Alejandro Hernández 12 de mayo de 2020
@alepuro
Desde
la Junta Directiva ad hoc del BCV, Ricardo Villasmil advierte que hay quienes
dicen que el Gobierno interino está sentado sobre un caudal de dinero, pero
cuando vas analizando la riqueza que ellos aseguran que se podría distribuir te
das cuenta de que no existe tal cosa. “No podremos salir de esto con más
engaños”.
Para
el presidente de la Junta Directiva ad hoc del Banco Central de Venezuela
(BCV), Ricardo Villasmil, “hay que tener un sentido realista de la situación en
la que estamos”. Por eso arremete contra quienes de forma engañosa hablan de
planes para el país “con dinero que no tienes y que no vas a obtener en el
corto plazo”. Se ha tratado de hacer ver que el Gobierno interino de Juan
Guaidó dispone de recursos que no están realmente a disposición. En lo que se
trabaja de forma continua, según explica, es en evitar que Nicolás Maduro tenga
acceso a esos fondos y se pierdan en corrupción y malos manejos, pero la labor
no ha sido sencilla, incluso en naciones que reconocen a Juan Guaidó.
En
cuanto a la reciente polémica sobre las acciones legales contra los bonistas
del PDVSA2020, sostiene que si se decidió ir a la disputa legal, “no entiendo
de dónde sale ahora la controversia”.
-¿Qué ha hecho el directorio ad hoc del Banco Central
de Venezuela desde su designación por la Asamblea Nacional en julio de 2019?
-La Junta ad hoc del Banco Central de Venezuela (BCV)
fue designada para identificar y asegurar las cuentas y los
activos financieros en general pertenecientes a esta institución, que están
fuera del territorio nacional. Parte de nuestra gestión es entrar en contacto
con las autoridades de los países donde se encuentran estos fondos, para tomar
control de esas operaciones, actuando en coordinación estrecha con el
procurador especial, José Ignacio Hernández, que en el mismo
mandato de la Asamblea Nacional fue designado como nuestro
representante judicial y extrajudicial. Ambos juntamos esfuerzos para asegurar
los recursos que el BCV tiene en naciones que reconocen al Gobierno interino y
evitamos que el régimen de Maduro pueda seguir utilizándolos.
-¿Se puede ofrecer alguna proporción de los montos o
de las cuentas externas del BCV congeladas?
-Hemos concentrado las gestiones en Estados
Unidos, por ser el centro financiero del mundo y por el reconocimiento que
nos ha brindado su gobierno, esto nos permitió tomar control de dos cuentas
importantes que ya están en los bancos de la Reserva Federal estadounidense. La
primera tiene relevancia no por el monto, sino por sus implicaciones para hacer
pagos y gestionar traslados de fondos de otras cuentas a esa; y la segunda, que
se dio a conocer hace poco, fue una operación que involucró el traslado
de 342 millones de dólares de un banco comercial a una cuenta
en la Reserva Federal de Nueva York. Pero la gestión continúa, hay
activos en otros países que están en proceso de identificación; y aunque no
hemos tomado control, sí hemos evitado que el régimen de Maduro pueda hacerse
de esos recursos.
-Recientemente informaron que había gestiones para
recuperar el oro que está retenido en el Banco de Inglaterra. ¿Cómo va esa
operación?
-En Europa hemos avanzado con mucha lentitud, porque
hay menor disposición de los gobiernos a tomar decisiones. Han tenido una
exagerada cautela para decidir a favor nuestro. Estamos muy atentos a las
gestiones en Inglaterra, porque han recibido presión por parte del
régimen venezolano, incluso con propuestas asociadas al Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para hacerse
del oro que mantienen retenido. Quiero dejar claro que nuestra
idea no es perjudicar a los venezolanos, sino evitar que Maduro tenga acceso a
esos fondos y se pierdan en corrupción y malos manejos. Hay que ser ilusos para
pensar que con más recursos, la dictadura va a solventar los problemas de los
venezolanos, después de haberse robado y dilapidado billones de dólares.
-Hay voceros como el economista Francisco Rodríguez y
muchos otros, también vinculados al mundo político, que casi diariamente exigen
que se usen los fondos congelados en el exterior para financiar iniciativas
sociales y planes de distinta índole en Venezuela, ¿cuál es su opinión al
respecto?
-Hay unos actores que dicen que el Gobierno interino
está sentado sobre un caudal de dinero, pero cuando vas analizando la riqueza
que ellos aseguran que se podría distribuir te das cuenta de que no existe tal
cosa. Es como tener muchas tarjetas de crédito, pero bloqueadas. Lo primero que
hay que ofrecer son realidades, este país ya lleva 20 años de engaños y
por eso llegamos a donde estamos, vamos a decir la verdad, por lo menos para
variar. No podremos salir de esto con más engaños.
-¿A qué atribuye la insistencia de estos voceros y
cómo se puede dimensionar y entender el estatus de los activos en el exterior
que han sido protegidos por el Gobierno interino?
-Hay una inmensa exageración en cuanto al monto de los
recursos que pudiera tener identificado el Gobierno interino en el exterior. El
Banco Central es el que ha logrado controlar fondos, y, aparte de los 342
millones de dólares que pudimos traspasar de un banco comercial a la
Reserva Federal de Nueva York, no hay mucho más. Los otros recursos están
bloqueados por los gobiernos de los países donde se encuentran depositados, y
no se pueden tocar hasta que las autoridades de esas naciones tomen la decisión
política de entregarlos al Gobierno interino. Por eso considero que es
políticamente oportunista proponer cosas a partir de un dinero que no se tiene
a la mano. Hay que tener un sentido realista de la situación en la que estamos.
Insisto en que es engañoso anunciar planes con dinero que no tienes y que no
vas a obtener en el corto plazo.
-¿Cuáles de los fondos que ya controlan pueden ser
usados internamente en Venezuela y cómo es el procedimiento para ejecutarlos?
-Fundamentalmente los recursos recuperados del banco
comercial que se encuentran en la Reserva Federal de Nueva York, lo demás está
fuera de la realidad por ahora. Sin embargo, hay que explicar que estos fondos
que sí controlamos fueron inmovilizados producto de las sanciones, y para
utilizarlos se necesita una licencia de la Oficina de Control de Activos
Extranjeros de Estados Unidos (OFAC) que levante el procedimiento
sancionatorio y luego ejecutar un programa necesariamente aprobado por la Asamblea
Nacional, que bajo ningún concepto termine beneficiando a alguna persona o
ente sancionado. En resumen, para usar el dinero que sí tenemos se requiere:
Una aprobación del Parlamento, hacer una solicitud de
préstamo al Banco Central por el monto solicitado, amparado en que es
una emergencia nacional, porque no son recursos de la República
sino del Banco Central y, finalmente, que la OFAC lo apruebe. Es
bueno que todos podamos comprender la complejidad de estos procesos.
-¿Cuál es la diferencia entre estos planes que usted
llama oportunistas y los programas oficiales que ha impulsado Juan Guaidó como,
por ejemplo, el bono en dólares a los trabajadores del sector salud anunciado
semanas atrás?
-La diferencia es que los planes oficiales del
Gobierno interino tienen expectativas más realistas y están sustentados por los
recursos que, en efecto, tenemos. Es decir, no están basados en dinero que
podría existir, sino en fondos que sí están disponibles.
-¿Qué está pasando con el bono PDVSA2020 y por qué ha
vuelto la polémica sobre el Gobierno interino y esta operación?
-A mí me llama muchísimo la atención que haya una
polémica alrededor del bono 2020, y lo digo fuera de mi condición de presidente
de la junta del BCV, como economista y más aún como venezolano no lo puedo
entender. Recordemos que ese bono pone como garantía un activo importante de la
República y por eso debía pasar por la aprobación de la Asamblea Nacional. Esta
condición fue violada por el régimen y por eso el Poder Legislativo y el
Gobierno interino deciden desconocer la operación. Además de eso la
Junta ad hoc de PDVSA se reúne y decide por unanimidad ir a litigio, bajo la
lógica de que fue emitido inconstitucionalmente y porque era la estrategia
apropiada a implementar para salvaguardar a Citgo. Entonces, si
el Parlamento y la junta de PDVSA decidieron ir a la disputa
legal, no entiendo de dónde sale ahora la controversia.
-El economista Alejandro Grisanti, quien renunció a su
cargo de director de la Junta ad hoc de PDVSA, envió una carta al presidente
interino Juan Guaidó con diversas críticas al manejo del bono 2020.
-Alejandro Grisanti estaba en la mesa directiva de
PDVSA ad hoc que tomó la decisión por unanimidad de ir a litigio, por eso digo
que no entiendo por qué surge la controversia. Las diferencias de opinión entre
los miembros de dicha junta pueden existir, pero cuando el cuerpo encargado
delibera y decide, ese resultado debe acatarse por todos los involucrados y no
puede haber polémica al respecto, por tal razón yo, en lo personal, no entiendo
lo ocurrido.
-¿El Gobierno interino ha logrado identificar dónde
están todos y cada uno de los activos de la República en el exterior?
-Todos y cada uno no, porque para eso dependemos de la
colaboración de los gobiernos de los países donde se encuentran y,
lamentablemente, algunas de las naciones en las que tenemos bienes o activos no
reconocen al presidente interino Juan Guaidó. Pero aún en los países donde sí
tenemos reconocimiento, es un proceso largo que pasa por decisiones que
involucran a los distintos poderes de la nación en cuestión; es decir, no es
que el presidente en funciones da una orden y ya. Son trámites que no se logran
de la noche a la mañana.
-Terminando abril el BCV del régimen actualizó cifras
de inflación hasta marzo, ¿a qué cree usted que responde esta divulgación?,
¿estarán allanando el camino para buscar financiamiento externo?
-Sería
especular, pero lo que sí es cierto es que reconocen y reafirman que todo este
colapso hiperinflacionario es previo a las sanciones y a cualquier tipo de
intervención de esta naturaleza. Nuestro país empezó a colapsar institucional,
económica y socialmente mucho antes de la caída de los precios del petróleo, de
la presión internacional y de la pandemia. Las sanciones son consecuencia del
mal manejo de recursos, del abuso de poder.
-Nicolás Maduro parece estar dando un giro pragmático
en la industria petrolera buscando el apoyo de la inversión privada. ¿Cree que
esa apertura podrá traducirse en una recuperación de la promoción y en ingresos
para el régimen?
-Puede nombrar a quien sea al frente de la industria
petrolera, pero eso no resuelve nada, porque lo realmente necesario son
recursos, en cantidades importantes y por varios años para poder levantar
la producción petrolera, restablecer la infraestructura de
refinación y así aprovechar el potencial de reservas que tenemos. Pero eso no
ocurrirá si no hay un cambio político, la reiterada maniobra del
oficialismo de mover fichas de aquí para allá no solucionará el problema de
fondo, que es la falta de condiciones para que alguien esté dispuesto a
invertir, nadie en su sano juicio va a poner un dólar en sacar petróleo en el
país, por los riesgos que implica el régimen de Maduro.
-¿Cuánto dinero necesita Venezuela para levantarse del
foso en el que se encuentra e iniciar una reconstrucción mínima, que le abra
las puertas a la recuperación?
-Para eso hay que evaluar con precisión los sectores
estratégicos, pero lo más importante es darse cuenta de que la inversión no
la puede hacer el Estado, necesitamos tener un cambio de mentalidad. Por
ejemplo, para reactivar la industria petrolera no puede ser el Estado
venezolano el principal actor y el inversionista mayoritario, porque no tiene
el dinero necesario, son los privados internacionales quienes sí cuentan con el
capital. En un nuevo gobierno el motor del desarrollo lo tendrá la iniciativa
privada interna y externa.
-¿El apoyo de Rusia y China al régimen de Maduro es
inquebrantable por los intereses que hoy mantiene en Venezuela?
-No, porque hoy a las empresas rusas o chinas no les
está yendo bien en ninguna de sus áreas de operaciones en Venezuela. En el país
no está produciendo nadie y el estado en el que actualmente están las cosas, no
beneficia a nadie. Como dije antes, la reconstrucción de nuestra economía no
pasará sólo por el petróleo sino por la inversión extranjera y
eso genera una inmensa posibilidad para un espacio de negociación con estos
países, donde se les pueda hacer ver que su mejor interés está en propiciar una
transición, que les permita a sus compañías tener mayor rentabilidad.
Es una situación de oportunidad y aunque no me corresponde a mí, desde el Banco
Central hacer ese tipo de acercamientos, entiendo que sí los hay.
-¿De dónde salen los ingresos que mantiene el régimen
venezolano hoy?
-Hay elementos para pensar que gran parte de los
escasos recursos que tiene Maduro provienen del comercio ilegal y vías no
tradicionales, pero esto, por más empuje que le pongan, nunca va a poder compensar
los ingresos que genera una economía normal. Venezuela no es solamente un país
empobrecido, sino un Estado que también se ha empobreció enormemente.
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