Por Ana Vanessa Herrero / Noticias24 Publicado el 25 de ago de 2012
Caracas, 25 de agosto –
Noticias24) La madrugada de este sábado es de luto para
el país. Una fuerte explosión en la refinería de Amuay, en Paraguaná, estado
Falcón, arrastró vidas humanas que jamás serán saldadas. Lo más problemático, es que esta
situación se repite a poco más de un año de otra explosión
parecida que evidenció la falta de mantenimiento: ¿Es acaso esta la crónica de una
muerte anunciada?
Según la información
proporcionada, fue una
fuga de gas la que generó una explosión en la refinería que junto a Cardón y
Bajo Grande conforma el complejo de Paraguaná, el más grande
del mundo con una capacidad de refinación de 940 millones de barriles de crudo
diarios, según información de Pdvsa para el año 2011.
En conversación telefónica con VTV, el
Ministro Rafael Ramírez dijo que al menos dos tanques explotaron y que la onda
explosiva fue de “magnitud importante”, mientras que la televisión
reportaba saqueos en los comercios aledaños, una situación que solo agudizaba
más el problema que según informaron, ya está controlado; pero la realidad
para Iván Freites, Secretario de Profesionales y Técnicos de la Federación
Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela y Secretario General del
Sindicato Único de Trabajdores Petroleros del estado Falcón, es otra.
Las denuncias: “Primero es el partido
y el Gobierno que las instalaciones”
Mientras pasaba frente a las inmensas
llamas de la refinería, interrumpiendo con voz de asombro y angustia la
entrevista, Freites conversó en exclusiva con Noticias24 sobre la situación
que hace que el país amanezca con un nuevo problema. “Desde finales del año
pasado nosotros hemos venido denunciando la cantidad de eventos que están
pasando en el centro refinador Paraguaná y las refinerías del país”, dijo
mientras empezaba a hablar tratando de no alterar su voz a medida que relataba
como, según él, dentro de Pdvsa se ha implantado una “conducta partidista”
haciendo que los gerentes “cambiaran su rol”.
Y es que estos altos cargos,
encargados de velar por el bienestar y el mantenimiento de las personas y
maquinarias que producen nuestro principal recurso natural y del que
actualemente dependemos, supuestamente, pasaron de un carácter técnico a
“recibir órdenes políticas”. Textualmente, “primero es el partido y el
Gobierno que las instalaciones”, pues estamos en año electoral y la carrera al
7 de octubre debe ganarse “como sea”.
“De la noche a la mañana a los
trabajadores de Pdvsa los pusieron de vendedores de pollo”, relató Freites quien en sus 29 años
en la insdustria del petróleo aseguró que jamás había visto nada parecido. Un
curriculum importante, sin duda, pues este hombre ha vivido su vida como
operador de planta y ha visto pasar a varios Gobiernos delante de la estatal
petrolera. Y tal vez por esto motivo es que no tuvo problemas en decir que sus
declaraciones las hacía “con toda responsabilidad”, ya que su indignación al
ver que la conducta de los Gerentes cambiaba superaba sus propios límites: “La
conducta de los Gerentes era que si había una fuga, o un equipo no tenía
repuestos, simplemente no se hacía nada, porque lo importante era la campaña
electoral”.
“El gobierno de manera sistemática han
venido violándole los derechos a los trabajadores petroleros, teniendo que
asistir a las reuniones de partidos y las marchas”, dijo. Más grave aún, el
máximo representante de los trabajadores petroleros de Falcón aseguró que antes
de facilitar la reparación de alguna falla, las órdenes eran sacar a los
trabajadores a “soldar y construir” todo lo necesario para la Gran Misión
Vivienda Venezuela.
“Exigimos respeto, los trabajadores no nos vamos a
calar esta situación”
Ante una situación como esta, las
reacciones no se hacen esperar. Ya en horas de la mañana Eva Gollinger asomaba
la posibilidad de un “saboteo” ante los venideros comicios. Pero el mundo se
mueve por acción y reacción y Freites, sin tan siquiera saber estas
declaraciones, aseguró que “aquí lo que se va a pretender decir es que esto fue
un saboteo (…) eso es falso (…) nosotros exigimos respeto, sobretodo al
presidente Chávez, porque somos nosotros los que arriesgamos y el Gobierno lo
que hace es irrespetarnos”.
Para este hombre que habla por todos
los hombres y mujeres de la industria petrolera de Falcón, el Gobierno nacional
“acabó con la posesión de nuestra industria”, pues en vez de “dejarnos
manejarla como sabemos, nos ponen a pintar calles y a hacer casas”. La petición
es simple y directa, lo que exigen es “que se nos garantice el derecho a la vida
dentro de las instalaciones (…) los trabajadores no nos vamos a calar más esta
situación”.
Con la voz llena de desilusión,
Freites devolvió su discurso al pasado y recordó aquel año 1998 cuando el
cambio del Gobierno auguraba un cambio en todas las instituciones y verbalizó
lo que tal vez ya tenía muy adentro: “Yo creí en el 98 que íbamos a cambiar la
conducta de Pdvsa, pero ha sido nefasto porque al menos los que había antes
tenían conocimientos. Ahora los gerentes se convirtieron en políticos y que
sepan que los gobiernos cambian, pero los trabajadores nos quedamos”.
Los hechos: las válvulas de gas ya
presentaban fallas
“Hay un patio cercano al Comando de la
Guardia y ahí hay una urbanización que llaman El Campito, donde viven los
guardias con sus familiares y en la parte noroeste están unos tanques de
almacenamiento de gases; unas esferas que contienen propano y butano”, así
comenzó el entrevistado a relatar los hechos. Según denuncias que ya él había
recibido por parte de algunos trabajadores, estas esferas presentaban fallas en
las válvulas de seguridad que se agudizaron hasta causar la tragedia.
“Los mismos trabajadores lo dijeron.
Anoche un trabajador nuestro tuvo que salir de emergencia porque había una fuga
de gas; ellos llamaron a la sala de control y le dijeron que ya iban los
bommberos para allá, pero media hora después explotó”. Y el fuego se
expandió arrastrando todo aquello a su paso, incluso, según información
suministrada, el Comando de la Guardia.
“Rafael Ramírez dijo que está
controlado, pero es falso, esto no es normal, aquí hay una refinería que está
prendida”, resaltó. “Nosotros cuando vemos una candela tenemos que apagarla
de inmediato, eso es un peligro inminente una llamita que se prenda, imagínate
una llama de 30 metros”.
Para él, la solución es simple: “La refinería tiene que ser sacada
de operación, hay que olvidarse de si no producimos o si vamos a perder las
elecciones, primero la vida de la gente y las condiciones de los trabajadores
que están en una vida de terror”. Y tal vez el hecho de repetir cada cinco
minutos reiteraba que esta situación “no había pasado nunca” en el país, lo que
llevó a Freites a asegurar que “Pdvsa tiene que cambiar”, y el primer paso lo
tomará el sindicato, acuediendo el Lunes a la Fiscalía y a la Asamblea Nacional
a exigir respeto, vida y un cambio ante las sendas denuncias de que seguramente
no parará de repetir.
Falta de mantenimiento, política antes
que seguridad, partidismo y falta de atención por parte de los entes encargados
de velar por la vida de aquellos que ahí laboran, son algunas de las
acusaciones que hoy se hacen y que solo deja una pregunta para la reflexión, ¿Es
la política y la pelea de discursos más importante que las vidas que ya jamás
se recuperarán?
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