¿Qué podría pasar si la ausencia de Chávez se pronostica como definitiva?
El objetivo primordial de la elite chavista es mantenerse en el poder, con o sin Chávez, y hacerlo de la manera más legitima posible, a fin de evitar perder el apoyo internacional y regional con el que ha contado hasta ahora, lo cual podría ocurrir si, ante una eventual ausencia definitiva de Chávez, intentan mantener la presidencia en otras manos rojas, sin llamar a nuevas elecciones.
Ante esta eventualidad, la estrategia política del oficialismo dependerá en buena medida de la correlación de fuerzas resultante de las elecciones del 16 de Diciembre, no sólo en cuanto al número de Gobernaciones que ganen, sino a cuales ganen y cuales pierdan, así como al número total de votos que sumen a nivel nacional, en relación a los de la oposición.
Si los resultados del 16-D los favorecen y si en secreto se pronostica una ausencia definitiva de Chávez a corto o mediano plazo, es probable que el caudillo y los estrategas rojos y cubanos se anticipen a los acontecimientos y convoquen a elecciones presidenciales en un plazo muy corto, de forma sorpresiva e intempestiva, de manera de aprovechar el impulso de los resultados electorales favorables, mientras todavía les sea posible contar con la poderosa contribución final de Chávez para controlar las pugnas internas, e influir en la campaña de manera de asegurar el triunfo del candidato presidencial llamado a sustituirlo, escogido para garantizar la continuidad en el poder de su camarilla y la supervivencia de las revoluciones venezolana y cubana.
Este podría ser el peor escenario para la democracia venezolana, si la MUD, los partidos democráticos y la sociedad civil organizada, son agarrados fuera de base, sin planes ni tiempo para reaccionar de forma adecuada, escoger a un candidato único y unitario, y desarrollar una campaña electoral con la suficiente organización, cohesión, recursos y fuerza para vencer, a pesar de todos los abusos y atropellos que desplegarán el gobierno y los órganos que controla, desde el CNE hasta el TSJ, para realizar esta posible jugada.
Ante estas eventuales nuevas elecciones presidenciales el oficialismo y los cubanos harán lo imposible para ganar, y no me refiero al fraude en las mesas o en las máquinas, que la oposición puede controlar y ha controlado, sino al abusivo uso del autoritario poder político y económico que el gobierno ha aplicado con efectividad, y que la oposición no ha podido frenar y contrarrestar de forma contundente.
Sin embargo, aún en condiciones adversas y a pesar de la desventaja con la que compiten las fuerzas democráticas venezolanas, después del extraordinario avance en las elecciones presidenciales del 7 de Octubre es impensable que un candidato unitario pueda perder una elección presidencial en los tiempos venideros, contra cualquier candidato distinto a Chávez. A menos que los resultados de las elecciones del 16 de Diciembre resulten un desastre para las fuerzas democráticas, por falta de participación de sus electores, que representan cerca de la mitad del país y se concentran en los estados más poblados.
Si se pierden Gobernaciones estratégicas, en los estados clave del país, la situación descrita puede volverse realmente peligrosa para la democracia y para el futuro de Venezuela.
De manera que las elecciones del 16-D adquieren una importancia aún más relevante, ante el escenario de una eventual ausencia definitiva de Chávez que cambiaría por completo el panorama político del país en el 2013.
Hay que votar masivamente por los candidatos unitarios en todas las regiones, tanto para conservar las gobernaciones conquistadas, como para ganar aquellas adicionales que se pueda, así como para sumar votos al total nacional, de manera que la correlación de fuerzas resultante permita comenzar la reconstrucción nacional, más temprano que tarde.
Este sería nuestro mejor escenario.
@cburgazzi
Christian Burgazzi es un colaborador de este Blog
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