Lester Toledo 19 de mayo de 2020
@LesterToledo
Un
verdadero calvario es el que este régimen de Nicolás Maduro está haciendo pasar
a nuestros hermanos venezolanos.
Su
enfermiza obsesión por el poder lo ha convertido en criminal, sus manos están
llenas de la sangre de miles de venezolanos, como la de Yaleidis López, joven
monaguense de 18 años de edad quien murió la madrugada del 15 de mayo mientras
intentaba parir en el hospital de Maturín. Sufría de preeclampsia y fue
ruleteada luego que, en el ambulatorio de Aguasay, el médico de guardia se
negara a atenderla por falta de suministros, el tiempo y la crueldad fueron
determinantes en este lamentable deceso, su familia acusó a un teniente
encargado de una estación de servicio por negarse a llenar el tanque de
gasolina a la ambulancia que la trasladaría al centro asistencial.
También
las manos de Maduro están bañadas con la sangre del pequeño Miguel Ángel, un
bebé de apenas 11 meses, que murió tras ser vacunado en una jornada llevada a
cabo en Chacao por el Distrito Sanitario 7, dependiente del Ministerio Popular
de la Salud del régimen de Maduro y ejecutada por médicos cubanos. En el hecho
otros pequeños resultaron intoxicados. Ante tan terrible como lamentable suceso
nos preguntamos, ¿Cuál es la proveniencia de esas vacunas? ¿Qué protocolos de
seguridad implementaron quienes las portaban y trasladaban?, acaso ¿Vale más el
populismo, que la salud de los venezolanos? Estas son parte de las preguntas
que tendrá que responder algún día el asesino mayor, quien actúa en pacto
criminal con el régimen cubano.
Como
la sangre de seis pacientes con insuficiencia renal en el estado Zulia, quienes
fallecieron como consecuencia de diálisis incompletas, y a quienes el general
miserable de Carlos Ríos Urbano, jefe de la Zodi, acusó de hacer uso de su
condición de salud para surtir de gasolina y cobrar en dólares.
Esto
solo por mencionar los casos más recientes a los que se le suma una
interminable lista de venezolanos que han fallecido bajo la responsabilidad
absoluta del usurpador.
Y
es que la gran verdad tras el desabastecimiento de la gasolina, la carencia de
agua, de gas, de los criminales racionamientos de electricidad, del oscuro
manejo de la pandemia del Coronavirus y de la guerra de fake news en Venezuela,
es que a Maduro para nada le importa la vida de los venezolanos, lo único que
lo ocupa es mantenerse en el poder a costa de la vida de los ciudadanos.
Miles
de venezolanos sometidos a una cuarentena de dudosa extensión, pero que están
demostrando a diario que están dispuestos a desafiar el encierro para buscar
comida, tratar de encontrar agua o surtirse de gasolina, pero también para
reclamar sus derechos, porque también la tolerancia está escaseando.
Los
venezolanos están al borde del colapso, y muy pronto no habrá ni 20 litros de
gasolina dosificada, ni bolsa Clap, ni vacunas vencidas, ni menos horas de
racionamiento eléctrico, ni menos días sin agua, que logren calmar ni detener a
los ciudadanos, porque en la Venezuela de hoy Maduro se ocupó de acabar con
todo, acabó con el agua, la gasolina, el gas, y hasta acabó con la paciencia.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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