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sábado, 28 de noviembre de 2015

No había denuncia, por @Yedzenia



Por Yedzenia Gainza, 25/11/2015

Como todos los días, esta mañana Inés se fue caminando al trabajo, aunque nadie lo sospecha, anoche su marido la forzó a tener sexo porque “es su deber como esposa”. Pasó frente a la parada del autobús donde Lucía estaba sentada pensando cómo era posible que ese muchacho estupendo con el que pensaba casarse, el domingo la hubiera tirado del pelo. Pilar, que también estaba en la parada tomó el autobús para visitar a su abuela, la pobre doña Manuela que por vigésimo novena vez en sus 50 años de matrimonio se golpeó con una puerta que le dejó  un gran morado en la cara –también en la espalda y los brazos, pero eso no lo dirá–.

Al llegar a la oficina Ana saludó a María, la recepcionista nueva que tuvo que cambiar de ciudad porque su ex no paraba perseguirla e insultarla. Mientras Lucía seguía en la parada del bus la llamó Daniela, una amiga de la infancia que quería tomarse un café por la tarde. Daniela necesita entretenerse para sacarse de la cabeza la imagen de su madre encerrada en el baño preguntando si ya su padre se había quedado dormido. Ambas se tomarán el café y simularán llevar una vida feliz.

Laura, la camarera del bar donde se verán Daniela y Lucía, terminará su turno y se irá corriendo al colegio a recoger a sus hijos. Siempre va con miedo a llegar tarde y que su chica le grite delante de los niños lo mala madre que es y lo poco que su trabajo ayuda a la economía familiar.

Los gemelos de Laura estudian con la hija de Cristina, una abogada que lleva divorcios y redacta denuncias de mujeres que han ido a parar al hospital por una paliza como la que recibió delante de la niña el mes pasado, justo después de celebrar su cumpleaños con una cena en familia.

Julia es la maestra de ballet de la hija de Cristina, el sábado salió de fiesta con Claudia y David. Se puso un pantalón ajustado y unas botas para asegurarse de que nadie viera las marcas que le dejó su pareja en los tobillos cuando los apretó con fuerza para arrastrarla por toda la habitación. Esa noche bailó poco.

Claudia  llegó a casa el domingo por la mañana, y aunque los gritos de sus vecinos discutiendo le dificultaban el sueño, durmió hasta las seis de la tarde cuando le tocaba ayudar a Isabel a comprar los regalos de Navidad.

Anoche David se fue de vacaciones a una playa paradisíaca, no se llevó el teléfono, así que hasta su vuelta no sabrá que su prima Isabel ya no está, pues el novio acaba de matarla.


Yedzenia Gainza
http://yedzeniagainza.com/
@Yedzenia

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