Por Margarita Lopez Maya
Con el naufragio del país a
la vista, sectores chavistas con posiciones diversas vienen por fin haciendo
público su descontento y separación. Algunos dicen que el desastre es
exclusivamente de Maduro y su entorno militar y mafioso. Otros con alguna
timidez reconocen que estas tempestades las sembró el caudillo. Hay quienes no
entienden por qué Chávez, tan “diverso y horizontal” en la relación con sus
bases, nunca rompió con el lado gansteril de su coalición. La mayoría sigue
reivindicando continuar la gesta emancipadora que planteó el comandante, el
eterno retorno a la época primigenia de la revolución, que acabará con
injusticias, creará el hombre nuevo, seremos felices y comeremos perdices.
Estas despedidas públicas
son importantes, pues reconocen el fracaso del proyecto y aíslan más al
gobierno militar, despótico y nepótico que hoy padecemos. En la paciente marcha
que debemos hacer para recuperar la nación, barrer la casa, recoger escombros y
aprestarnos a construir un Estado incluyente, democrático y soberano, es un
paso más de convergencia entre nosotros.
No deja de entristecer,
empero, constatar que muchos de estos políticos, activistas e intelectuales,
parecen no aprender de los errores. Solo dicen que todo salió mal porque las
mafias lo echaron a perder. Que Maduro no supo el verdadero legado de Chávez,
pero ellos sí. No se arrepienten de tanto exceso de romanticismo, extremismo,
aventurerismo y piratería.
Qué daño ha hecho jugar a un
radicalismo pueril, demorar y tergiversar la construcción de un orden
institucional a partir de la Crbv, erosionar desde el Gobierno la valoración de
los DDHH, prestar lealtad incondicional a un líder intoxicado de poder y
dinero. Ministros que mantuvieron silencios cómplices por muchos años ahora
hablan de corrupción. Se ejerció poder sin entender su lugar en la condición humana,
sus características. Hubo desprecio por la política democrática, los
contrapesos, se apostó a las cualidades extraordinarias del líder y a los
petrodólares. Ahora en este desastre solo dicen, esto lo malograron otros,
habrá que comenzar de nuevo.
Si ellos no se hacen
autocrítica, nosotros los ciudadanos de a pie sí debemos hacerlo. No
equivoquemos la escogencia del liderazgo que ahora necesitamos.
05-10-15
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