Naky Soto 28 de marzo de 2021
@Naky
Ayer en el marco del desconsuelo que me produjo que
Delcy Rodríguez y Nicolás negaran el ingreso de las vacunas por el mecanismo
Covax, reté a los que acusan que el problema de este país es que “los
venezolanos no nos ponemos de acuerdo”, a que escribieran su reacción, que
dijeran algo sobre una decisión arbitraria que perjudica masivamente a una
población en emergencia humanitaria. La decisión del poder no responde a un
estudio científico que pueda contraponerse a los que ha presentado la
Universidad de Oxford o la propia Organización Mundial de la Salud.
Los procuradores de acuerdos políticos, los papás de
los helados del centro, de la neutralidad, de la objetividad, guardaron
silencio, mientras el resto de las personas informadas reclamábamos esta
barbaridad. Esta tarde se desplegaron en las redes con tres mensajes
clave:
- Señalar culpables es fácil, ergo, es una obviedad
innecesaria.
- Ante la intransigencia injustificada del poder, lo
mejor es complacer sus demandas (otras vacunas, acceso a dinero de cuentas
congeladas, reconocimiento político, etc.), o darle más opciones.
- Admitir que la “culpa” es nuestra por no prever que
patearía la mesa, y en consecuencia, por no tener opciones para complacerle.
Ya bajaron línea. Y son tan inelegantes, que ni
siquiera se preocupan por ponderar lo que están copiando y pegando, por cambiar
algún verbo o ponerle un emoji.
Lo he dicho en los #EnSerio que hago con mi amado (y
francamente equilibrado) esposo, son unos cínicos, y justo por desconocer los
incentivos para ejercer con semejante constancia su cinismo, declaro que no
respeto:
- Su voluntad de hacerle todo más fácil al poder.
- La demonización de la culpa, porque “polariza",
salvo si puede enrostrársela a la oposición o repartirla entre la oposición y
el poder a partes iguales.
- El desprecio por el raciocinio del resto, porque
siempre producen mensajes para subnormales.
- Y el lenguaje “Cabaliere”,
esa mezcla de new age con un optimismo sin asidero: “Si el Ejecutivo te
escupe en la cara, agradece que tienes puesto el tapabocas y usa lo que te
queda de agua para volver a empezar: lavarte un escupitajo te hace grande”.
El chavismo es culpable porque:
- No hace suficientes pruebas PCR, aún teniendo
material donado para hacerlas.
- Por no hacer suficientes pruebas, no tiene manera de
marcar la trazabilidad de los contagios, y muchísimo menos de detectar
variantes entre los contagiados.
- Ni en pandemia han querido emitir un boletín
epidemiológico.
- Un año después, no existe un plan único y masivo de
vacunación, ni siquiera existe un presupuesto para realizarlo.
- Con las pocas dosis recibidas hasta ahora (700 mil
en total), se privilegió al poder y no a los grupos prioritarios y por eso
sigue muriendo personal de salud cada día.
- Y a pesar de todo esto, ¡rechazan
vacunas necesarias!
La salud es un derecho humano, irrenunciable. Un
Estado regularmente ausente, y apenas fallido sólo para castigar, es culpable
de decisiones que perjudican a su población. Esta vez nos niega el acceso a la
salud, a la necesaria inmunidad de rebaño de un país cuya mayoría es pobre, que
está mal alimentada y justo por eso, es mucho más susceptible de contagiarse y
al hacerlo, tener como única certeza que el sistema de salud también está
destrozado.
Esto es una crisis humanitaria. Tuitear para tratar de
eximir las culpas del chavismo es sencillo, lo complejo es vivir en este país
bajo el yugo de quienes lo destrozaron. A cada vocero de esta vileza, a cada
falso equilibrista que tiró la toalla ante la dictadura, a cada persona que le
da más poder al poder: ¡el coño de tu madre!
Naky
Soto
@Naky
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