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miércoles, 18 de mayo de 2022

El crucero de las bananas: El Falke…, por @ovierablanco


Orlando Viera-Blanco 17 de mayo de 2022

@ovierablanco

“El deber es superior a todo; ningún cálculo, ningún temor, ninguna habilidad, ningún deseo puede prevalecer en su contra”,por lo que llegará el día que “echemos una buena vaina”y al decir de Gallegos…”

Gallegos decía que es imposible escribir la historia de Venezuela sin imaginarla. To be or not to be, that is the questión. Dicho por un Hamlet criollo: “Se es o no se es, esa es la vaina”. Y siguiendo esta proclama, Federico Vegas nos obsequia una excelente novela titulada Falke [Halcón en alemán], nombre de la embarcación que Román Delgado Chalbaud arrendó para invadir a Venezuela por Cumaná… Federico Vegas-asistido por cuartillas de su tío Rafael Vegas [joven patriota Venezolano reclutado (1928) por la Junta de Liberación Nacional/JLN], escribe una novela-entre ficción y trepidante realidad-que al leer es imposible sentenciar: ¡Esto es Venezuela!

Traición e insubordinación

El padre de Federico Vegas le explicó quién era su tío Rafael. Recuerda de niño cuando el tío visitó su casa. Quedó impactado por su rostro encendido, rojizo, y su delgadez. El Chipo y el mal de Chagas-tras la huida de Monagas-dejaron sus huellas en Rafael Vegas, fundador del Liceo Santiago de León de Caracas, ex alumno y admirador de Don Rómulo Gallegos. Rafael Vegas exhibía una cicatriz en la mirada proporcional a una épica no revelada. “Los secretos valen mucho más cuando no hay razón para guardarlos… profetizó el padre de Federico, “y algún día echarás una vaina contando la historia de esos jóvenes audaces e idealistas, retratados con tu tío en la cubierta del Felke: Juan Colmenares, Armando Zuloaga y Juan McGill”. Razón no le faltó. Leer su novela es revelar l’état de la question…

El Felke-ficción o realidad-es apología y reproche a la vez de nuestro modo de ser. Un espeso mar de heroicidad y caos, miedos y épicas, pasión e improvisación; un viaje a la inocencia, a la muerte o a la gloria, aleatoriamente. Jamás planificado, nunca ordenado, para nada solícito. Porque se es o no se es [venezolano], navegando en permanente insubordinación, indocilidad y rebeldía. El Felke no fue la excepción…

La JLN [ Dr. Santos Aníbal Dominici, Dr. Alberto Smith, José Rafael Pocaterra, Pedro Lugo Delgado; Gral. Leopoldo Baptista y el Comandante en Jefe Gral. Román Delgado Chalbaud] tenía el propósito de invadir Venezuela con un buque armado y provocar una revolución contra Goméz, el Bagre. El «Falke», un buque de 70 metros de lora, era rápido y manejable. En Venezuela la tradición de expediciones corsarias y filibusteras se remonta a décadas pasadas…Aparte del capitán Ernst Ziplitt, [55] nadie supo la causa del viaje. Hubo rumores que el Falke sería usado para una expedición científica que sería filmada. Román Delgado Chalbaud y la JLN alquilaron el Felke el 9/6/29 y un mes después, parte de Hamburgo a Gdynia, el mayor puerto de Polonia. 21 pasajeros venezolanos residentes en París [entre ellos el hijo de Delgado, Carlos Delgado Chalbaud y el poeta José Rafael Pocaterra] se proponían derrocar a el Bagre.

El 19/7/1929 el Falke abandonó Gdynia rumbo al Caribe. El 6/08/29, el vapor echó anclas frente a la isla de La Blanquilla, tomó cientos de revolucionarios y cambió su nombre a General Anzoátegui. Betancourt no llegó de RD por avería de su goleta… El 10/08/29 leva anclas hacia Cumaná. La travesía había superado el descontento de la tripulación alemana al saber que, con varias toneladas de armas, andaban en pie de guerra… En la madrugada del 11/08/29, el General Anzoátegui entró en el puerto de Cumaná. Los revolucionarios desembarcaron en un comando formado en tres columnas al mando del Gral Delgado. Al llegar al puente Guzmán Blanco, hubo un encuentro entre rebeldes y tropas leales del Gral. Emilio Fernández, presidente del estado Sucre. Chalbaud y Fernández cayeron abatidos a fuego cruzado…Los revolucionarios se retiran de la ciudad ante el acoso de las tropas del gobierno, y sostienen un último combate en el cerro Santa Ana, donde muere Pedro Elías Aristeguieta.

Federico Vegas, apela al imaginario criollo, un diálogo entre el joven Rafael Vegas y Doroteo Flores, sobrevivientes. Flores era un archí enemigo de Gómez que le había herido en un muslo en la batalla de Capacho, y según cuenta, “no hubiese pelado una mandarina a esa distancia… El Bagre-dice Flores- “fue un ladrón de rebaños que había derrotado a Fernández en La Puerta, a Loreto Lima y sus lanzas federalistas en El Tinaco, a los mochistas en las serranías de Bejuma, al conde Rangel Garbiras en la frontera colombiana, a Riera y Peñalosa en Urucuru”. Doroteo tenía entre ceja y ceja una segunda oportunidad…

“¿Quién jodió el plan del Falke?”, cuestiona Doroteo a Vegas. “Un traficante llamado Spira, que trató de venderle armas a Delgado y como no se dio el negocio decidió ganarse una plata vendiendo la información […] Antes el 9/8/29, Gómez le envió un telegrama a Emilio Fernández anunciando la llegada de su compadre [Chalbaud] a Cumaná. Una muerte anunciada…

Venezuela nació loca y sorda…

Veguitas-sigue Doroteo- “Venezuela no es un país para ser escrito[…]Sólo la dominará quien la entienda, y la entenderá quien crea y ame esa locura, quien esté dispuesto a hacer el trabajo sucio que a nadie le gusta. ¡Ay, Veguitas! Sepa usted que el mismo Gómez fue quien preparó lo del Falke…quien nos armó esa Arca de Noé…sabía que allí se iba a meter toda la fauna que le embochincha el país. Juntó a tigres y venados, lapas y morrocoyes, y los puso a adobarse en el Falke para bajarlos en una sola calle y desangrarse frente a un puente. Fue un banquete”. Y así lo resume Pocaterra en sus Memorias de un venezolano de la decadencia. To be or not to be…

Historia de tragedias tanto determinantes como absurdas. El autor alemán Albert Daudistel, publicó una novela crítica referida al Falke que tituló El Crucero de las Bananas. Alegórico. Porque así navegamos. Embriagados más de tentaciones románticas que de voluntad política, donde la locura y la sordidez mueren en la playa, en un puente…

Culmina el libro con una regia reflexión: “El deber es superior a todo; ningún cálculo, ningún temor, ninguna habilidad, ningún deseo puede prevalecer en su contra”, por lo que llegará el día que “echemos una buena vaina” y al decir de Gallegos, maestro de Rafael Vegas, el bien-que es pasión-vencerá al mal con un rostro encendido de victoria, que es ser, que es deber…

Orlando Viera-Blanco

@ovierablanco

  

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