Por Maximiliano Donat, 20/10/2015
La primera privación del bien de un pueblo que lo
lleva a vivir una vida de desgracias es la ignorancia de las cosas que debe
practicar y el deseo de las cosas que debe evitar su gobernante.
Ambas cosas las
han llevado consigo como compañeras inseparables cada uno de quienes han regido
como presidentes de esta revolución de desgracias, pues aunque alcanzado sus
deseos para sí y para el pueblo, aun siendo este pernicioso y vano, al no darse
cuenta de ello por su ignorancia, el pueblo arropado por esos deseos es vencido
en el malsano deleite o más bien de una vana alegría, que no es otra cosa que la fuente de enfermedades y no de
abundancia, sino de indigencia.
Desde los albores de esta revolución en aquel oscuro 4
de febrero de 1992 cuando comenzaron a sonar las cadenas de la decadencia que
en su momento arrastraría a todo un País a sufrir la más dolorosas experiencias
de penuria y tribulaciones que aun hoy sus compañeros de impiedad
ensoberbecidos han hecho de nuestra tierra fértil y laboriosa la más estéril
del planeta.
Sin embargo de esa mansión oscura en que han
convertido al País, el Soberano moderador y verdadero poseedor de la sagrada
flama de la Democracia, ese Soberano constituido por Ciudadanos comienza a
ocupar los espacios de los defraudadores, impíos e inmundos aduladores de la
miseria de nuestro País.
El Ciudadano resucita a través de su libre albedrío y
poder de voluntad que lo hace soberano y fuente primordial de todo lo legal y
constitucional de nuestra nación.
La victoria es pues de quien actúa con rectitud, no del que quiere ni del que corre. La
Victoria del Ciudadano sobre la revolución de desgracias está en la rectitud de
su actuación y no en las promesas de buena voluntad que ofrecen los impíos y
vendedores de ilusiones. Tu eliges y decides como ciudadano con libre albedrío si mantienes a los que siempre se han repartido tus derechos, solo Tu puedes hacer la diferencia y despedir a quienes representan el continuismo de esta
revolución de desgracias y a quienes usando esas desgracias te prometen un
cambio que nunca será impregnado de la rectitud del Ciudadano Libre e
Independiente.
Maximiliano Donat
Coordinador nacional OngDeCiDo
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