Julio César Arreaza B. 24 de mayo de 2020
@JulioCArreaza
Muchas y
graves son tus culpas corporación criminal; te señalan la avidez de posesiones
y la matanza de inocentes para permanecer en el poder; responsable y tolerante
excesivo has sido con la ferocidad de la tortura contra quienes solo aspiran a
convivir en una patria libre y con justicia, de quienes anteponen el valor de
sus convicciones democráticas y no ceden; eres tolerante máximo con la
concupiscencia de tus secuaces; los usurpadores regodeados en su impostura le
entregaron el país a la podredumbre de los Castro y a cuanto bicho con uña
sojuzga pueblos y naciones y viola sistemáticamente los derechos humanos.
Nos robaste
la soberanía popular cuyo ejercicio determinaría la vía idónea para la
resolución de esta crisis humanitaria compleja que originaste con tus crímenes.
Un pobre
diablo, segundón del usurpador de la entidad zuliana, se vanagloria en la
ignominia y abaja la cerviz ante los capitostes matarifes, al calificar de arma
biológica al venezolano que decide, protagonizando un calvario de terror, regresar
a su patria para estar junto a sus familiares en estos momentos inesperados de
coronavirus mundial.
El migrante
que retorne será castigado y lo espera una celda para pasar la cuarentena en
cautiverio; el degenerado va más allá y convoca a los sapos para que acusen sin
rigor alguno a cualquiera objeto de sospecha de su vecindario. Esta conducta
lleva implícita tratos crueles y degradantes que constituyen delitos de lesa
humanidad que no prescriben.
Eso forma
parte del genocidio del que hemos sido víctimas y es equivalente al arma
biológica que lanzó a 5 millones y medio de compatriotas fuera del territorio
nacional. Arma biológica es lo que una pandilla llena de crueldad lanzó sobre
un país digno y lo acabó físicamente en sus riquezas diversas, pero jamás en su
espíritu indómito de no ceder en la lucha hasta rescatar la libertad y expulsar
a los secuestradores del poder para siempre.
Resulta una
confesión trágico- cómica en boca del desangelado usurpador cuando anuncia y
celebra como triunfo en cadena de televisión “el fracaso monumental” que
implica la pronta llegada de unos buques con gasolina proveniente del país
terrorista de Irán. Aquí no hay nada que celebrar, pues solo comprobamos el
desmantelamiento de la industria petrolera que en democracia producía con sus
refinerías todo ese volumen de gasolina diariamente y quedaba aún una buena
porción para la exportación.
La
cleptocracia que secuestró la sociedad y le cerró los caminos de la libertad,
es desconocida por más de 60 países. Son centenares de miles los fallecidos por
la violencia amparada por la impunidad, por la falta de agua, electricidad, gas
domestico, combustible, por el colapso sanitario que llevó a la muerte a
enfermos renales, de párkinson y de todo tipo de enfermedad. La guinda de la
crueldad es quitarles la señal de televisión de mayor alcance a nuestros
abuelos y niños que sobrellevan esta pandemia y ya venían arrastrando una
calamitosa emergencia humanitaria compleja con demasiadas limitaciones.
La maldad
no tiene límites para los facinerosos que secuestraron a todo un país. Ya es
hora de que el presidente interino convoque a una fuerza multilateral para el
cese de la usurpación. Solos no podemos.
¡No más
prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados
@JulioCArreaza
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