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sábado, 14 de noviembre de 2015

DESASTRE GUBERNAMENTAL Y COOPERATIVISMO por @oscarbastidas25


 Por Oscar Bastidas Delgado


 Sin dudas que el gobierno más nefasto para el cooperativismo venezolano ha sido el del fallecido primer mandatario Chávez y su continuista Maduro. Nuestro movimiento, con antecedentes ciertos en 1900, no había recibido tantos maltratos ni en las dictaduras gomecista y perezjimenista como en los últimos años. El laissez faire de ambas dictaduras contrasta con las acciones que al estilo de Eudomar Santos realizó Chávez, quien con solo unos silbidos de sirena recibidos de alguien desde MInPlanificación, las utilizó como puntas de lanza de su pseudorevoluciòn para ganar votos mediante financiamientos fáciles y a fondo vacío.


Mientras que en los gobiernos de la peyorativamente llamada Cuarta República los superintendentes de cooperativas eran nombrados por la Presidencia de la República de sendas ternas propuestas por el movimiento organizado en las Centrales Cooperativas Regionales (CCRs) y la Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave), los nombrados en estos 16 años, salvo los dos primeros, solo tienen el mérito de pertenecer a la Misión Francisco de Miranda. Ni Chávez, ni Nelson Merentes como flamante Ministro para el Desarrollo de la Economìa Social, ni los funcionarios del INCES o los superintendentes de cooperativas conocieron o conocen la esencia de este movimiento; el actual llega al extremo de meter la Universidad Santa María en el mismo saco de las cooperativas.

El punto contradictorio final lo puso Chávez al catalogar sus  “puntas de lanza” como capitalistas ¡sin percatarse! de que capitalistas eran las impulsadas por él y por funcionarios inescrupulosos de ministerios, empresas del estado, y alcaldes chavistas que hicieron con ellas jugosas ganancias como las del alcaldito de Valencia que observó en ellas “una irresistible oportunidad para lucrarse” con los contratos refrendados por su flamante padre y el apoyo de una ex miss. El movimiento cooperativo desarrollado antes de 1999 no necesitó ni necesita del gobierno para mantenerse y continuar dando ejemplo de cooperativismo genuino ante el paìs y el mundo.

La gota que derramó el vaso la puso el sucesor a dedo de Chávez. Hace un año, noviembre 2014, Maduro estableció impuestos a las cooperativas sin averiguar que el mismísimo Chávez en la justificación de la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas les había establecido la exención de impuestos y tasas. Con esa medida y sin consultar al movimiento, como ordena taxativamente la Constitución Nacional, condenó numerosas a engrosar el cementerio de no menos de 390.000 cooperativas de las 413.000 registradas a esta fecha.

No fue sino luego de sendas movilizaciones del movimiento cooperativo ante la asamblea nacional (en minúsculas), y el Ministerio de las Comunas, cuando se inicia cierta reconsideración de la medida; la vía tomada es la de otorgar exoneraciones, medida menor a la exención del fallecido primer mandatario, y a la declaración de las cooperativas como de NO sujeción a impuestos que aspiramos los cooperativistas.

¿Por qué el gobierno actúa asì?, la respuesta es fácil: La Lògica de capitalismo de Estado de sus dirigentes los hace recurrir al cobro de impuestos a asociaciones, cooperativas y fundaciones para llenar la olla vacía dizque para apoyar al pueblo cuando el verdadero sector popular se nuclea en torno a las cooperativas genuinas y no de las capitalistas que contratan con el Estado  y que no solo deberían pagar impuestos evadidos, más las multas que corresponden, sino ser cerradas por Sunacoop. ¿Y los diputados del gobierno?: Bien gracias, dejando que Maduro legisle por ellos mientras un militar se encarga de ponerlos firmes. El 6 de diciembre saquemos a los militares de esa asamblea.  Oscarbastidasdelgado@gmail.com


13-11-15

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