Sofía Torres 05 de octubre de 2015
@soficarol21
El
máximo vocero de la plataforma opositora concibe el voto como un acto de
rebeldía, cree necesaria la reformulación del concepto de calle y apuesta al
contacto directo con la gente, cara a cara, como actividad fundamental de la
contienda.
Para
Torrealba la instalación de los comandos familiares y los comandos de Venezuela
Unida en cada centro de votación, representa una forma efectiva de enfrentar al
adversario, que no es el oficialismo ni el Psuv, sino el Estado.
Destacó,
entre otros aspectos, que desarrollan medidas especiales para garantizar
presencia y cobertura el 6D en locaciones de difícil acceso, donde puede
reportarse la trampa real que nada tiene que ver con leyendas urbanas.
La redefinición de la calle
Nuestra
campaña es de nuevo tipo y eso hace complejo su proceso de evaluación y de
cobertura. Anteriormente una campaña en Venezuela era una sucesión de eventos
previsibles y predecibles: recorridos proselitistas, mítines, asambleas,
conferencias. Hoy eso no es posible porque cuando se quiere hacer una actividad
ni siquiera te alquilan los salones, porque hay miedo o simplemente el gobierno
se entera a través de sus mecanismos de inteligencia, se adelanta y alquila
todos los espacios en hoteles y demás instituciones.
Está
el tema de la hegemonía comunicacional, la censura y la autocensura que le
resta punch a las concentraciones tradicionales. Para qué se reúnen 30 mil
personas en Caracas, para que 30 millones de personas en el país se enteren de
nuestra capacidad para congregar esa cantidad de gente. Después de hacer ese
esfuerzo logístico no hay cobertura informativa o la hay pero muy reducida,
entonces eso no tiene sentido.
Hay
otro aspecto importante y es la naturaleza y la calidad del tipo de
movilizaciones en las condiciones actuales. Creo en el voto como el arma del
hombre libre, es un acto de rebeldía, entonces hay que redefinir el concepto de
la calle, lo vengo diciendo desde el 24 de septiembre de 2014, cuando me
sentaron en esta silla eléctrica (Secretaría Ejecutiva de la MUD). Nos interesa
la calle pero con pueblo por convencer. Hay dos acciones de calle que
constituyen una gramática superada por los hechos: la marcha y la barricada.
La
marcha es una reunión de los ya convencidos y la barricada es una acción de
comando que se aplica cuando se está en minoría, esa no es la situación, hoy
somos mayoría. Lo útil hoy es el contacto cara a cara, puerta a puerta, casa a
casa.
Dispositivo social de profundidad
Nuestra
estrategia se fundamenta en el contacto directo, no podemos creer que el
propósito es impactar con nuestra simpatía, el objetivo es construir, dejar un
saldo organizativo, aunado a ello hay que llevar un mensaje, escuchar lo que el
pueblo piensa de lo que pasa y de nuestro discurso. Por cada sitio donde
pasamos hay que dejar instalado un comando familiar y un comando de Venezuela
Unida en cada centro de votación.
Esa es la única respuesta legítima no
demagógica a la inquietud que siempre se manifiesta, cómo le vamos a ganar al
poder del Petro-Estado, no le vamos a ganar con la maquinaria de los partidos
que están en reconstrucción y no se dan abasto para enfrentarlo. La única
manera de enfrentar a ese adversario es convertir a la nación en una maquinaria
social, así cuando la señora Tibisay Lucena diga a la 6 de la tarde que la
votación se extiende hasta las 10 de la noche se encuentre con la sorpresa que
en ese periodo nosotros tendremos una mayor capacidad de movilización, porque
tendremos la gente, eso no se improvisa el mismo 6D.
En
este proceso, que va muy bien, ha
coincidido la orientación de la dirección política con la intuición de los
militantes de base de la unidad. El tema no es el uno por diez, es construir tejido social capaz de activarse
y respaldar a nuestros testigos de mesa. La experiencia nos demostró que si los
testigos y miembros de mesa no contaban con el apoyo comunitario, les ponían
una pistola en el pecho, los cayapeaban o los sacaban del sitio.
Los
comandos familiares son una iniciativa de 2012-2013 y aquí lo que estamos es fusionando esas dos
figuras, comandos y testigos, estos últimos son
apenas la punta de un dispositivo social de mucha profundidad.
El
descontento es ampliamente mayoritario y son muchísimos los que quieren
aportar. Antes participar en la campaña opositora requería una conexión con los partidos, ahora los voluntarios que
se ponen a la orden colaboran y ejercen una labor en los espacios donde viven,
donde votan.
La trampa y las leyendas urbanas
En el
año 2013 llegamos a cubrir el 98% de los centros, hasta ahora reportamos esa
cifra. No puedo decir que alcanzaremos el 100% porque hay lugares que son
inaccesibles, están en locaciones impenetrables, en desarrollos de la gran
misión Vivienda Venezuela, donde el mismo Estado para poder entrar tuvo que
inventar la OLP. Hay un porcentaje de espacios difíciles en los que desarrollamos estrategias
especiales para garantizar presencia y cobertura.
Sabemos
dónde y cómo se registró esa pírrica ventaja con la que Maduro dice que ganó en
2013: después de las seis de la tarde y en centros que se sitúan en zonas de
pobreza, de una o dos mesas que presentaron resultados atípicos, doscientos a
cero, por ejemplo. Los tenemos ubicados.
La
trampa real no tiene que ver con las leyendas urbanas, no es el hacker ruso, ni el satélite chino ni el cable
submarino cubano. Estamos armando las contramedidas para que las
irregularidades reales no se produzcan.
Hace
dos años el gobierno no estaba tan disminuido como ahora y su capacidad de
trampa le dio 200 mil y pico de votos, en este momento por sana lógica el
número es menor. Con una estimación conservadora nuestra ventaja es de
aproximadamente millón y medio de votos.
Ante
esto la estrategia del gobierno es entendible, la OLP, los estados de
excepción, la militarización progresiva de todo el país. Buscan rebajar nuestra
ventaja y ubicarla en ese margen donde el fraude físico de ellos pueda tener
efecto.
Un mensaje para la mayoría venezolana
El
electorado que nos dará el triunfo el seis de diciembre está compuesto por dos
grandes torrentes humanos. Un torrente opositor que lo es no desde el 99 sino
desde el 92, su demanda es cambio. El
otro sector importante, numérica y socialmente, es el que ha sido
defraudado por el régimen, pide solución a la crisis e identifica como
responsable de la situación a Maduro.
Se
debe elaborar un mensaje que evitando la demagogia satisfaga a ambos sectores
de la mayoría venezolana. La prioridad es concebir soluciones. De la agenda
social no nos saca nadie, porque fue la que logró unir al país
El
primer semestre del 2014 los estudiantes peleaban por libertades y democracia;
en la segunda mitad le tocó a los empleados de Corpoelec, los obreros de Sidor,
los trabajadores de la administración pública, entre otros, era el pueblo
chavista batallando contra el gobierno. Luchábamos divididos, en momentos
distintos con consignas diferentes.
Escenario post elección
Es
perfectamente posible que el gobierno intente sabotear el proceso de
construcción de soluciones, si es así y no acata el dictamen del soberano no
tendremos otro camino que recurrir a recursos contemplados en la Constitución
para proceder al cambio político, dígase enmienda, reforma constitucional,
referéndum revocatorio o la Asamblea Nacional Constituyente. Cualquiera de
estas fórmulas es pacífica, constitucional y democrática.
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