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martes, 21 de agosto de 2012

Se acabó su tiempo



Por Mario Villegas, 19/08/2012
Columna de Puño y Letra

Es común decir “se le fueron los tiempos” cuando sorpresivamente una persona se sale de sus casillas, pierde el control e incurre en arrebatos o desvaríos. Fue eso lo que le pasó en Valencia al presidente Hugo Chávez, en el momento en que, visiblemente furioso, atropelló a sus seguidores que coreaban el nombre de Rafael Lacava y les impuso a Francisco Ameliach como candidato a la gobernación de Carabobo. “Se fumó una lumpia”, habría dicho en otra época el ingenioso Aristóbulo.

 “Aquí lo que está en juego es el 7 de octubre”, argumentó Chávez, cosa que nadie entendió. ¿Cómo entenderlo, si él mismo ha dicho que Henrique Capriles es la nada, carente de respaldo popular y que va a ser pulverizado en las elecciones presidenciales?

La rabieta presidencial desnudó el engaño y puso a relucir la verdad: con Capriles al frente, la oposición viene creciendo a pasos agigantados, tiene en serios aprietos el liderazgo del comandante y amenaza con ganarle a punta de votos y de coraje.

No son pocas las veces que al Jefe del Estado se le han ido los tiempos, pero tampoco será la última. El Presidente expresa cada vez menos el sentimiento popular, incluido el de la defraudada base chavista, y esto lo conducirá a nuevos arrebatos, aunque convenientemente alejados de las cámaras y de los micrófonos, al menos durante lo que resta de la campaña electoral.

Pero lo peor para un líder o un gobernante no es que se le vayan los tiempos, sino que se le haya consumido el tiempo. Eso lo que está pasando con el nuestro, al que ahora vemos muy apurado tratando de hacer lo que no hizo en todos estos años.

Se acabó su tiempo como gobernante y se le acabó su tiempo histórico. En catorce años -casi tres gobiernos de los de antes- el hombre se dedicó a politiquear, a dividir, a insultar, a excluir, a desmoralizar, a destruir y, por supuesto, a viajar. Continuó de cumbre en cumbre, mientras nuestro pueblo siguió de abismo en abismo. Bajo sus órdenes, la institucionalidad del estado se arrodilló a la ineficacia, al dispendio, a la demagogia y a la corrupción. ¡Tanto poder político, financiero, energético y militar para tan lastimosos resultados!

A Chávez le gusta citar una frase de Víctor Hugo: “No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo”. Pero la misma frase vale también en sentido inverso y aplicada a los hombres. Por eso digo: nada hay más endeble que un hombre y una idea a los que se les pasó su tiempo.

Se le pasó el tiempo al caudillismo, al militarismo, al culto a la personalidad, al partido único, al dogmatismo, al sectarismo, al segregacionismo… Eso y más lo resume Chávez.

Es pronosticable que después del 7 de octubre le sobrevengan nuevas pataletas, ya que el pueblo con sus votos lo devolverá para Sabaneta. ¡Hasta me salió con rima!

Breves

- Me escribe el profesor José Miguel Cortázar, ex viceministro de Educación, a propósito de mi artículo “El chavismo reaccionario”. Esto dice: “Excelente artículo en el que pones en evidencia las inconsistencias entre el discurso que se arropa bajo el ideario humanista y socialista pero que en la realidad de los hechos promueve un grosero personalismo, reacio a todo planteamiento crítico. Lamentablemente los sueños se convierten en pesadilla cuando las disonancias se hacen inocultables”.

- Y en referencia a mi entrevista a Alfredo Padilla, director de Economía Popular del Instituto de Altos Estudios Sindicales, recibo comentarios del lector Holmes Mejías: “A este señor lo conozco desde los años 60 cuando militábamos en la Gloriosa Juventud Comunista. Que yo sepa, ni él ni Jesús Urbieta han sido obreros, sino burócratas y vividores de la actividad sindical y por ello considero que carecen de moral para hablar a nombre y del movimiento obrero venezolano…”.

- Desde Boca de Aroa, estado Falcón, vecinos de Caracolito piden auxilio para que las autoridades policiales presten seria atención a la grave inseguridad que viven en la zona. La delincuencia se ha desbordado con total impunidad y los ciudadanos se encuentran desguarnecidos e impotentes.

Publicado en la Edición impresa del Diario 2001
mariovillegas100@gmail.com
Twitter: @mario_villegas

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