Lucas Goyret 24 de mayo de 2020
@lgoyret
David
Smolansky, comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la
crisis de refugiados y migrantes venezolanos, explicó a Infobae las condiciones
en las que son recibidas miles de personas todas las semanas. La denuncia de un
repatriado
A
principios de mayo, la vicepresidenta de la dictadura chavista, Delcy
Rodríguez, resaltó en conferencia de prensa “las bondades del modelo
venezolano” para frenar la pandemia de coronavirus. Las autoridades del
régimen, además, denuncian casi a diario las condiciones en las que son
presuntamente tratados los migrantes venezolanos en otros países. Sin embargo,
cada vez son más los reportes de tratos “inhumanos” que reciben los venezolanos
que decidieron volver al país por la pandemia.
Según
ACNUR, la agencia para los refugiados de la ONU, a fines de abril eran casi
6.600 los venezolanos que regresaron pese a las catastrófica situación
humanitaria y sanitaria que atraviesa el país. ¿Entonces por qué decidieron
volver? “Yo he tenido contacto con varios de ellos. Una de las razones por las
que vuelven es que quieren estar cerca de sus familias. Tienen mucho miedo de
los que les pueda pasar en Venezuela por la pandemia, viendo que otros países,
con mejores sistemas de salud, se han visto afectados seriamente”, explicó a
Infobae David Smolansky, comisionado de la Organización de Estados Americanos
(OEA) para la crisis de refugiados y migrantes venezolanos.
“Las
consecuencias en Venezuela por el coronavirus, si golpea como golpeó a otros
países, pueden ser inimaginables. Entonces ellos quisieran estar cerca de sus
familiares ante esta situación. También hay casos de personas que fueron
desalojadas, se quedaron sin su hogar, y no tienen otra opción que volver a
Venezuela. También tenemos casos de personas que han perdido su trabajo, y no
les queda otra que volver. Hay otros que tienen mucho miedo, mucha
incertidumbre, mucha ansiedad, y ante eso prefieren estar en su país”, agregó.
No
obstante, las condiciones en las que son recibidos distan mucho de lo
promocionado por el régimen, que se esfuerza en mostrarse como un “ejemplo
mundial” ante la pandemia.
Smolansky
sostuvo que al llegar a suelo venezolanos, los migrantes “son seriamente
maltratados por el régimen”. En esa línea, detalló las vejaciones a las que son
sometidos: “Muchos de ellos han dormido días en el piso, han estado en
albergues hacinados, aglomerados, donde se rompe cualquier tipo de protocolo de
distanciamiento social para evitar el contagio. Hemos tenido denuncias de que a
muchos no se les ha dado la comida constantemente como se le ofreció. Y peor
aún, obviamente no todos ellos viven en la frontera venezolana, muchos van a
otras ciudades del país, por ejemplo a la capital Caracas, y han denunciado que
efectivos de la Guardia Nacional les cobran moneda extranjera, específicamente
30.000 pesos colombianos, para poder trasladarlos”.
“Esto de
trato humanitario no tiene nada. Las autoridades colombianas han hecho un
esfuerzo importante en permitir ese corredor humanitario en el puente
internacional Simón Bolívar, y en el puente de Tienditas. Pero una vez que
llegan a Venezuela están en manos de la dictadura. Está recibiendo tratos
crueles y degradantes. Ya de por sí los migrantes son una población vulnerable,
y ante este trato que están recibiendo en Venezuela para su retorno, se hace
más vulnerables. Muchos me han dicho que una vez que pase la pandemia y se
reabra la frontera quisieran volver a Colombia; incluso si tienen la
oportunidad de llevarse a su familia se la llevan”, relató el ex alcalde del
municipio El Hatillo, quien se encuentra exiliado en Estados Unidos por la
persecución de la dictadura de Maduro.
Smolansky
compartió con este medio uno de los tantos videos que le hicieron llegar los
venezolanos que volvieron a su país para afrontar la pandemia cerca de sus
familias. Desde la terminal de pasajeros de San Antonio, en el estado
fronterizo de Táchira, uno de los migrantes, cuya identidad no reveló, mostró y
relató la difícil situación que debieron atravesar: “Hay alrededor de mil
personas. Aquí nos están usando como escudo por temas políticos. No nos están
dando alimentación, dormimos todos aglomerados, en plena pandemia. Lo que están
haciendo es llenar un bus, sacan un video de cuando la gente se monta, le dan
la vuelta a la terminal, y vuelven y bajan a la gente para usarlo como tema
político”.
El joven,
con un barbijo cubriendo su rostro, agradeció el trato de las autoridades
colombianas, y desmintió la versión del chavismo que indica que los migrantes
venezolanos han recibido malos tratos en el país vecino: “Intentan decir que en
todos los países nos tratan mal, que nos echaron a la calle. Eso es mentira.
Colombia nos trató muy bien, nos ayudó, nos dio de comer. Nos trajo gratis
hasta nuestro destino que era Cúcuta. Ahí nos volvieron a dar comida y nos
acompañaron hasta que cruzamos el puente”.
Smolansky
contó que muchos de estos venezolanos que vuelven al país tienen miedo de hacer
este tipo de denuncias por temor a represalias de los brazos armados de la
dictadura: “Los cuerpos de seguridad del régimen, específicamente el SEBIN y el
DGCIM, llegaron a donde ellos estaban, por algunas horas les secuestraron el
teléfono, y los amenazaron con llevárselos detenidos si seguían denunciando los
tratos recibidos a su retorno”.
Además,
sostuvo que al regresar a Venezuela “ni siquiera les realizar los tests,
simplemente les tomaron la temperatura”: “A algunos los aislaron por dos
semanas, pero es algo aleatorio del régimen; algunos simplemente fueron
aislados uno o dos días”.
El
comisionado de la OEA para la crisis de refugiados y migrantes venezolanos indicó
que “el régimen, desde su carácter criminal, ha utilizado esta pandemia para
militarizar mucho más el país, para profundizar la represión, y sobre todo
sofisticar el control social, apoyándose de actores externos como Rusia, Cuba y
China”.
La semana pasada
la ONG Provea denunció que muchos migrantes “son reclutados bajo engaño y
forzados a trabajar por grupos armados, paramilitares colombianos” y al menos
12 bandas criminales.
También
aseveró que las cifras reportadas por la dictadura “no son transparentes”: “Yo
creo que hay muchos más casos de los que conocemos”.
En los
últimos días el régimen de Maduro reportó que la cifra de contagios ya supera
los 800. El dictador, que acusó al presidente colombiano Iván Duque de querer
“contaminar” a Venezuela con el coronavirus, indicó que el aumento de casos se
debe a contagios “importados” de otros países, como Colombia.
José Manuel
Olivares, diputado de la Asamblea Nacional (AN), rechazó los datos y
acusaciones del régimen: “Venezuela sigue siendo el país que menos pruebas
realiza en América Latina. Pese a las reiteradas mentiras de Jorge Rodríguez,
Delcy Rodríguez y Nicolás Maduro, Venezuela hoy es el país menos eficiente en
el diagnóstico del COVID-19. El tiempo promedio en el interior del país para
recibir el resultado de la prueba va de 12 a 14 días: dos semanas para recibir
un diagnóstico fuera de la ciudad de Caracas”.
Además, el
gobierno interino alertó en los últimos días, en medio del aumento de casos de
contagios, que la situación podría tornarse “catastrófica”, mientras los
hospitales del país siguen con desabatecimiento de agua, insumos médicos, y
hasta elementos básicos como batas, máscaras y anteojos para tratar a pacientes
con COVID-19.
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