Por Ayatola Núñez
Algunos lo llaman diáspora;
los más religiosos lo comparan con el éxodo, hecho bíblico que cuenta la
historia de los esclavos hebreos que al ser liberados por Moisés fueron
conducidos a la tierra prometida. En cualquiera de sus denominaciones, se trata
de un fenómeno inédito en la historia nacional en el que venezolanos y hasta
familias enteras vieron en la migración una salida a la situación económica y
política por la que atraviesa el país.
Este fenómeno va más allá de
migrar. Expertos en la materia política señalan que esta “estampida” hacia el
exterior, que se ha profundizado luego de los resultados de las últimas tres
elecciones –asamblea nacional constituyente, regionales y municipales–, podría
tener un impacto negativo para la oposición en las elecciones
presidenciales de 2018.
Un reciente estudio de la
encuestadora Delphos refiere que 10% de los inscritos en el Registro Electoral
no está en el país, lo cual se traduce entre un millón y medio y dos millones
de personas. Félix Seijas, director de esa consultora, señaló que estos números
pueden variar en la medida en que las personas, por alguna circunstancia,
decidan regresar al país u otras emprender el viaje fuera de las fronteras
huyendo de la crisis.
Añadió que los datos
reflejaron que la mayoría de los migrantes pertenecen a los estratos de clase
media y clase media alta, que son los que tienen la posibilidad de movilizarse
hacia otros países. Sostiene que esa situación inclina la balanza a favor al
gobierno porque se pierden votos seguros en su contra. “Esos votos debilitan
únicamente a la oposición”, enfatizó. Sin embargo, no sería el principal
elemento para que se pierdan las elecciones presidenciales. “Los que se fueron
podrían ser un elemento de peso, pero no serían la única razón para justificar
la derrota de la oposición. La elección está en riesgo por el desaliento de los
votantes dentro del país, la desconfianza en el CNE, la desconfianza hacia la
oposición debido a que un importante grupo de personas considera que juega a
intereses propios y no colectivos”, aseveró Seijas.
El director de la ONG Súmate,
Francisco Castro, resaltó que es difícil medir el número de venezolanos que abandonó
el país dada la escasez de información oficial para determinar las edades y su
disposición para participar en un evento electoral. No obstante, señaló que,
pese a la desinformación, hay un evento comicial que permitió conocer la
opinión de los venezolanos en el exterior sin ningún obstáculo. Se trata de la
consulta popular del 16 de julio que motivó a más de 700.000 venezolanos a
sumarse en la jornada. Dijo que esta cifra era 3 veces superior a la de los
venezolanos habilitados para votar fuera de la nación.
“El rechazo hacia la asamblea
nacional constituyente que movilizó en el exterior a cientos de personas
durante la consulta popular nos permite inferir que están identificados con las
fuerzas opositoras o, al menos, adversan al gobierno de Venezuela. Esa votación
de 700.000 venezolanos ya es un capital de votación potencial sumamente alto.
Estamos hablando, al menos, de un millón de venezolanos que como mínimo están
en edad y disposición para votar”, dijo Castro.
Esos votos, a juicio del
director del Súmate, podrían ser determinantes si en unas elecciones
presidenciales se repite el escenario del año 2013 Capriles-Maduro en el que la
diferencia fue de 200.000 votos. “Tiene un efecto importante porque la
diferencia nominal ha estado en los últimos años entre los 200.000 y 400.000, y
claro que tiene una incidencia significativa”.
El director de Centro de
Estudios Políticos de la UCAB, Benigno Alarcón, cree que el éxodo
masivo de venezolanos sí podría influir para que el gobierno se mantenga en el
poder. “Evidentemente es un impacto importante que no puedes obviar”,
dijo.
Afirmó que “existe un elevado
riesgo real de que se pierda una elección presidencial por efecto de esa
abstención estructural, que tiene que ver con electores que no se puedan
registrar en el exterior para votar”.
El académico explicó que en la
elección en la que la oposición ganó por una amplia diferencia al gobierno la
abstención osciló entre 15% y 20%. “Con ese escenario la relación gobierno
y oposición se reduce a 75-25, pero si le sumas el grupo de electores
que se debate en la utilidad de participar y el que tradicionalmente no vota
por diferentes razones, entonces tienes una mala combinación”.
El diputado ecuatoriano Juan
Fernando Flores, que reside en Venezuela y estudia el tema, calculó que para
2018 la cifra de inmigrantes venezolanos aumentará a 3 millones, aunque no
diferencia por edades y si están habilitados para votar.
“Existe una política de Estado
de no visibilizar la crisis migratoria. No hay números y no se está levantando
información, sobre todo de lo que está ocurriendo en las fronteras”, señaló
Flores.
18-12-17
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