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jueves, 17 de noviembre de 2016

Desayuno y cena, por @lmesculpi



Luis Manuel Esculpí 16 de noviembre de 2016
@lmesculpi

La tarde de un martes anuncia su entrada, la luz amarilla me obliga a detenerme en la proximidad de la esquina. Un hombre que se auxilia con muletas, por la falta de una pierna, solicita colaboración de los automovilistas. Hace diversos comentarios en alta voz y expresa su buen humor en medio de las dificultades -típico de los venezolanos – cuando un conocido tantea una bolsa de basura en la acera, se dirige a él comentándole sonriente: ” todavía no, aún es muy temprano “. El transeúnte responde: ” si, lo sé. La bolsa importante es la de las cinco de la tarde”.

El alarmante aumento de la pobreza, el crecimiento de la indigencia y la mendicidad es resultado de la aplicación de políticas adelantadas en nombre de los desposeídos. Para quien ha recibido remuneración en dólares, en la mayor parte del último cuarto de siglo y además el estado ha cubierto sus gastos personales, porque ha ocupado diversos cargos diplomáticos como Jorge Valero puede darse el lujo de declarar la siguiente barbaridad: “la ayuda humanitaria no se ha solicitado porque no es pertinente por el momento”.

Para el año pasado la Encuesta Condiciones de vida (ENCOVi) reveló que casi tres millones y medio de venezolanos no hacían las tres comidas diarias, con la colosal inflación de este año esa cifra se ha multiplicado ostensiblemente. La misma encuesta señala que en un año, la pobreza extrema se duplicó y el 73% de los hogares estaba en pobreza de ingresos.Las proteínas han desaparecido de la “dieta de supervivencia” ocasionando deficiencias inmunologícas y el aumento de la desnutrición, señala el estudio citado.

En nuestros hábitos alimenticios la comida más fuerte la realizamos en el almuerzo, millones de venezolanos ahora solo se alimentan -deficientemente- en el desayuno y la cena.

Son las 7:30 de la mañana, entro a una panadería en pleno centro de Caracas, próxima a una importante avenida, en la misma cuadra hay una arepera, suena un disparo, luego nos enteramos que habían atracado todos los clientes del negocio cercano. En su huida los hampones intentaron robarse una moto, el motorizado corrió con las llaves, no la pudieron prender y le dispararon. Ocurrió en horas del desayuno.

El mismo día por la tarde me llama el “gato Pérez” amigo de muchos años, llegó de Maracaibo, me invita a “picar algo” y por supuesto las raciones serán rociadas, como corresponde. Nos mudamos del lugar de encuentro hacia un sitio menos costoso – no más barato- apenas entramos se escucha un tiro, los clientes del lugar corren a protegerse en los sitios que presumen más seguro. En las proximidades del restaurant habían atracado a una persona y en la fuga los delincuentes hicieron el tiro al aire. Era ya la hora de cenar.

Le cuento al “gato” lo que casualmente había vivido en la mañana. Cifras y anécdotas que son ilustraciones de los gravísimos problemas que agobian la vida. La inflación, la escasez y la inseguridad han llegado a niveles sin precedentes en nuestra historia. Ya hablan menos de la “revolución bonita” aunque su gastada retórica pretende continuar edulcorando la realidad.

El día a día transcurre en medio de dificultades y penurias para la mayoría, esa misma mayoría ha establecido “un link”, ha comprendido que la superación de sus vivencias cotidianas solo es posible cambiando de conducción. La aspiración de cambio se inscribe en los contenidos estratégicos delineados por la Mesa de la Unidad, en cuanto al carácter pacífico y electoral del tránsito hacia el cambio político. El gobierno está consciente de la existencia de esa voluntad mayoritaria, por ello intenta impedir que se exprese electoralmente. La oposición tiene que insistir en la solución electoral en todos los escenarios, cometeríamos un craso error si la abandonáramos, esa es la alternativa para salir de la crisis, no resulta fácil conquistarla, pero es la alternativa.

Luis Manuel Esculpi
@lmesculpi

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