Papa
Francisco 05 de noviembre de 2016
Santo
Evangelio según San Lucas 16,9-15
Dios,
las riquezas y el buen uso del dinero: En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que
el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que
es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo
poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del
dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con
lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor
puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se
interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios
y al Dinero. Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y
se burlaban de Jesús. Él les dijo: "Ustedes aparentan rectitud ante los
hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos
de los hombres, resulta despreciable para Dios" Palabra del Señor.
Reflexión
del Papa Francisco
Si
eliges el camino del dinero al final serás un corrupto. El dinero tiene esta
seducción de hacerte resbalar lentamente a tu propia perdición. Jesús es muy
enérgico sobre este argumento: "No puedes servir a Dios y al dinero".
No se puede: ¡o uno o el otro! ¡Esto no es comunismo, eh! ¡Esto es Evangelio
puro! ¡Estas son las palabras de Jesús!
¿Qué
cosa sucede con el dinero? Al inicio el dinero te ofrece un cierto bienestar.
Está bien, luego te sientes un poco importante y viene la vanidad. Lo hemos
leído en el Salmo cuando aparece esta vanidad. Esta vanidad que no sirve, pero
tú te sientes una persona importante: esa es la vanidad. Y de la vanidad a la
soberbia, al orgullo. Hay tres escalones: la riqueza, la vanidad y el orgullo.
¡Ninguno
puede salvarse con el dinero!. Sin embargo, el diablo toma
siempre este camino de tentaciones: la riqueza, para sentirte autosuficiente;
la vanidad, para sentirte importante; y, al final, el orgullo, la soberbia: es
precisamente su lenguaje la soberbia.
"Pero,
Padre, yo leo los Diez Mandamientos y ninguno habla mal del dinero. Contra cuál
Mandamiento se peca cuando uno comete una acción por el dinero". Pues
¡contra el primero! ¡Pecas de idolatría! He aquí el por qué: ¡porque el dinero
se convierte en ídolo y tú le rindes culto! Y por esto Jesús nos dice que no
puedes servir al ídolo dinero y al Dios Viviente: o a uno o al otro.
Los
primeros Padres de la Iglesia - hablo del siglo III, más o menos el año 200, el
año 300 - decían una palabra fuerte: "El dinero es el estiércol del diablo".
Y es así, porque nos hace idólatras y enferma nuestra mente con el orgullo y
nos hace maníacos de cuestiones ociosas y nos aleja de la fe, corrompe.
San
Pablo nos dice evitar estas cosas, y tender a la justicia, a la piedad, a la
fe, a la caridad. Y también a la paciencia, contra la vanidad y el orgullo y a
la docilidad. Este es el camino de Dios, no aquel del poder idólatra que puede
darte el dinero. La humildad es el camino para servir a Dios. Que el Señor nos
ayude a todos a no caer en la trampa de la idolatría del dinero. Pero debemos
pedirla. (Homilía en Santa Marta, 20 de septiembre de 2013)
Oración
de Sanación
Mi
Señor, Te doy gracias porque con tu Gracia me animas cada día a seguir luchando
por un cambio personal que ayude a sanar mis heridas y que al mismo tiempo vaya
creando lazos de amor a través del testimonio de tu amor. Quiero pedirte, en
este día, que me hagas dócil a tu Palabra y fiel a tus caminos. No quiero tener
otra ninguna otra ambición que ser amigo fiel tuyo tantos en las cosas grandes
como en las pequeñas.
Hoy me
enseñas, Señor mío, que el alcanzar la felicidad, alcanzar tu amor y las
moradas eternas, no se trata en poseer o no poseer, en gastar o no gastar, sino
en dónde pongo mi confianza. Ayúdame a darle un servicio útil al dinero sin que
me aferre a él. Que pueda convertirme en un buen administrador y multiplicarlo
en obras y acciones que te sean agradable
Quiero
que Tú seas el Señor de mi vida, de toda mi historia, mi único Dios, el Dios
verdadero, no el engañoso y vil “dios dinero” que arrastra a las personas a un
mundo de dolor cuando se hacen totalmente dependientes de él. Ven y toca mi corazón,
prepáralo para vencer las tentaciones del mundo que pretender quitarte del
primer lugar que ocupas en mi vida. Vive y reina en mi corazón para que nunca
le falten las fuerzas
El
apego al dinero, no es más que un amo que esclaviza, un amo estéril que me
separa de tu amistad y por tanto de la felicidad. Mi seguridad y mi confianza
sólo la debo poner en Ti. Dejo todo en tus manos. Mueve mi espíritu para que
siempre se vea iluminado por tu Sabiduría. Amén
Propósito
para hoy
En un
momento de tentación que tenga, recordaré lo que Dios realmente quiere de mí e
invocaré su auxilio para cumplir su voluntad
Frase
de reflexión del Papa Francisco:
"¡Tengan
fe en el poder de la cruz de Cristo! ¡Acojan su gracia reconciliadora y
compártanla con los demás!". Papa Francisco
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