Tibisay Romero 22 de junio de 2021
@tibisayromero
La
candidata del partido MEP destaca la política social del gabinete de la primera
ministra Wever-Croes, y sostiene que los planes del gobierno han prestado ayuda
a las madres jóvenes y las personas con necesidades especiales
Sue-Ann
Ras figura
en la lista de candidatos del partido Movimiento Electoral di Pueblo (MEP) para
las elecciones parlamentarias del 25 de junio en Aruba. Ocupa el número 16 en
la plancha del MEP, que forma parte de la alianza gobernante
constituida por los partidos POR (Pueblo Orguyoso y Respeta)
y RED (Red Democrático).
Ras es
identificada como una dirigente carismática, cuyo principal activo es el trabajo
social de base que ha desarrollado. La aspirante define esta campaña
como muy peculiar. Admite que ha tenido que planificar estrategias
que le permitan llegar a más votantes, a pesar de las dificultades propias que
impone la pandemia por el COVID-19 en la isla.
Para
ello echa mano de las ventajas que ofrecen los medios de comunicación y
las redes sociales, con la idea de amplificar el mensaje que lleva a los
electores.
“Uso
mucho Facebook y las redes sociales, también la radio y
entrevistas para llegar a más gente porque no se podía visitar a tantas
personas en estas circunstancias, cuando empezamos la campaña”, afirma.
Sin
embargo, ahora que en la isla superan la cifra de 66.000 personas
vacunadas contra el COVID-19, y ha bajado el número de casos de
coronavirus, recorre más espacios en búsqueda de los votos que lleven a su
partido a mantenerse en el poder.
“Mi
equipo tenía que estar vacunado, con las dos dosis, para poder hacer campaña
conmigo, además que solamente yo entro a las casas o me paro más cerca de la
gente. El equipo es más pequeño, entre 8 a 12 personas para evitar
aglomeración. Esas son precauciones, medidas que uno toma para mayor
seguridad”.
Los
votantes de la isla han sido convocados para escoger a 21
parlamentarios, que integrarán el pleno de la Cámara y formarán el nuevo
gobierno de Oranjestad.
Gobierno
dimisionario
Consultada
sobre el hecho de que el actual gobierno que encabeza su partido MEP haya
presentado su dimisión antes
de concluir el período del mandato, Sue-Ann Ras explica que lo hicieron por
integridad, debido a que uno de los altos funcionarios de la coalición está
siendo investigado por hechos de corrupción.
“Yo
creo que la integridad es sumamente importante cuando uno
asume el rol de ministro o de parlamentario. Sabemos por experiencia que es
imposible tener a alguien con una mancha por corrupción (…) En mi opinión, la
primera ministra Evelyn Wever-Croes hizo bien porque tenemos esa carta de
integridad y esa persona que es un sospechoso, debería retirarse y
dejar que el Ministerio Público haga las investigaciones, él tenía que darse
ese honor”.
Considera
que si el investigado se hubiese separado del cargo hasta que concluyeran
las averiguaciones, se podía volver a postular en caso de resultar inocente.
“Para
nosotros trabajar con un sospechoso, es como si diéramos la aprobación, no solo
en su función de parlamentario, sino también en la coalición del gobierno.
Entonces, esa mancha le llega a la coalición. Nosotros nos
levantamos por la integridad, la transparencia es muy importante.
La buena gobernanza no solo hay que promoverla, sino que llegó el momento de
asumir ese rol y ejecutarlo”.
– Cuando
visita y tiene contacto personal con los electores, ¿qué le dicen? ¿Le hacen
cuestionamientos a su partido?
– Están muy
agradecidos por como hemos manejado la pandemia. No había un manual
para saber como se debía afrontar, pero están agradecidos por el trabajo que
hemos ejecutado, principalmente por la ministra-presidenta Evelyn
Wever-Croes, quien ha estado a la cabeza de este proceso, junto a
profesionales.
Estos
profesionales, en diversas áreas, tomaban las decisiones y ella las presentaba.
Es un trabajo tremendo en equipo, algo que no se había visto antes.
La gente en la calle quiere saber qué vamos a hacer y para ellos la
continuidad es importante. Demuestran estar agradecidos por el fondo de
ayuda llamado FASE (Fondo di Asistencia Social di Emergencia),
en el cual los funcionarios públicos entregaron el 12,6% de su salario para que
el sector privado pueda conseguir un 60% de su sueldo.
– ¿Qué
tan importante es el tema social en el plan de gobierno del partido MEP?
– Nosotros
estamos desarrollando el Plan Social de Crisis, que ha ayudado a
que se pongan en práctica unos 33 proyectos. Hay personas que dicen que no ven
el resultado rápido de este plan, pero estamos trabajando en procesos en áreas
en las que a lo largo de 20 años no habían invertido. Ver los resultados, como
lo esperamos, toma más tiempo. Queremos trabajar para mejorar la
estructura y procesos en la parte social de Aruba.
– ¿Podría
mencionar algunos de estos programas en ejecución?
– Es
una inversión de 26 millones de florines (14 millones de
dólares) y aún faltan 10 millones de florines para desarrollar los planes. Son
muchas áreas. Por ejemplo, comenzamos con un proyecto llamado Casa para
las Mamás Jóvenes, en el que no solo se trabaja con los niños que van al
lugar y se recibe a niños huérfanos, sino que también empoderamos a las madres
jóvenes para que se encarguen de sus hijos. Tienen un mentor, un guía
profesional que abarca muchas áreas. Hay otro proyecto en el que ayudamos
a personas con limitaciones, van y pasan el día allí, son atendidos. Son 18
cupos para personas en esta situación, no es mucho, pero es una ayuda para 18
familias.
Hemos
abierto un lugar llamado Ambiente Feliz, donde atendemos a personas
con limitaciones múltiples las 24 horas. Además, contamos con el programa
preventivo B-Smart, para niños de quinto y sexto grado de la
escuela básica, que ayuda a los niños a ser más resilientes y se les enseña
sobre los problemas que causan las drogas y el alcohol.
– ¿De
qué forma La pandemia ha afectado a los programas sociales en Aruba?
– La
ejecución de algunos proyectos se ha demorado precisamente por la pandemia.
Puedo decir que sí hemos sentido el efecto, incluso para visitar juntos los
sitios de atención y evaluar cómo está yendo el proyecto. También hay que decir
que los problemas sociales han escalado.
En
2017, cuando iniciamos el gobierno, ya habían aumentado los problemas por la
crisis económica y social que conseguimos. Ahora se incrementó por la pandemia
y eso se ve, por ejemplo, en las escuelas. Las maestras no pueden
atender los problemas sociales que hay dentro de las escuelas.
Los
niños manifiestan conductas en las aulas como desmotivación. No
tenemos datos aún, pero sí se escucha que debido a que niños y jóvenes se
quedaron en casa y no tenían contacto social, sentían que les quitaron su área
segura, y ahora muchos sufren de depresión. Hay señales, como
banderas rojas, de que hay que atender esto. Los maestros están
pidiendo ayuda porque no pueden atender esa realidad solos. Necesitan
apoyo del equipo multidisciplinario con psicólogos incluidos.
– ¿Qué
planes tienen para atender el problema de la migración, especialmente de
venezolanos, que huyeron de la emergencia humanitaria compleja que hay en
Venezuela?
– Sabemos
que tenemos muchos inmigrantes, acá está la Cruz Roja y guías
que nos ayudan mucho. Consiguen cierta ayuda. Lo más desafiante en mi opinión
es el mercado laboral, porque abusan de estas personas que están
dispuestas a trabajar por lo que sea. Allí es donde veo el abuso y se da un
efecto dominó: no dan trabajo a los locales porque evitan cancelar el impuesto
y el salario justo, pero se lo dan a los inmigrantes y ellos lo toman por
necesidad. Los dueños o empresarios no les pagan lo justo, es como una forma
de esclavitud moderna.
Esto
ocurre porque muchos inmigrantes tienen miedo de que los deporten.
Sé que el ministro de Justicia, Andin Bikker, tomó medidas para facilitar el
regreso de aquellos inmigrantes que querían retornar a sus países, pues la
situación se complicó por la crisis sanitaria y la necesidad de escolarizar a
los niños.
No
podemos negar la asistencia de niños a las escuelas, pero se les exige
un seguro de salud. Uno se pregunta si se enferman los migrantes, sin
papeles regulares, dónde van a ir. De eso tenemos muchos casos. La idea es ver
como se atiende a los migrantes sin perjudicar a los locales. Entendemos que la
situación de Venezuela es complicada y sabemos que humanitariamente no
se puede vivir así.
– ¿Cómo
son tratados los niños de los migrantes que no tienen papeles en regla? ¿De qué
forma pueden integrarse a una sociedad distinta donde deben estudiar en idioma
holandés?
– Además
del derecho a la educación, los niños tienen el derecho a cuidados médicos, a
pesar de que no conocemos un gran número de niños migrantes.
Yo
creo que las escuelas en Aruba están bien equipadas para
atender estos casos porque muchos niños van a la escuela. Lo único que les
exigen es que tengan un seguro, aunque sean indocumentados, porque si algo pasa
con ellos la institución no puede ser responsable ante la eventualidad. No hay
datos que recojan cómo en verdad se sienten ellos en sus escuelas, porque estas
experiencias a veces se desconocen. Son detalles que debemos investigar.
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