Por Froilán Barrios
El autocalificado
“presidente obrero” Nicolás Maduro afirmó el lunes 24 de enero de 2022 que el
Ejecutivo Nacional tiene como prioridad «salarizar e incrementar todos los
bonos» del sistema Patria asignados a los trabajadores del país, dentro de un
plan de crecimiento de la economía de 4% para 2022.
Así también agregó:
«Este año nos hemos empeñado en salarizar todos los bonos de la Patria e
incrementarlos para nuestro pueblo, salarizarlos e incrementarlos en la misma
medida en que vamos manejando las dos manos para acelerar el crecimiento
económico y sostenerlo».
Veamos en qué se
traduce la realidad de este anuncio demagógico del mandatario usurpador para un
funcionario público promedio, ya que el supuesto nuevo salario estaría
integrado por el salario mínimo actual de 7 bolívares, (menos de 2 dólares) más
el bono especial de máxima eficiencia de 15,40 bolívares, y el bono
complementario de 46,00 bolívares, que harían una cantidad mensual a cobrar de
68,40 bolívares, (unos 15 dólares a la tasa oficial de 4,64 bolívares).
Adicionalmente, si se
le agregan los bonos Patria que son entregados discrecionalmente por el
Ejecutivo Nacional, los cuales oscilan entre 2 y 4 dólares, el ingreso mínimo
quedaría en 83 bolívares, es decir, aproximadamente unos 18 dólares al mes.
Esta relación de pagos
de la nómina del sector público, que incluye a ministerios, empresas del
Estado, institutos autónomos, gobernaciones, alcaldías y universidades,
registra algunas variaciones que identificarían un ingreso aproximado en los
rangos de 5 a 30 dólares mensuales para unos 2.500.000 trabajadores quienes
sobreviven en la pobreza generalizada.
Entretanto, para
jubilados y pensionados la tragedia se agrava aún más, al solo percibir el
salario mínimo de 7 bolívares y los bonos Patria discrecionales otorgados como
limosnas del tirano, quien es el responsable de condenar a la pobreza a una
población laboral superior a los 4 millones de trabajadores.
Ahora bien ¿compensa esa salarización de bonos la situación del trabajador? Ante el costo aproximado de la cesta alimentaria básica cercana a los 400 dólares y la canasta de bienes y servicios alrededor de los 800, es evidente la ridiculez de la propuesta del régimen que ha inmolado a los trabajadores, al mantener desde el primero de mayo 2021 sin variación alguna el salario mínimo, aun cuando registró según cálculos del BCV una inflación de 670% para el pasado año, calificando como “victoria revolucionaria” la tasa inflacionaria para enero 2022 en 6,7%.
Aun cuando la realidad
sea otra para el trabajador al carecer de poder adquisitivo, en un contexto de
economía burbuja de capitalismo de bodegones, inaccesible para los bolsillos de
la masa laboral como lo demuestran las cifras citadas anteriormente, a quien
por cierto no llegará las bondades de la publicitada reactivación económica. Se
debe resaltar que en América Latina los salarios mínimos mensuales oscilan entre
425 dólares pagado en Ecuador y 214 dólares en Brasil, muy distantes de los
casi 2 dólares de Venezuela como salario del inframundo.
Para ironía de la
despiadada dictadura madurista autocalificada obrerista, otros son los cantares
en diversas latitudes, provenientes de la primera potencia capitalista del
planeta y del gobierno del presidente Joe Biden, quien anunció el 7 de febrero
de 2022 sus 70 propuestas a favor de los empleados federales y los sindicatos
que incluyen “la prohibición del uso de dinero federal en contratos que
involucren actividades antisindicales en varias áreas gubernamentales,
recomendaciones que faciliten a empleados federales y contratistas a unirse a
sindicatos, mejorar el conocimiento de los derechos laborales entre los trabajadores
y hacer cumplir las leyes laborales existentes, difundir un reporte semestral
para describir cómo las agencias de gobierno están implementando las políticas
laborales y para recomendar nuevas políticas”, y finalmente cita que el
Departamento del Trabajo reportó el mes pasado que solo 10,3% de los
trabajadores pertenecían a un sindicato, menos que 20,1% en 1983. A estas
políticas laborales se agrega la propuesta de salario mínimo de 15 dólares la
hora para los trabajadores públicos.
Escenario que contrasta
con la tragedia laboral venezolana donde la exigencia es el cumplimiento del
artículo 91 de la Constitución que reza que «todo trabajador tiene derecho a un
salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir sus necesidades
básicas», el retorno de los contratos colectivos y el cese a la persecución al
movimiento sindical libre y democrático.
Nota: Aprovecho la
oportunidad para manifestar mi solidaridad total con El Nacional, su directiva
y su personal ante el atropello del régimen al expropiarles ilegalmente su
sede.
09-02-22
https://www.elnacional.com/opinion/sera-suficiente-con-incluir-en-el-salario-los-bonos-patria/
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