FRANCISCO POLEO 17 de mayo de 2022
@FranciscoPoleoR
El
levantamiento de un par de sanciones al madurismo es un trabajo fino que
destranca el juego y beneficia a todas las partes involucradas, considera el
autor.
Lejos
de ser una claudicación el
alivio de un par de sanciones de Estados Unidos con respecto a Venezuela.
Es un trabajo fino que destranca el juego y beneficia a todas las partes
involucradas: EEUU, Europa, Cuba, la dictadura y la oposición…¿excepto a Rusia?
La llave de la negociación son las sanciones. La dictadura se ve obligada a reconocer como contrincante a la Plataforma Unitaria por la influencia de la misma sobre la Casa Blanca. Por eso no cuaja la oposición a la medida que se ha querido crear el madurismo.
Con el
levantamiento de la sanción al sobrinísimo Malpica Flores, la oposición
demuestra que puede influir. Se levanta sanción a un peso pesado, del círculo
íntimo de los extra-pesados. Miraflores, entonces, confirma que puede lograr
algo hablando con la Plataforma Unitaria.
EEUU,
por otra parte, avanza en sus intereses estratégicos al permitir que Chevron
pueda ir negociando con el madurismo, sin que eso signifique que pueden empezar
ya con negocios, que quedan sujetos a los avances del potencial acuerdo. De esa
manera, la petrolera estadounidense gana terreno si hay fumata blanca a la
crisis venezolana, posicionándose especialmente para ese momento. Mientras
tanto, Washington también gana el favor de Europa con la licencia especial que
otorga a la española Repsol y a la italiana ENI, que ahora pueden comercializar
el crudo que extraigan de suelo venezolano sin violar las sanciones.
Estas
medidas, sin embargo, estarán en revisión constante. Pudimos confirmar con la
Casa Blanca que retirarán estas concesiones si el madurismo no avanza en tres
puntos fundamentales: respeto a los Derechos Humanos, liberación de los presos
políticos y elecciones libres.
En
cuanto a Cuba, la medida
anunciada ayer del retiro de las restricciones a las remesas y a los
vuelos desde Estados Unidos forma parte del plan macro de la Casa Blanca. La
Habana puede constatar que, si facilita una salida en Venezuela, le irá mejor.
Por
fuera queda Rusia, paria absoluto en medio mundo y más allá. Caracas y La
Habana entienden que, tras la aventura mortal de Putin en Ucrania, se quedan
sin su principal protector internacional, aunque lógicamente no brincarán de la
noche a la mañana a los brazos de Occidente. Un paso a la vez.
Tomado
de: https://revistazeta.net/2022/05/17/un-trabajo-fino/
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