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martes, 5 de mayo de 2020

Retornados merecen nuestro respeto y solidaridad por @marinoalvarado



Por Marino Alvarado


Más de cinco millones de venezolanos han cruzado nuestras fronteras en los últimos años buscando un futuro mejor. Buena parte de ellos ha logrado un mínimo de estabilidad y, progresivamente, se van insertando en la dinámica social de los países de residencia.

Otros, desafortunadamente, viven en condiciones muy difíciles. Viven del día a día, e incluso como indigentes. Huyeron del hambre y les encontró el hambre. Con la esperanza, eso sí, de empezar a estabilizarse.

Pero llegó la pandemia del COVID-19 a esos países y agudizó la difícil situación de vida de muchos. Tan crítica se les puso que muchos decidieron regresar caminando, con el mismo sacrificio como se fueron. Miles de kilómetros recorridos con el menor equipaje posible y sometidos a múltiples riesgos. Un drama nunca vivido en América Latina y que tiene su origen en el desastre económico y social que produjo Maduro y su cúpula.

Al retornar, la respuesta de ese mismo gobierno que los obligó a huir a otros países ha sido recibirlos con desprecio. La ministra del gobierno de facto Iris Valera brilló con el falso humanismo que pregona. El 15 de abril, a través de su cuenta de Twitter, indicó: “Ante el retorno de los fascistas y golpistas camuflados, necesario es reflexionar sobre la naturaleza del escorpión. No estoy de acuerdo con darle nuevamente casa y facilidades más allá del retorno con vigilancia a quienes vendieron casas de GMVV o vehículos del gobierno”.

Recibir y apoyar a los retornados

¿Es la manera de tratar a personas humildes? En un momento en que más necesitan apoyo  ante su difícil situación no solo con comida, ropa y otras necesidades; sino soporte psicológico, pues llevan mucho sufrimiento, la “revolución” les responde con descalificación y humillación. Además se ven forzados a estar en condiciones indignas durante el confinamiento, como lo han venido denunciando familias en Táchira, Lara, Carabobo y Apure.

La alta comisionada para los derechos humanos, Michelle Bachelet, consciente de la necesidad de atender con dignidad a quienes retornan a sus países por la emergencia del coronavirus expresó: “Cuando los migrantes desean regresar voluntariamente a sus hogares, los gobiernos tienen la obligación de recibirlos y de velar por su acceso a la atención sanitaria. Si los gobiernos no lo hacen, colocan a los migrantes en situaciones de extrema vulnerabilidad, en particular durante la actual pandemia”.

Como pueblo, estamos obligados a actuar de manera diferente a esos que detentan de facto el poder y desprecian, criminalizan y discriminan a nuestros compatriotas que retornados. En nuestras comunidades debemos brindarles todo el apoyo posible y animarlos. Bien lo dijo un religioso en días pasados: “No pesan, son nuestros hermanos”.  ¡Bienvenidos!


03-05-20




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