Luis Manuel Esculpi 19 de mayo de 2020
@lmesculpi
No
hay que remontarse a los tiempos del antiguo Instituto Nacional de Obras
Sanitarias, período durante el cual se construyeron la mayoría de los
acueductos existentes en el país. En fechas más recientes el Acueducto
Metropolitano durante de la República Civil, existió una política de
mantenimiento y prevención y se logró suministrar agua potable a buena parte de
los habitantes del Área Metropolitana de Caracas.
En
los últimos veinte años se abandonó esa política y no se realizaron las
inversiones necesarias, los expertos consideran que las ciudades del país,
tienen entre 30% y 50% menos suministro de agua que hace dos décadas. En estos
tiempos de cuarentena los caraqueños estamos careciendo del suministro de agua
potable, cuando una de las recomendaciones más importantes, junto al uso de
mascarilla y el de nominado distanciamiento social, consiste en el lavado de
manos minucioso y realizado varias veces al día.
La
falla del sistema Tuy II que abastece buena parte de Caracas y al estado
Miranda esta vez se debe a la explosión que ocurrió en la sala de bombeo
Taguacita, el Ministro de Relaciones Interiores y de justicia, como suele
explicar las fallas en los servicios públicos, la atribuyó a de nuevo a un
supuesto sabotaje.
En
paralelo el pasado fin de semana se anunció la llegada de 252 cisternas
provenientes de China, el mismo ministro anunció que serán distribuidas en 188
municipios y se informan la aprobación de recursos para llegar al mil en los
próximos meses. Esta inversión tiene varias aristas y plantea serias
interrogantes: el gobierno está previendo que ante el colapso del sistema de
distribución nacional, pretenderá sustituir el suministro por acueductos en
numerosos lugares por cisternas, ¿ A cuánto monta ese gasto? Esa inversión ¿ es
la más apropiada y conveniente? Por supuesto conocer los detalles de la
operación, solo será posible como resultado de una ardua investigación, es por
demás conocida, la ausencia de transparencia y la opacidad característica del
régimen y la inexistencia de controles en el manejo de las finanzas públicas.
Desde
la antigüedad, a principios del Siglo III los romanos ya habían construidos
varios acueductos y llegaron a poseer un gran número para abastecer a las
ciudades que constituían el imperio. A menudo se cita la frase famosa de
Mariano Picón Salas referida al retraso con el cual Venezuela entro al siglo XX,
al siglo XXI no sólo estaremos entrando con retraso, sino que hay demasiados
indicadores que señalan un grave retroceso.
La
magnitud y profundidad de la crisis general no podrá ser resuelta por el modelo
que la provocó y por sus promotores actuales, para superarla es imprescindible
cambiar el rumbo, la macoya del régimen gobernante está imposibilitada de
producir un viraje de dimensión requerida, si no estuvieran aferrados a la
vetusta predica seudo revolucionaria, de permanecer en el poder para siempre, “porque
llegan para quedarse”, buscarían la manera -bien sino no todos, algunos de sus
factores- de facilitar un proceso de transición; tal como exitosamente en otros
países, las transiciones , han posibilitado salir de las crisis que han
confrontado.
La
situación tiende a complicarse cada vez más, con la inflación más alta del
mundo, la sensible disminución de la producción petrolera, el estado en que se
encuentra PDVSA, la baja de los precios del crudo, la carencia de gasolina, el
desastre del sistema eléctrico, la escasez de gas doméstico, se le añade la
existencia de la pandemia y el estado en que se encuentra los servicios de
salud, más el desastre de la distribución del agua, constituyen todos ellos
elementos que describen un panorama sumamente complejo y de desmejora cada vez
mayor de las condiciones de vida de la inmensa mayoría.
El
régimen cree que solo desenvolvimiento en el área política le puede garantizar
sus objetivos, a costa del sufrimiento de los venezolanos, la involución a la
que han llevado al país puede ejemplificarse como una revolución que nos ha
llevado al uso masivo de las cisternas.
Luis
Manuel Esculpi
@lmesculpi
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