Por Marino J. González R.
En el último Panorama
Social de la CepaL, correspondiente al año 2021,
se ha proyectado que la pobreza extrema en América Latina es la mayor
registrada desde 1990. La proporción de personas que no tenían el ingreso
suficiente para adquirir la canasta de alimentos correspondió al 13,8% de la
población de la región el año pasado. En 1990 esta proporción era 15,5%. Este
aumento está muy vinculado con los extraordinarios efectos sistémicos de la
pandemia de covid-19.
En el año previo a la
pandemia (2019), la pobreza extrema afectaba al 11,4% de la población de
América Latina, lo cual significó un aumento de 3% con respecto a la cifra de
2015. Este incremento era expresión de la reducción del crecimiento económico
experimentado en muchos países desde los inicios de la década pasada.
La enorme afectación
causada por la pandemia, expresada en los largos períodos de inactividad de
empresas y personas, así como en la disminución de todos los intercambios intra
y extrarregionales, han contribuido a agravar la tendencia de aumento en la
pobreza extrema.
De acuerdo con estas
cifras preliminares de Cepal, 86 millones de personas se encuentran en
situación de pobreza extrema, esto es 16 millones más que en 2019. El total de
personas en pobreza se ha estimado en 201 millones en 2021. Los mayores
aumentos de pobreza se han registrado en Argentina, Colombia, y Perú (más de 7
por ciento). La pobreza aumentó entre 3 y 5 por ciento en Chile, Costa Rica,
Ecuador, y Paraguay. En todos estos países, la pobreza extrema aumentó en al
menos 2%.
En este contexto de
empobrecimiento, en el transcurso de la pandemia, según estimaciones de la OIT,
se han perdido 30 millones de empleos en la región. Los aumentos más altos del
desempleo se han registrado en Costa Rica, Perú, y Colombia, de 14% en los dos
primeros países, y 11% en el último.
El significativo
impacto en el deterioro de las condiciones de vida, se refleja directamente en
el aumento de la inseguridad alimentaria en la región, superior al registrado
en África y Asia.
También alerta Cepal
que la recuperación económica de 2021 no ha logrado compensar estos efectos. Si
se toma en cuenta que ya en el segundo mes de 2022, se están registrando las
mayores cantidades de casos diarios de covid-19 en muchos países de la región,
es evidente que todavía los efectos sociales de la pandemia no han alcanzado el
punto más crítico.
Estas circunstancias
ponen de relieve las restricciones previas a la pandemia, especialmente en la
ausencia de dinamismo productivo en las economías, y en las deficientes
coberturas de protección social. La magnitud de estos efectos, así como las
notorias debilidades de los gobiernos para enfrentar estratégicamente estos
severos retos, son un especial llamado de alerta a las sociedades de la región.
Sin un adecuado conjunto de políticas públicas, fundamentadas en el
fortalecimiento productivo y de la protección social, las posibilidades de
mayores deterioros y dificultades para las familias de América Latina son
significativas y preocupantes.
Marino J. González es PhD en
Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la
Academia Nacional de Medicina.
09-02-22
https://talcualdigital.com/la-mayor-pobreza-extrema-en-treinta-anos-por-marino-j-gonzalez-r/
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