José Luis Farias 10 de diciembre de 2012
@fariasjoseluis
Los últimos anuncios de Chávez no
pueden ser vistos con la simpleza de considerarlos solo gestos de manipulación
electoral.
A partir del agravamiento de su
enfermedad, se han debido dar algunos signos de crisis interna, de disputa por
quién sería el heredero que lo indujeron a asumir la recomendación de Lula de
escoger su sucesor.
Para lo cual, nada mejor que el
consejo de los hermanos Castro. Chávez regresó de Cuba a poner orden en el
mundo rojo designando de una vez por todas a Nicolás Maduro como heredero por
ser el hombre de confianza de los cubanos. A diferencia del Teniente Diosdado
quien jamás se ha bañado en el mar de la felicidad.
Pero en su desespero por imponer
su voluntad, Chávez se sale de la Constitución. Se le ve la costura al afirmar
que en caso de alguna "circunstancia sobrevenida" que lo inhabilite
para ejercer el cargo, Maduro no sólo terminaría el período sino asumiría el
"nuevo período".
Se equivoca, Chávez. Esa no pasa.
Al finalizar un período presidencial cesan también en sus cargos todos los
funcionarios por él designados, incluido el vice.
El Presidente, así sea reelecto,
igual debe asumir el 10 de enero para designar el nuevo gabinete, incluyendo al
vicepresidente. No puede hacerlo antes del inicio de su nuevo período, como
pretende Chávez, sino al momento de asumir de nuevo el Coroto. Si por una mala
pasada del destino, él no asumiera el 10 de enero, lo cual equivaldría a falta
absoluta, sólo podría suplir ésta el presidente de la Asamblea Nacional, así se
interpreta de la Constitución. Esto lo sabe muy bien Diosdado.
Con el anuncio de Chávez la Falsa
Izquierda (Maduro) gana el primer round a la Derecha Endógena (Diosdado), pero
no ha ganado la pelea. Recuerden que en diciembre pasado Chávez propuso que
Soto Rojas debía continuar al frente de la presidencia de la AN y Diosdado se
coleó por los palos.
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