Uruguay, Chile, Brasil) que han realizado progresos
excepcionales por reducir la prevalencia de la subnutrición del 13,5%, en el
período 1990-1992, a menos de un 5%, durante el lapso 2010-2012, con lo
cual se logró la meta de los objetivos referentes al hambre.
18-11-15
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