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viernes, 17 de agosto de 2012

Capriles y el cambio



Por Maritza Izaguirre, 14/08/2012

Una lectura de la prensa refleja lo acontecido en la campaña electoral. Los candidatos se movilizan por el país, sin embargo, el opositor hace un recorrido pueblo por pueblo, lo que no solo pone a prueba su fortaleza física, sino su interés por conocer cómo transcurre la vida a lo largo y ancho de la Venezuela profunda.

Establece diálogo abierto en comunidades alejadas, que comparten el problema de la inseguridad personal: asaltos, robos a mano armada, secuestros y violencia por doquier. Muerte y dolor en una familia que aspira a la paz, la tranquilidad y el progreso.

Del otro lado recibe el mensaje repetitivo en relación con las dificultades para el acceso a una educación y sistema sanitario de calidad. Escuela y centros asistenciales con serias carencias, con equipos dañados, sin insumos y faltos de personal.

A lo anterior hay que sumar el precario estado de la infraestructura vial, angustia, en entidades donde la producción se ve fuertemente afectada por las serias deficiencias de la red. Hecho acentuado en los últimos meses por las condiciones climáticas y la ausencia del necesario mantenimiento rutinario y del gasto para la reconstrucción. Las deficiencias en los servicios públicos inciden además en el deterioro creciente de la calidad y el nivel de vida de las comunidades afectadas.

Por otra parte, los participantes se quejan de los obstáculos a la actividad productiva, dominada por la falta de seguridad jurídica, los cambios frecuentes en la normativa legal, que facilita las expropiaciones; el desconocimiento a la propiedad privada; los intentos de reordenar la estructura productiva, con base en la presencia monopolizadora del Estado, lo que ha cerrado el acceso a la producción privada nacional.

Ello limita seriamente la generación de empleo estable y bien remunerado. La informalidad obliga a sobrevivir con bajos ingresos y seguridad social limitada.

Se habla de los efectos de las medidas adoptadas al alejar la inversión productiva, obstaculizando el crecimiento sostenido de los sectores claves, sin dominar la escalada en los precios que ha afectado el poder adquisitivo del salario real y el empobrecimiento.

Por tanto, perciben que es necesario el cambio, con urgencia, para recuperar la institucionalidad, liberando los mecanismos de decisión hoy fuertemente perjudicados por la centralización excesiva, que genera desconfianza en los responsables de la ejecución de las políticas, ampliamente comprobada por la ineficiencia, e impide la solución de los problemas en las comunidades visitadas.

El compromiso: participar sin temor votando por el cambio y el progreso.

maritza.izaguirre@gmail.com

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