BBC Mundo 08 de febrero de 2022
@elmostrador
Una de
las muestras más visibles de la nueva economía en Venezuela es la proliferación
de tiendas que venden productos de lujo.
Es lo
que se llaman bodegas o bodegones, supermercados que venden productos
importados en dólares a precios inalcanzables para la mayor parte de la
población.
"El
salmón noruego era cuatro veces más caro del precio que yo pago en
Noruega", le dice a BBC Mundo Benedicte Bull, profesora de
Ciencias Políticas de la Universidad de Oslo y directora de la Red Noruega de
Investigación de América Latina (NorLARNet) y la Academia de Gobernanza Global
de Oslo.
Bull, que viajó recientemente a Venezuela, participó en un estudio hecho en colaboración con el Centro para la Investigación y Formación Obrera (CIFO), dirigido por Manuel Sutherland y Antulio Rosales, de la Universidad de New Brunswick, Canadá, llamada "Venezuela: de la crisis económica al capitalismo elitista bodegonero".
El
análisis muestra cómo los bodegones se han transformado en un síntoma de la
profunda crisis económica venezolana y sostiene que este tipo de comercios son
la cara más visible de una "dolarización anárquica" de facto y de las
nuevas desigualdades que existen en el país.
Desigualdades
que se ven en las calles con la proliferación de vendedores informales
conocidos como "buhoneros", en un país donde el 95% de los
venezolanos son pobres, el 70% está en pobreza extrema y la desigualdad es más
aguda que en países como Colombia o Brasil, según la última Encuesta Nacional
de Condiciones de Vida de la Universidad Católica.
Si
bien hace unos años la mayoría de los venezolanos no conseguía los productos
necesarios para subsistir, ahora, que abundan, no puede pagarlos.
En BBC
Mundo hablamos con la investigadora Benedicte Bull para tratar de entender cómo
está cambiando la economía en Venezuela, que ha vivido un proceso de
liberalización tras años de controles estatales.
La
importación de productos, que siempre fue tradicional en una economía rentista
petrolera como la venezolana, ha regresado a gran escala.
Desde
hace unos años el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela ha venido impulsando
reformas que fueron liberalizando la economía a través de distintos mecanismos.
Un resultado de eso es la proliferación de los bodegones, tiendas que
venden productos importados de lujo. ¿Por qué surgen estas tiendas?
Son el
resultado de dos cambios de políticas. Una es la dolarización, en el sentido de
que fue permitido el uso de dólares, y la otra es la excepción de aranceles. Se
suponía que iba a ser un período breve, pero se ha extendido.
Con
los bodegones se puede importar puerta a puerta, directamente desde el
extranjero, para aliviar la escasez que ha existido por muchos años en el país.
Se trata de excepciones a las regulaciones normales de aranceles.
¿Se
hacen las transacciones comerciales exclusivamente en dólares?
No,
también se hacen con bolívares, aunque la principal moneda son los dólares.
Muchos de los productos tienen un precio alto, pero no todos. Son tiendas muy
desreguladas.
¿Por
qué usted califica estos bodegones como capitalistas?
Porque
existe la noción de que el gobierno en Venezuela es socialista. Pero lo que
vemos ahora es que la economía que está emergiendo está basada principalmente
en el principio de obtener ganancias
Venezuela
no es un país socialista. Es un país con una economía capitalista bodegonera.
La economía de los bodegones no está dirigida por el gobierno, no son negocios
del Estado.
Lo que
ocurre es que algunos de los dueños de los bodegones tienen el permiso para
operar en base a contactos con el gobierno. Pero eso es diferente. En
definitiva, no hay una lógica alternativa al capitalismo.
Sin
embargo, no es el mismo capitalismo que opera en otros países...
Es una
forma distinta de capitalismo de la que existe en otros países, donde el
capitalismo está más regulado. En nuestras investigaciones estamos tratando de
describir cómo funcionan algunos aspectos del sistema económico venezolano,
pero aún es muy pronto para describirlo como una categoría en sí mismo.
Es un
modelo capitalista, pero es muy diferente al capitalismo que tenemos en
Noruega, el cual está muy regulado. Y tenemos espacios que no funcionan bajo
una lógica capitalista, como la salud, la educación o muchos otros.
Ustedes
plantean que solo algunos actores del sector privado tienen los permisos
necesarios para importar y financiarse en divisas. ¿Qué paralelos tienen los
bodegones con algunops de los procesos de liberalización ocurridos en la ex
Unión Soviética o en China hace varias décadas?
Es
bastante lejano a la experiencia en China porque no está presente un Estado
fuerte. En este caso es el gobierno que trata de controlar, a través de canales
informales en una manera muy personalista de regular, la economía, es decir, el
monitoreo y las sanciones dependen de quién eres. No hay regulaciones que se apliquen
a todos de la misma manera.
Respecto
a la ex Unión Soviética hay algunos paralelos con lo que pasó después de que
fuera desmantelada, con la creación de una economía capitalista bastante
salvaje con las grandes privatizaciones. Una parte importante de la economía
quedó finalmente en manos de unos oligarcas. Hay paralelos entre ese proceso y
lo que está ocurriendo en Venezuela.
Hay
privatizaciones, dolarización, apertura económica que está llevando a la
creación de una nueva élite, una nueva forma de concentración económica. Hay un
capitalismo que está generando nuevas desigualdades. Basta con caminar por las
calles de Caracas para verlo.
¿Y
cómo funcionan los bodegones en el día a día?
Comenzaron
como tiendas pequeñas que vendían productos importados. Los llamaban la
"economía de la Nutella". Luego fueron expandiéndose hasta
convertirse en grandes supermercados de lujo donde puedes encontrar de todo.
Los
precios siempre están fijados en dólares, aunque a veces se pueden usar
bolívares para productos más baratos. Y cerca de la mitad de los trabajadores
en los bodegones ganan su sueldo en bolívares.
Cuando
he estado ahí he encontrado salmón noruego con el envase escrito en noruego, es
decir, no son productos que estaban destinados a la exportación. Se importan
directamente desde un negocio a otro negocio. El salmón noruego era cuatro
veces más caro del precio que yo pago en Noruega.
¿Desde
cuándo existen los bodegones?
Los
bodegones más antiguos fueron creados hace unos seis años, pero la mayoría se
ha creado durante los últimos tres años.
¿Quiénes
son los clientes y quiénes son los dueños?
Los
clientes son principalmente la élite que puede permitirse comprar en los
bodegones. Pero encontramos que no todos los precios son tan excesivos, aunque
obviamente no están al alcance de quienes ganan un salario en bolívares.
En ese
caso, solo podrías comprar una soda y un par de chocolates con el sueldo
mensual que reciben las personas que trabajan en el sector público. En el
sector privado el salario ha subido mucho, pero aún ronda los US$100 mensuales,
que equivale a un cuarto de la canasta alimenaria para una familia.
Sobre
los dueños, no podemos realmente contestar esa pregunta a partir de nuestras
encuestas. En nuestro estudio pudimos observar que la mayoría de las personas
no tienen experiencia, o muy poca experiencia, en el sector comercial de los
alimentos. Eso apunta a que hablamos de un nuevo grupo de empresarios.
Las
historias que circulan y lo que hemos percibido es que los dueños forman parte
de una nueva élite de personas que están conectadas de una u otra manera con el
gobierno, pero nosotros no podemos afirmarlo con certeza científica.
¿Qué
representan estos bodegones en relación al modelo económico que existe en
Venezuela?
Por
una parte, representan la desregulación de la economía. Es un fenómeno de
estudio interesante. También representan cómo esta apertura económica no
planificada produce nuevas desigualdades.
Usted
dice que el capitalismo elitista de bodega está generando nuevas
desigualdades. Sin embargo, el gobierno de Nicolás Maduro asegura que la
economía está en buen pie y que eso beneficia a todos los venezolanos. Por
ejemplo, recientemente el país superó la hiperinflación y el Producto Interno
Bruto ha mejorado su desempeño...
La
principal razón del crecimiento económico es que ha aumentado el precio del
petróleo y el hecho de que el gobierno ha encontrado algunas maneras de evadir
las sanciones, aumentando la producción petrolera.
También
ha crecido el flujo de remesas y se han flexibilizado los fuertes
confinamientos por la pandemia.
Aunque
la producción petrolera ha aumentado, de todos modos se mantiene muy por debajo
de lo que llegó a generar antes del declive. Pero es cierto que ha mejorado.
No
podría opinar sobre las razones precisas sobre por qué la hiperinflación ha
disminuido, pero la apertura a las importaciones y el uso de dólares ha
cambiado la situación, mejorando la provisión de bienes.
Por
otro lado, el gobierno ha puesto en marcha un proceso de ajuste estructural que
se relaciona con un menor gasto fiscal, apertura económica, privatizaciones. El
gobierno además ha limitado la cantidad de bolívares circulando y ha amarrado
el tipo de cambio a una tasa muy sobrevaluada. Eso ha contenido la inflación.
Y si
estas políticas han mejorado la situación económica del país, ¿no se puede
decir que de alguna manera están funcionando?
Si se
mide el éxito como una estabilización económica a largo plazo, mejor calidad de
vida para la mayoría de los venezolanos, reducción de la pobreza, en ese
sentido esas políticas no están funcionando.
Probablemente
se podría decir que sí están funcionando desde el punto de visto de una
estabilización de corto plazo, pero no podemos hablar de una recuperación
porque la economía está muy lejos de lo que era en 2013.
De
todos modos no soy economista como para entrar en el detalle de la discusión
económica, mi campo de estudio es desde la Ciencia Política.
En
relación a este capitalismo elitista bodegonero que usted señala, ¿existen
experiencias similares en otras partes de América Latina?
Lo que
más podría acercarse, aunque no es lo mismo, son los negocios donde se compra
con dólares en Cuba, los "diplomercados" que solo son accesibles para
una pequeña élite y para extranjeros.
Venezuela
está avanzando hacia la misma trampa en la que cayó Cuba en el sentido de
operar con monedas paralelas que funcionan en la misma economía.
Cuba
ha intentado encontrar maneras de salir de ese sistema, pero es muy difícil
cuando ya ha sido establecido.
¿Hay
ejemplos parecidos en Nicaragua?
Es muy
distinto en Nicaragua. Por un lado, la relación entre el gobierno nicaragüense
y el sector privado local ha sido muy distinta a la relación que se ha
establecido en Venezuela.
Daniel
Ortega ha tenido una relación muy cercana con la élite local. Yo diría que el
gobierno de Nicaragua siempre ha sido socialista en el discurso, pero capitalista
en la práctica.
En
cambio en Venezuela hubo en algún momento un gobierno más socialista en un
momento, pero después las cosas cambiaron.
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