AFP 26 de marzo de 2021
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Era la primera vez que Calixto Velasco veía
bombarderos. De repente quedó en medio de los combates que libran militares
venezolanos y un grupo colombiano en Venezuela. Atemorizado, buscó refugio en
Colombia, un país que durante décadas vio partir a sus ciudadanos por la
violencia.
"Mucha gente que tiene años allí dice que nunca
había visto eso", dice a la AFP el herrero de 37 años. Huyó del municipio
venezolano de Paez, Apure (este), donde estallaron los enfrentamientos el fin
de semana. Su esposa e hijos de 6 y 12 años lo acompañan.
Los soldados venezolanos, asegura, "se llevaron
muchas personas trabajadoras" en medio de una ofensiva contra supuestos
rebeldes colombianos.
"Y como los aviones bombarderos daban vueltas y
vueltas (...), entonces nos decidimos para venir acá", relata el hombre
que cruzó en canoa el río limítrofe de Arauca.
Casi 4.000 personas han llegado al municipio
fronterizo de Arauquita (noreste), la mayoría venezolanos, entre el domingo y
el jueves, según la Defensoría de Pueblo (Ombudsman). Niños, ancianos, mujeres
embarazadas y jóvenes duermen apiñados en carpas improvisadas en coliseos en
pleno ascenso de los contagios del coronavirus.
Castigados por más de medio siglo de conflicto armado,
los pobladores colombianos ven con asombro la llegada de desplazados por la
violencia.
Aunque agradece la acogida, Velasco pide garantías
para volver a Venezuela pues teme que saqueen su casa deshabitada.
A su lado, otros desplazados buscan información sobre
familiares detenidos en la ofensiva.
"A mi papá se lo llevaron. Él se llama José Rico,
es una persona inocente, campesino de la comunidad que no tiene que ver con la
guerra (...) Queremos que nos ayuden para que lo saquen de allá donde lo
tienen", clama desesperada su hija Diana Rico.
- Disidentes -
Del otro lado de la frontera, los combates se
mantienen y los habitantes siguen escapando, según fuentes oficiales de
Colombia consultadas por la AFP este viernes.
Según el presidente Nicolás Maduro, los choques
corresponden a una ofensiva de sus tropas contra un "grupo irregular"
colombiano.
"Anoche intentaron atacar un puesto fronterizo y
fueron neutralizados varios terroristas", escribió el jueves en Twitter
Remigio Ceballos, comandante operacional de la Fuerza Armada venezolana. En
este momento "continúan las operaciones de búsqueda y ataque!",
agregó.
Hasta el domingo, último balance disponible, los
enfrentamientos dejaban al menos tres muertos, 14 heridos y 32 capturados.
Para el representante del líder opositor venezolano
Juan Guaidó en Colombia, Tomás Guanipa, la violencia es consecuencia de un
ataque ordenado por Maduro contra un ala de guerrilleros que se apartó del
acuerdo de paz firmado con las FARC en 2016 y que es enemiga de otra facción
supuestamente apoyada por el chavismo.
El ministro de Defensa colombiano, Diego Molano,
coincide con esa versión, según un audio enviado a la AFP.
"Lo fundamental es que el régimen de Venezuela
tiene que tomar una decisión de combatir todas aquellas organizaciones como el
ELN (Ejército de Liberación Nacional), las disidencias de las FARC (...) que
tienen presencia en esas zonas y desarrollan actividades de narcotráfico",
aseguró.
Bogotá acusa a Maduro de proteger en su territorio a
estos grupos armados. Caracas niega los señalamientos y responsabiliza a
Colombia de la violencia por abandonar la frontera.
- Migración inversa -
Colombia desarmó al grueso de la guerrilla más antigua
de América con la firma de un histórico acuerdo de paz en 2016. Algunos
guerrilleros rechazaron el pacto y se reorganizaron en diferentes grupos
conocidos como disidencias de las FARC.
Sin un mando unificado y hoy en aparente pugna entre
ellos, los disidentes suman unos 2.500 militantes y se nutren principalmente
del tráfico de drogas y la explotación ilegal de oro y otros minerales, de acuerdo
con inteligencia militar.
La Cancillería de Venezuela denunció que los grupos
armados estaban usando a la población como "escudos humanos" y
prometió una "reacción contundente" contra el ingreso de cualquier
organización, "regular o irregular".
Para "apoyar la operación humanitaria" en
los campamentos fronterizos, Bogotá envió cerca de 1.200 tropas a la zona
limítrofe.
"Es la primera vez que se presenta esta situación
de desplazamiento forzado por la violencia en el Estado venezolano", al
menos "en esa magnitud", declaró Joel Llanes, personero encargado de
velar por los derechos humanos en Arauquita.
Desde 1970, la pobreza y el conflicto armado empujaron
a cientos de miles de colombianos a emigrar a Venezuela, entonces era uno de
los territorios más prósperos de Sudamérica.
Hoy Colombia acoge a más de 1,7 millones de migrantes
que huyeron de la crisis económica y política en la otrora nación petrolera.
A pesar de que comparten una porosa frontera de 2.200
kilómetros, Colombia y Venezuela rompieron vínculos diplomáticos en 2019 cuando
Bogotá reconoció a Guaidó como presidente interino. Maduro mantiene, sin
embargo, el control del país con apoyo de las fuerzas armadas.
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