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martes, 6 de octubre de 2015

Arturo Peraza "El desencanto es con el gobierno pero no con el modelo" por @Espemar


Por Esperanza Márquez



¿Qué ha pasado en Venezuela? 

El resultado por el cual en Venezuela se pierde el modelo bipartidista democrático que existía hasta el año 99 da por efecto que aparezca este liderazgo carismático, personalista de Hugo Chávez. En el fondo estos mecanismos son respuesta a lo que normalmente las sociedades buscan cuando consiguen que los grupos políticos se cierran sin dar respuestas y sin dar alternativas a la sociedad. Eso fue lo que pasó en los 90 que los partidos políticos no fueron capaces de dar una alternativa democrática mucho más abierta y normalmente las sociedades terminan apelando a un Mesías y generalmente lo consiguen.


¿Cuál es el problema de estos liderazgos carismáticos como el de Hugo Chávez?

El problema de estos liderazgos carismáticos es que su sustitución es muy dramática y difícil porque la legitimidad está fundada en el carisma personal y normalmente en el manejo populista de los recursos. Lamentablemente, en América Latina lo que no se ha producido es una transformación de las relaciones sociales de producción que sería lo más propio de una palabra como revolución, sino que lo que ocurre alrededor de estos líderes carismáticos es un proceso de redistribución populista que normalmente no cambian las estructuras de relación, más bien anquilosa lo peor del modelo de relaciones estructurales, en el caso venezolano el rentismo petrolero.

¿Ocurrió en Venezuela un proceso revolucionario? 

En Venezuela empeoramos y nos volvimos una sociedad más arraigada en el clientelismo político y en el rentismo petrolero, o sea, nada cambió en el fenómeno socioeconómico que ha regido a Venezuela desde 1930 hasta este tiempo, por tanto, no podríamos decir en términos marxistas que ha ocurrido ningún proceso de revolución. No ha habido un cambio. Ahorita andamos metidos en esa estructura socioeconómica idéntica y reforzada tal cual se dejó en el proceso, pero con la pérdida de legitimidad que venía del proceso carismático del liderazgo de Hugo Chávez y esa transición no ha conseguido su canalización, no ha encontrado como encausarse. Evidentemente el chavismo ha buscado un camino para encausarse y han hablado de una suerte de pacto cívico militar, lo que tenemos es un grupo de sucesores que pretenden llevar adelante aparentemente de manera conjunta, aunque no lo tengo claro, el proceso de sucesión del liderazgo de Chávez dejando a la cabeza el nombrado como sucesor y eso ha tenido serios problemas de legitimidad en los sectores populares.

¿En los barrios hay descontento con los herederos?

La gente hoy en día tiene una gravísima molestia de cómo ha evolucionado el proceso y no sienten identificación con los liderazgos que sucedieron a Chávez. Esto no lo acepta el chavismo porque sería su propio suicidio, pero uno va a los sectores populares y la gente te repite una y otra vez: padre yo he sido chavista, pero yo con esto no me identifico y lo más gráfico es cuando dicen padre soy chavista, pero madurista ni por asomo. Hay desencanto, desencuentro no con la repartición populista de la renta, pero sí con el efecto que esto termina generando. Lo que no hay, entiendo yo, una relación causa efecto, la gente creo que todavía no percibe que la repartición populista de la renta termina en este escenario de escasez y pérdida de la capacidad productiva. La gente sí sabe que hubo cosas que no estuvieron bien: quitar empresas privadas, hacer menos productivo el país, pero no hay una relación intrínseca entre una cosa y la otra, se percibe que es más un error en la sucesión de Chávez y a la cabeza están poniendo al presidente Maduro.

Observaciones tanto al chavismo como a la oposición

No han caído en cuenta de que ese proceso finalizó con la muerte de Hugo Chávez y que era necesario en el país elaborar una propuesta alternativa que abordara el presente y refundara el sentido de legitimidad y de horizonte de país que tenías que llevar y que no valía simplemente apelar materialmente al pasado, refiriéndome al chavismo, porque esto se parece tanto a que te atas a un cadáver y en la medida que se corrompe así se corrompe el proyecto, porque las respuestas del pasado no pueden ser una alternativa hacia el futuro.

¿Cuál hubiera sido ese proceso alternativo?

Creo que el chavismo debió abrirse a un diálogo. Era básico, y buscar los apoyos nacionales e internacionales que hubiesen llevado a una mesa de negociación y a un modelo mucho más transaccional todo el proceso que han tenido que llevar y siento que eso no lo supieron hacer. Se montó una fantasía de negociación que no fue tal porque nunca hubo voluntad política para negociar nada en serio, más bien hubo un conjunto de actos que desvirtuaron esa posibilidad poniendo presos a los opositores y enfrentándolos con medidas judiciales y así estás diciendo que no quieres negociar.

Tampoco la oposición tuvo real voluntad para negociar, el más interesado debió ser el gobierno y no lo hizo, pero esto no exculpa a la oposición y que muchas de las cosas se debieron haber evitado en el 2014 con un lenguaje dispuesto a la transacción con los sectores sociales e incluso los grupos políticos, porque no se puede pretender hacer una sección aparte del mundo político y el económico como si no tuvieran nada que ver, incluso como si el mundo religioso también es un cajón completamente aparte al mundo económico y político. El ser humano es una sola persona, está integrada, hay que aprender a hablar holísticamente y complementar. Hay que buscar caminos de transacción.

Ese sueño que ofreció Hugo Chávez a los pobres fue como una ilusión y lo que hizo fue utilizarlos para luego sumir al país en lo que estamos 

Yo no aceptaría ese argumento porque cuando estás en los barrios populares y tienes a 10 minutos un centro de atención médica y no necesitas bajar unas escaleras para llegar al hospital significa que la calidad de vida ha mejorado de una manera exponencial. ¿Por qué la clase media es tan ciega para ver una cosa tan obvia?, hay que ir al barrio y darse cuenta lo que significó ese momento de calidad de vida en cuanto a derecho a la salud o acceso a la vivienda. Fueron cosas que se hicieron y es mucha ceguera no darse cuenta.

¿Cómo ve a la oposición en estos momentos?

Están en la mejor oportunidad histórica, pero no logran capturar el alma de la gente con un horizonte propuesta que entusiasme, la mera frustración no lleva a que la gente vote por ti, el recalcar que estás frustrado no hace el cambio, el cambio se hace proponiendo un horizonte alternativo, inclusivo en donde se vea que hay un horizonte futuro de proyecto de vida.

¿La gente que está desilusionada, va a votar, se abstendrá, votará por la oposición?

Pregunta importante, pero la respuesta es que no lo sé, a menos que se lea que el proyecto inclusivo lo está expresando mejor la oposición que esta transición cívico militar que está montada en el gobierno, en cuyo caso no se leería como traición votar por la oposición. Hay que tener claro que la gente vota por un mensaje aunque los políticos no lo crean.

Si ni la oposición ni el gobierno son alternativas para los venezolanos y eso es lo que hay, qué hacer entonces

La construcción de alternativa política es un trabajo de mediano y largo plazo y no de cómo llegamos de aquí al 6D. Si la oposición fuese inteligente crearía un ambiente de horizonte alternativo con propuestas que se discuten con las comunidades, si gana la Asamblea en qué medida aprobar leyes vía referéndum y así lo aprueba la gente y no la Asamblea.

¿Hay mucha incertidumbre en los barrios? 

Sí hay mucha incertidumbre, pero no tienen claro de que quieran a la oposición ni por asomo, hay mucho temor y la oposición lo que ha hecho es seguirse labrando una visión de ser un grupo reactivo, incluso violento, el tema de las manifestaciones y de lo que se habla es del tema de los derecho civiles y políticos, perfectamente legítimo, pero en los sectores populares esta no es la primera preocupación. Hay que establecer un diálogo con esas comunidades donde tratar de decidir a dónde va ese horizonte inclusivo, cómo se liga productividad, trabajo, empresa, con riqueza concreta en esas comunidades. Lo que piden son condiciones dignas.

¿Se están tomando en cuenta los liderazgos populares? 

No se puede llegar desde fuera como un paracaidista y decir que se tiene una verdad. Primero hay que buscar la verdad de la gente, sus liderazgos, sus horizontes y los integras y tú te integras a ese proceso y eso es lo que yo llamo democracia participativa. Si se propone una real alternativa en donde desde las mismas comunidades se levante un proyecto inclusivo que reconozca esos liderazgos, que les da posibilidades, en esa misma medida vas a tener un reconocimiento de tu propia condición y liderazgo y esa es la nueva legitimidad que uno espera se pueda levantar. Ese es un proceso largo.

A pocos días del 6D ¿hay que ir a votar, es la solución? 

Yo creo que hay que ir a votar, pero el problema no está en qué pasa sólo el día 6 sino el 7, 8 y qué va a pasar en enero si yo soy el ganador y si quiero establecer un modelo inclusivo donde voy a trazar la línea del camino del diálogo en donde buscamos transacciones para salir del entuerto en el que estamos.

- Si usted fuera Nicolás Maduro ¿Qué haría para cambiar la actual situación?

Ponerme en su lugar no se lo deseo a nadie ni siquiera a él. Ha puesto las cosas a un límite terrible, donde el horizonte lo ha ido cerrando de tal manera que ahora el margen de maniobra es mínimo cuando hubo un tiempo donde lo tuvo. En 2014 tuvo ese margen y tuvo tiempo de haber mejorado la situación, hubiera tenido que tomar decisiones difíciles, pero quizá pudo haber concertado apoyos transaccionales que pudieron haberlo ayudado y con dos años de distancia de las elecciones a lo mejor lo hubiera ayudado a que los resultados a este final de 2015 fueran más positivos para él. Ahora cómo llegar a transacciones en este momento es difícil. Lo primero que yo haría ahorita, sin duda, es llegar a las elecciones del 6D y hacer unas elecciones en las cuales no cupiera duda de su transparencia, porque también eso le da legitimidad al gobierno de Maduro y eso aborta posibilidades en el horizonte de golpes de Estado, de situaciones de violencia porque no tendrías como justificarlo ante instancias internacionales que ha avalado un proceso electoral.

05-10-15




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