Juan Carlos Zapata 10 de mayo de 2020
@periodistajcz
El
presidente de Alemania puso el acento. La victoria sobre Hitler y el nazismo no
solo significó la derrota de Alemania como potencia agresora sino también la
liberación del pueblo alemán del nacismo por parte de la fuerzas aliadas. Es
como si una fuerza multinacional liberara hoy a Venezuela del régimen de Maduro
¿Es el madurismo una fuerza agresora? No hay una guerra declarada pero el
régimen de Maduro se observa como un riesgo para la región al estar vinculado
al narcotráfico y brindarle apoyo a grupos terroristas como el ELN y la
disidencia de las FARC. Desde hace dos décadas, al chavismo se le observa
también como un movimiento intervencionista y hegemónico. ¿En todo caso se
justifica la intervención militar?
Ahora
vuelve el tema por el episodio de la conocida y abortada Operación Gedeón
ocurrida en el Litoral Central, cercano a Caracas. Había vuelto por la
Operación antinarcóticos en el Caribe puesta en marcha por el Comando Sur de
los Estados Unidos. Vuelve por las recientes declaraciones del presidente
Donald Trump de que si “alguna vez hiciéramos algo con Venezuela no sería de
esa forma (como la del grupo de Operación Gedeón); sería ligeramente diferente,
se llamaría invasión. Si quisiera entrar en Venezuela no lo mantendría en
secreto y no mandaría un pequeño grupo, estaríamos hablando de un ejército”.
Es
un tema que va y viene. Por aquello siempre expuesto por el presidente
Interino, Juan Guaidó, de que todas las opciones están sobre la mesa, de lo
cual se infiere que no se descarta la intervención militar con el propósito de
liberar a Venezuela de una oprobiosa dictadura, la de Nicolás Maduro, que ha
llevado a Venezuela a la peor de las crisis, la cual, a su vez, pone en riesgo
la estabilidad regional. Ya el éxodo de 6 millones de venezolanos son una carga
social, política y económica de envergadura. Una bomba de tiempo, cuyas
consecuencias han comenzado a palparse con la pandemia del coronavirus. El
analista del diario ALNavío, Leopoldo Martínez, ha escrito que “si la crisis de
la pandemia se profundiza en Venezuela y en los países vecinos, como Colombia
(lugar donde millones de migrantes venezolanos han buscado refugio en los
últimos años), solo cabe imaginar una confluencia de problemas sociales que
requerirán una acción multilateral”.
El
chavismo ha sido una fuerza intervencionista en la región, desde los tiempos de
Hugo Chávez, que comenzó declarando sus simpatías a las FARC de Colombia.
También prestó apoyo de manera directa con dinero y logística a movimientos y
líderes para que alcanzaran el poder. En Paraguay y Honduras la intervención
fue más descarada. Y lo mismo puede decirse de Bolivia, Ecuador y Nicaragua. En
alianza con el castrismo de Cuba, el chavismo luce como una amenaza mayor.
Ahora con Maduro son más visibles los respaldos a grupos terroristas y sus
vínculos con el narcotráfico. Por lo demás, ya se sabe que su mandato es
ilegítimo, usurpa el poder, y de allí que no sea reconocido por la comunidad
internacional democrática. Es un régimen con estricto apoyo militar y de fuerzas
represivas y de inteligencia. Es un régimen que ha abierto las puertas a
fuerzas de espionaje y represión de un Estado totalitario como el cubano, y de
esa manera Cuba pasa a ser agresor directo del pueblo de Venezuela. Es un
régimen que goza del respaldo de otros regímenes antidemocráticos como China,
Rusia, Turquía e Irán.
Y
es a Venezuela a la que tiene sometida con los peores métodos de una dictadura.
Terror, represión, miedo, uso de la fuerza, censura, persecución a la
disidencia, violación de los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad,
secuestro de las instituciones, promoción de la violencia, presos políticos, y
si faltara poco, una gestión que se caracteriza por la destrucción de la
economía, del aparato productivo, de la industria petrolera, saqueo y
corrupción de los dineros públicos, y que ha generado hiperinflación, hambre,
desempleo, crisis sanitaria; en fin, una tragedia humanitaria.
La
lucha de las fuerzas democráticas es por liberar a Venezuela de esa dictadura
que no puede resolver la crisis política ni tampoco detener la destrucción del
país. Por eso, llama la atención lo expresado por el presidente de Alemania con
motivo de la ceremonia de conmemoración este 8 de mayo del 75 aniversario de la
capitulación de Hitler, de la caída del Tercer Reich, de la derrota del
nazismo, del Estado nazista que condujo a una II Guerra Mundial.
Frank-Walter
Steinmeier pidió a los alemanes recordar a la víctimas de la guerra pero
también a las víctimas del nacionalsocialismo. Que es como decir las víctimas
de todos los totalitarismos, o las víctimas de movimientos como el chavismo y
dictaduras como la de Maduro. Ya lo dijo el padre Arturo Sosa, el venezolano
jefe de los jesuitas en el mundo. ¿Qué es el chavismo? Un movimiento con una
concepción hegemónica del poder. Como el comunismo soviético. Como el castrismo
en Cuba. Como el nazismo. Inhumanos. Crueles. Perversos. Oprobiosos. Que
promueven el odio y la violencia, y desprecian las libertades, la democracia, y
promueven la xenofobia y el racismo. No hay palabras para definir la destrucción
de un país y de cómo se echó a 6 millones de personas a sufrir por el mundo.
Por
eso, se establece la conexión cuando Frank-Walter Steinmeier señala que la
victoria aliada también hay que entenderla como la liberación del pueblo alemán
de la tiranía nazi.
-La
liberación vino de afuera, tenía que venir de afuera, este país estaba
demasiado maniatado por su propia culpa. No ocurrió en un solo día, fue un
camino largo y doloroso, de décadas de lucha contra el silencio. El 8 de mayo
de 1945 fue el final de la dictadura nazi, el fin de noches y bombas y marchas
de la muerte, de crímenes alemanes sin precedentes y de la quiebra.
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